Sensación de angustia o aprensión. Nunca En alguna ocasión A menudo Casi todos los días. Sensación de tensión muscular que puede ir acompañada de dolor en determinadas partes de tu cuerpo (cuello, espalda, cabeza, etcétera). Nunca En alguna ocasión A menudo Casi todos los días. Dificultad para estar quieto, intranquilidad. Nunca En alguna ocasión A menudo Casi todos los días. Alteraciones en el sueño; tardas en quedarte dormido, te despiertas varias veces o despiertas antes de lo previsto. Nunca En alguna ocasión A menudo Casi todos los días. Aumento de la frecuencia cardiaca (palpitaciones) sin enfermedad conocida que la justifique. Nunca En alguna ocasión A menudo Casi todos los días. Fatiga, especialmente importante al final del día. Nunca En alguna ocasión A menudo Casi todos los días. Dificultad para tomar decisiones (por ejemplo “das vueltas a la cabeza” sin llegar a decidirte). Nunca En alguna ocasión A menudo Casi todos los días. Dificultad para concentrarte. Nunca En alguna ocasión A menudo Casi todos los días. Pensamientos o imágenes desagradables. Nunca En alguna ocasión A menudo Casi todos los días. Sensación de bloqueo mental. Nunca En alguna ocasión A menudo Casi todos los días. Falta de memoria (dificultad para recordar cosas). Nunca En alguna ocasión A menudo Casi todos los días. Anticipación de acontecimientos negativos. Nunca En alguna ocasión A menudo Casi todos los días. Fumas, comes o bebes para calmar tu ansiedad. Nunca En alguna ocasión A menudo Casi todos los días. Llanto para aliviar tu malestar. Nunca En alguna ocasión A menudo Casi todos los días. Evitas o escapas de determinadas situaciones. Nunca En alguna ocasión A menudo Casi todos los días. Movimientos torpes (por ejemplo se te caen las cosas). Nunca En alguna ocasión A menudo Casi todos los días. Haces movimientos repetitivos (tocarte el pelo, temblor de piernas). Nunca En alguna ocasión A menudo Casi todos los días. Te mueves más de lo habitual. Nunca En alguna ocasión A menudo Casi todos los días.
|