Te la digo y no me entiendes, te la repito y no me comprendes.
Soy animal que viajo: de mañana a cuatro pies, a mediodía con dos y por la tarde con tres.
Soy llama, llamita, y en el fuego no estoy. Por un caminito con mi carga voy. Llamita que anda y no quema ¿Quién soy?.
Con el piquito picotea y con el rabito tironea.
Redondo, redondo, no tiene tapa ni tiene fondo.
Fui por un caminito encontré una dama, le pregunté su nombre y me dijo Juana.
Oro no es, plata no es, abrí la cortina, sabrás lo que es.
Te digo y te repito que si no adivinas, no vales un pito.
En el campo monterano hay un fraile franciscano, tiene dientes y no come, tiene barba y no es hombre.
Salta y Salta y la colita le falta.
En Salta estaba, aquí estaba y siempre estaba.
Pérez anda, Gil camina. Zonzo es quien no lo adivina.
Rocas por aquí, nieves por allá, el capote blanco no se quitará... Muy alto en los Andes ¿Sabes quién será? Termina con agua y empieza con A.
En blanco pañal nací en verde me transformé, fue tanto mi sufrimiento que amarillo me quedé.
Siempre quietas, siempre inquietas durmiendo de día, de noche despiertas.
Es su madre tartamuda y su padre un buen cantor; tiene su vestido blanco, y amarillo el corazón.
En aquel monte escabroso me dijeron que abra el ojo.
Garra, pero no de cuerpo, pata, pero no de vaca.
Blanco por dentro, verde por fuera; si quieres que te lo diga,
es pera.
Este banco está ocupado por un padre y por un hijo: el padre se llama Juan y el hijo ya te lo he dicho.
|
