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TEST BORRADO, QUIZÁS LE INTERESEPrueba Ser 6to B

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Título del test:
Prueba Ser 6to B

Descripción:
Lengua y Literatura

Autor:
AVATAR
Escuela Particular Interandino
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Fecha de Creación:
23/01/2024

Categoría:
Letras

Número preguntas: 7
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Temario:
Lee y responde: Historia del chocolate, América La palabra cacao procede de la azteca “cacahuatl”. Según la leyenda, el cacao era el árbol más bello del paraíso de los aztecas; le atribuían múltiples virtudes, como calmar el hambre y la sed, proporcionar la sabiduría universal y curar las enfermedades. Se sabe que los primeros árboles de cacao crecían de forma natural a la sombra de las selvas tropicales en las cuencas del Amazonas y del Orinoco, hace ya unos 4000 años. Los mayas empezaron a cultivarlo hace más de 2500 años. Para los mayas, el cacao simbolizaba vigor físico y longevidad; lo usaban como medicina, siendo recetado por sus médicos como relajante, como estimulante y como reconstituyente. La manteca del cacao se usaba como pomada para curar heridas. Fueron los mayas los que crearon un brebaje amargo llamado “chocolha”, hecho de semillas de cacao, que solo podían consumir nobles y reyes. Se describían diversas formas de elaborarlo y perfumarlo, más líquido o espeso, con más o menos espuma, con miel, maíz o chile picante. En 1502, Cristóbal Colón recibió, como ofrenda de bienvenida, armas, telas y sacos de unas habas oscuras que, en la sociedad azteca, servían a la vez de moneda y de producto de consumo. Aunque fue Hernán Cortés quien envió el primer cargamento de cacao a España en 1524. Según el texto, ¿quién envió por primera vez el cacao a España? Los mayas. Hernán Cortés. Los aztecas. Cristóbal Colón.
Lee y responde: Historia del chocolate, América La palabra cacao procede de la azteca “cacahuatl”. Según la leyenda, el cacao era el árbol más bello del paraíso de los aztecas; le atribuían múltiples virtudes, como calmar el hambre y la sed, proporcionar la sabiduría universal y curar las enfermedades. Se sabe que los primeros árboles de cacao crecían de forma natural a la sombra de las selvas tropicales en las cuencas del Amazonas y del Orinoco, hace ya unos 4000 años. Los mayas empezaron a cultivarlo hace más de 2500 años. Para los mayas, el cacao simbolizaba vigor físico y longevidad; lo usaban como medicina, siendo recetado por sus médicos como relajante, como estimulante y como reconstituyente. La manteca del cacao se usaba como pomada para curar heridas. Fueron los mayas los que crearon un brebaje amargo llamado “chocolha”, hecho de semillas de cacao, que solo podían consumir nobles y reyes. Se describían diversas formas de elaborarlo y perfumarlo, más líquido o espeso, con más o menos espuma, con miel, maíz o chile picante. En 1502, Cristóbal Colón recibió, como ofrenda de bienvenida, armas, telas y sacos de unas habas oscuras que, en la sociedad azteca, servían a la vez de moneda y de producto de consumo. Aunque fue Hernán Cortés quien envió el primer cargamento de cacao a España en 1524. En el enunciado: “La manteca del cacao se usaba como pomada para curar”, la palabra resaltada puede remplazarse sin cambiar el sentido por: Brebaje. Crema. Estimulante. Jarabe.
Lee y responde: Historia del chocolate, América La palabra cacao procede de la azteca “cacahuatl”. Según la leyenda, el cacao era el árbol más bello del paraíso de los aztecas; le atribuían múltiples virtudes, como calmar el hambre y la sed, proporcionar la sabiduría universal y curar las enfermedades. Se sabe que los primeros árboles de cacao crecían de forma natural a la sombra de las selvas tropicales en las cuencas del Amazonas y del Orinoco, hace ya unos 4000 años. Los mayas empezaron a cultivarlo hace más de 2500 años. Para los mayas, el cacao simbolizaba vigor físico y longevidad; lo usaban como medicina, siendo recetado por sus médicos como relajante, como estimulante y como reconstituyente. La manteca del cacao se usaba como pomada para curar heridas. Fueron los mayas los que crearon un brebaje amargo llamado “chocolha”, hecho de semillas de cacao, que solo podían consumir nobles y reyes. Se describían diversas formas de elaborarlo y perfumarlo, más líquido o espeso, con más o menos espuma, con miel, maíz o chile picante. En 1502, Cristóbal Colón recibió, como ofrenda de bienvenida, armas, telas y sacos de unas habas oscuras que, en la sociedad azteca, servían a la vez de moneda y de producto de consumo. Aunque fue Hernán Cortés quien envió el primer cargamento de cacao a España en 1524. Según el texto, ¿cuál de las siguientes virtudes no era atribuida al árbol de cacao? Curar enfermedades. Calmar el hambre. Proporcionar belleza. Conceder sabiduría.
