1. El espíritu es el “+” del alma. V F. 2. Del análisis histórico del concepto de persona, resulta fundamental la idea de “unión”.
V F. 3. El elemento increado es el estado de ser y acto de ser en que queda el espíritu humano en virtud de la divina presencia constitutiva del Sujeto Absoluto que lo define. V F. 4. El concepto de persona es relacional. V F. 5. El espíritu es genetizado por la divina presencia constitutiva antes del nacimiento del ser humano, antes de su desarrollo y madurez personal. V F. 6. Hay un solo gene biológico por la simplicidad orgánica del soma. V F. 7. Según Fernando Rielo, el nivel que caracteriza esencialmente al hombre no es ni su cuerpo ni su espíritu, sino su alma. V F. 8. Los sentidos son “dura condición” para alcanzar el conocimiento, según Rielo. F V. 9. Si Dios retirara su acto ad extra, los entes quedarían aniquilados V F. 10. Según Rielo, los ángeles son espíritus psicologizados.
V F. 11. El gene es “ser +” del psicosoma.. V F. 12. Según Rielo, la inteligencia y la voluntad son facultades que no pueden ser unificadas. V F. 13. La antropología dualista se remonta a los orígenes de la filosofía: está presente ya en el platonismo V F. 14. Las personas divinas se definen entre sí. V F. 15. El alma es el “+” del cuerpo.
V F. 16. La persona humana es definida y está constituida por la divina presencia del Sujeto Absoluto en su elemento creado.
V F. 17. “Persona” es un término que quiere designar al hombre en su totalidad e indicar al mismo tiempo el carácter esencial, lo que lo distingue del resto de la naturaleza. V F. 18. La persona humana es definida y constituida esencialmente por su relación con el Sujeto Absoluto. V F. 19. El gene es el estado de ser y acto de ser en que se encuentra el sicosoma humano inhabitado por la divina presencia constitutiva del Sujeto Absoluto.
V F. 20. El término “persona ” se introdujo en la reflexión filosófica para indicar el rol desarrollado por el australopithecus. V F. 21. En Cristo hay dos naturalezas (divina y humana) en dos personas distintas. V F. 22. El espíritu es la raíz ontológica de las facultades intelectiva y volitiva, cuya síntesis es la facultad unitiva. V F. 23. El espíritu humano es creado e infundido en el sicosoma humano en el momento mismo de la concepción con un acto creador por parte del Sujeto Absoluto. V F. 24. El elemento increado es el complejo cuerpo-alma-espíritu o, dicho de otra manera, el espíritu psicosomatizado. V F. 25. Rielo se acoge al esquema clásico, agustiniano, de las facultades.
V F. 26. La persona humana está compuesta de tres elementos, uno creado, otro increado y otro intermedio entre los dos anteriores. F V. 27. La congénesis es la unión absoluta de las personas divinas. V F. 28. Un cuerpo animal solo está vivo si es asumido por un alma o psique. V F. 29. El “+” del espíritu es el estado genético deitático en virtud de la divina presencia constitutiva del Sujeto Absoluto como principio concreacional. V F. 30. La persona humana está provista de una singularidad que la hace única, diferente de las demás personas.
V F. 31. Solamente el cuerpo no es una realidad transcendentalmente abierta. V F. 32. El amor mueve la razón y la voluntad a unirse con el Modelo Absoluto. V F. 33. La facultad unitiva es la “sede” de la síntesis de las otras facultades humanas.
V F. 34. Reducida a cero fenomenológico la forma anímica, son asumidas por el cuerpo todas las funciones espirituales. F V. 35. Hay muchos genes ontológicos o místicos por la complejidad del espíritu. V F. 36. Cuando Cristo dice “dioses sois”, nos define como deidad mística. V F. 37. La metafísica no necesita el término de persona para hablar de las personas divinas.. V F. 38. La complejidad psicofísica de los seres impersonales no permite, sin embargo, que puedan ser conscientes V F. 39. La concepción de una sustancia incomunicable es “irrelación”, lo que va contra toda experiencia; por tanto, una sustancia “incomunicada”, irrelacional, sería imposible, inexistente. V F. 40. Las personas son fines en sí mismas, o sea, no pueden usarse como medio para algo. V F. 41. El conocimiento no viene de los sentidos, sino que viene inmediatamente, no sin la dura condición de los sentidos y de las facultades, en función de la inteligencia divina. V F. 42. La divina presencia constitutiva se transmite en la reproducción biológica de la especie humana. V F. 43. En los seres personales las mismas funciones psíquicas son unificadas a un nivel más elevado por el espíritu. V F. 44. El término “persona” solo se puede aplicar a la Trinidad, y de un modo impropio y derivado, al ser humano. V F. 45. El espíritu sólo puede existir si es inhabitado por la divina presencia constitutiva del Sujeto Absoluto. V F. 46. El elemento creado es el estado de ser y acto de ser en que queda el espíritu humano en virtud de la divina presencia constitutiva del Sujeto Absoluto que lo define. V F. 47. El único espíritu puro es el divino. V F. 48. Lo que constituye a la persona no es su relación con otra persona. V F. 49. La estructura ontológica de la persona es diferente de la de los vivientes no personales, porque las personas tienen un espíritu capaz de responder libre y amorosamente al acto divino. V F. 50. La divina presencia constitutiva es el elemento creado de la persona humana, destructible, temporal, propio de algunos hombres. V F.
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