Lee y responde: La mochila Cuentan que Júpiter, antiguo dios de los romanos, convocó un día a todos los animales de la Tierra. Cuando se presentaron les preguntó, uno por uno, si creían tener algún defecto. De ser así, él prometía mejorarlos hasta dejarlos satisfechos. –¿Qué dices tú, la mona? –preguntó. –¿Me habla a mí? –saltó la mona–. ¿Yo, defectos? Me miré en el espejo y me vi espléndida. En cambio, el oso, ¿se fijó? ¡No tiene cintura! –Que hable el oso –pidió Júpiter. –Aquí estoy –dijo el oso– con este cuerpo perfecto que me dio la naturaleza. ¡Suerte no ser una mole como el elefante! –Que se presente el elefante... – Francamente, señor –dijo aquel–, no tengo de qué quejarme, aunque no todos puedan decir lo mismo. Ahí lo tiene al avestruz, con esas orejitas ridículas... –Que pase el avestruz. –Por mí no se moleste –dijo el ave–. ¡Soy tan proporcionado! En cambio, la jirafa, con ese cuello... Júpiter hizo pasar a la jirafa quien, a su vez, dijo que los dioses habían sido generosos con ella. –Gracias a mi altura veo los paisajes de la tierra y el cielo, no como la tortuga que solo ve los cascotes. La tortuga, por su parte, dijo tener un físico excepcional. –Mi caparazón es un refugio ideal. Cuando pienso en la víbora, que tiene que vivir a la intemperie... –Que pase la víbora –dijo Júpiter algo fatigado. Llegó arrastrándose y habló con lengua viperina: –Por suerte, soy lisita, no como el sapo que está lleno de verrugas. –¡Basta! –exclamó Júpiter–. Solo falta que un animal ciego como el topo critique los ojos del águila. –Precisamente –empezó el topo–, quería decir dos palabras: el águila tiene buena vista, pero ¿no es horrible su cogote pelado? –¡Esto es el colmo! –dijo Júpiter, dando por terminada la reunión–. Todos se creen perfectos y piensan que los que deben cambiar son los otros. Según el texto, ¿cuál es el animal que tiene orejas ridículas?a Fontaine, Jean. Las Alforjas La jirafa. El elefante. La mona. El avestruz.
Lee y responde: La mochila Cuentan que Júpiter, antiguo dios de los romanos, convocó un día a todos los animales de la Tierra. Cuando se presentaron les preguntó, uno por uno, si creían tener algún defecto. De ser así, él prometía mejorarlos hasta dejarlos satisfechos. –¿Qué dices tú, la mona? –preguntó. –¿Me habla a mí? –saltó la mona–. ¿Yo, defectos? Me miré en el espejo y me vi espléndida. En cambio, el oso, ¿se fijó? ¡No tiene cintura! –Que hable el oso –pidió Júpiter. –Aquí estoy –dijo el oso– con este cuerpo perfecto que me dio la naturaleza. ¡Suerte no ser una mole como el elefante! –Que se presente el elefante... – Francamente, señor –dijo aquel–, no tengo de qué quejarme, aunque no todos puedan decir lo mismo. Ahí lo tiene al avestruz, con esas orejitas ridículas... –Que pase el avestruz. –Por mí no se moleste –dijo el ave–. ¡Soy tan proporcionado! En cambio, la jirafa, con ese cuello... Júpiter hizo pasar a la jirafa quien, a su vez, dijo que los dioses habían sido generosos con ella. –Gracias a mi altura veo los paisajes de la tierra y el cielo, no como la tortuga que solo ve los cascotes. La tortuga, por su parte, dijo tener un físico excepcional. –Mi caparazón es un refugio ideal. Cuando pienso en la víbora, que tiene que vivir a la intemperie... –Que pase la víbora –dijo Júpiter algo fatigado. Llegó arrastrándose y habló con lengua viperina: –Por suerte, soy lisita, no como el sapo que está lleno de verrugas. –¡Basta! –exclamó Júpiter–. Solo falta que un animal ciego como el topo critique los ojos del águila. –Precisamente –empezó el topo–, quería decir dos palabras: el águila tiene buena vista, pero ¿no es horrible su cogote pelado? –¡Esto es el colmo! –dijo Júpiter, dando por terminada la reunión–. Todos se creen perfectos y piensan que los que deben cambiar son los otros. La intención de Júpiter al convocar a los animales es: Provocar una pelea entre ellos. Burlarse de sus desgracias. Preguntar si tienen defectos. Resolver todos sus problemas.
Lee y responde: La mochila Cuentan que Júpiter, antiguo dios de los romanos, convocó un día a todos los animales de la Tierra. Cuando se presentaron les preguntó, uno por uno, si creían tener algún defecto. De ser así, él prometía mejorarlos hasta dejarlos satisfechos. –¿Qué dices tú, la mona? –preguntó. –¿Me habla a mí? –saltó la mona–. ¿Yo, defectos? Me miré en el espejo y me vi espléndida. En cambio, el oso, ¿se fijó? ¡No tiene cintura! –Que hable el oso –pidió Júpiter. –Aquí estoy –dijo el oso– con este cuerpo perfecto que me dio la naturaleza. ¡Suerte no ser una mole como el elefante! –Que se presente el elefante... – Francamente, señor –dijo aquel–, no tengo de qué quejarme, aunque no todos puedan decir lo mismo. Ahí lo tiene al avestruz, con esas orejitas ridículas... –Que pase el avestruz. –Por mí no se moleste –dijo el ave–. ¡Soy tan proporcionado! En cambio, la jirafa, con ese cuello... Júpiter hizo pasar a la jirafa quien, a su vez, dijo que los dioses habían sido generosos con ella. –Gracias a mi altura veo los paisajes de la tierra y el cielo, no como la tortuga que solo ve los cascotes. La tortuga, por su parte, dijo tener un físico excepcional. –Mi caparazón es un refugio ideal. Cuando pienso en la víbora, que tiene que vivir a la intemperie... –Que pase la víbora –dijo Júpiter algo fatigado. Llegó arrastrándose y habló con lengua viperina: –Por suerte, soy lisita, no como el sapo que está lleno de verrugas. –¡Basta! –exclamó Júpiter–. Solo falta que un animal ciego como el topo critique los ojos del águila. –Precisamente –empezó el topo–, quería decir dos palabras: el águila tiene buena vista, pero ¿no es horrible su cogote pelado? –¡Esto es el colmo! –dijo Júpiter, dando por terminada la reunión–. Todos se creen perfectos y piensan que los que deben cambiar son los otros. En el texto, quien dice: “Júpiter hizo pasar a la jirafa quien, a su vez, dijo que los dioses habían sido generosos con ella” es: El dios. El avestruz. La jirafa. El narrador.
Lee y responde: La mochila Cuentan que Júpiter, antiguo dios de los romanos, convocó un día a todos los animales de la Tierra. Cuando se presentaron les preguntó, uno por uno, si creían tener algún defecto. De ser así, él prometía mejorarlos hasta dejarlos satisfechos. –¿Qué dices tú, la mona? –preguntó. –¿Me habla a mí? –saltó la mona–. ¿Yo, defectos? Me miré en el espejo y me vi espléndida. En cambio, el oso, ¿se fijó? ¡No tiene cintura! –Que hable el oso –pidió Júpiter. –Aquí estoy –dijo el oso– con este cuerpo perfecto que me dio la naturaleza. ¡Suerte no ser una mole como el elefante! –Que se presente el elefante... – Francamente, señor –dijo aquel–, no tengo de qué quejarme, aunque no todos puedan decir lo mismo. Ahí lo tiene al avestruz, con esas orejitas ridículas... –Que pase el avestruz. –Por mí no se moleste –dijo el ave–. ¡Soy tan proporcionado! En cambio, la jirafa, con ese cuello... Júpiter hizo pasar a la jirafa quien, a su vez, dijo que los dioses habían sido generosos con ella. –Gracias a mi altura veo los paisajes de la tierra y el cielo, no como la tortuga que solo ve los cascotes. La tortuga, por su parte, dijo tener un físico excepcional. –Mi caparazón es un refugio ideal. Cuando pienso en la víbora, que tiene que vivir a la intemperie... –Que pase la víbora –dijo Júpiter algo fatigado. Llegó arrastrándose y habló con lengua viperina: –Por suerte, soy lisita, no como el sapo que está lleno de verrugas. –¡Basta! –exclamó Júpiter–. Solo falta que un animal ciego como el topo critique los ojos del águila. –Precisamente –empezó el topo–, quería decir dos palabras: el águila tiene buena vista, pero ¿no es horrible su cogote pelado? –¡Esto es el colmo! –dijo Júpiter, dando por terminada la reunión–. Todos se creen perfectos y piensan que los que deben cambiar son los otros. Según el texto, el animal que tiene lengua viperina es: La tortuga. El sapo. La víbora. El topo.
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