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TEST BORRADO, QUIZÁS LE INTERESEEspañol 5º 3

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Título del test:
Español 5º 3

Descripción:
Comprensión lectora Fábulas de Esopo (3)

Autor:
AVATAR
Laura Clavijo


Fecha de Creación:
30/04/2015

Categoría:
Letras

Número preguntas: 21
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Temario:
El león enamorado de la hija del labrador. Se había enamorado un león de la hija de un labrador y la pidió en matrimonio. Y no podía el labrador decidirse a dar su hija a tan feroz animal, ni negársela por el temor que le inspiraba. Entonces ideó lo siguiente: como el león no dejaba de insistirle, le dijo que le parecía digno para ser esposo de su hija, pero que al menos debería cumplir con la siguiente condición: que se arrancara los dientes y se cortara sus uñas, porque eso era lo que atemorizaba a su hija. El león aceptó los sacrificios porque en verdad la amaba. Una vez que el león cumplió lo solicitado, cuando volvió a presentarse ya sin sus poderes, el labrador lleno de desprecio por él, lo despidió sin piedad a golpes. Nunca te fíes demasiado como para despojarte de tus propias defensas, pues fácilmente serás vencido por los que antes te respetaban. Si te metes a competir con los más poderosos, prepárate antes muy bien. De lo contrario saldrás malherido de la contienda. Cuando en un Estado se practica la justicia, los humildes pueden vivir tranquilos..., pero no deben atenerse. Nunca permitas que el ansia de honores perturbe tu buen juicio, para que no seas atrapado por el peligro. Si tienes en tus manos un pequeño beneficio, cuando busques uno mayor, no abandones el pequeño que ya tienes, hasta tanto no tengas realmente en tus manos el mayor.
El león, la zorra y el ciervo. Habiéndose enfermado el león, se tumbó en una cueva, diciéndole a la zorra, a la que estimaba mucho y con quien tenía muy buena amistad: -- Si quieres ayudarme a curarme y que siga vivo, seduce con tu astucia al ciervo y tráelo acá, pues estoy antojado de sus carnes. -- Vengo a darte una excelente noticia. Como sabes, el león, nuestro rey, es mi vecino; pero resulta que ha enfermado y está muy grave. Me preguntaba qué animal podría sustituirlo como rey después de su muerte. Y me comentaba: "el jabalí no, pues no es muy inteligente; el oso es muy torpe; la pantera muy temperamental; el tigre es un fanfarrón; creo que el ciervo es el más digno de reinar, pues es esbelto, de larga vida, y temido por las serpientes por sus cuernos." Pero para qué te cuento más, está decidido que serás el rey. ¿Y que me darás por habértelo anunciado de primero? Contéstame, que tengo prisa y temo que me llame, pues yo soy su consejero. Pero si quieres oír a un experimentado, te aconsejo que me sigas y acompañes fielmente al león hasta su muerte. Terminó de hablar la zorra, y el ciervo, lleno de vanidad con aquellas palabras, caminó decidido a la cueva sin sospechar lo que ocurriría.Al verlo, el león se le abalanzó, pero sólo logró rasparle las orejas. El ciervo, asustado, huyó velozmente hacia el bosque. La zorra se golpeaba sus patas al ver perdida su partida. Y el león lanzaba fuertes gritos, estimulado por su hambre y la pena. Suplicó a la zorra que lo intentara de nuevo. Y dijo la zorra: -- Es algo penoso y difícil, pero lo intentaré. Salió de la cueva y siguió las huellas del ciervo hasta encontrarlo reponiendo sus fuerzas. Viéndola el ciervo, encolerizado y listo para atacarla, le dijo: ¡Zorra miserable, no vengas a engañarme! ¡Si das un paso más, cuéntate como muerta! Busca a otros que no sepan de ti, háblales bonito y súbeles los humos prometiéndoles el trono, pero ya no más a mí. Mas la astuta zorra le replicó: -- Pero señor ciervo, no seas tan flojo y cobarde. No desconfíes de nosotros que somos tus amigos. El león, al tomar tu oreja, sólo quería decirte en secreto sus consejos e instrucciones de cómo gobernar, y tú ni siquiera tienes paciencia para un simple arañazo de un viejo enfermo. Ahora está furioso contra ti y está pensando en hacer rey al intrépido lobo. ¡Pobre!, ¡todo lo que sufre por ser el amo! Ven conmigo, que nada tienes que temer, pero eso sí, sé humilde como un cordero. Te juro por toda esta selva que no debes temer nada del león. Y en cuanto a mí, sólo pretendo servirte. Y engañado de nuevo, salió el ciervo hacia la cueva. No había más que entrado, cuando ya el león vio plenamente saciado su antojo, procurando no dejar ni recuerdo del ciervo. Sin embargo cayó el corazón al suelo, y lo tomó la zorra a escondidas, como pago a sus gestiones. Y el león buscando el faltante corazón preguntó a la zorra por él. Le contestó la zorra: -- Ese ciervo ingenuo no tenía corazón, ni lo busques. ¿Qué clase de corazón podría tener un ciervo que vino dos veces a la casa y a las garras del león? Nunca permitas que el ansia de honores perturbe tu buen juicio, para que no seas atrapado por el peligro. Nunca te fíes demasiado como para despojarte de tus propias defensas, pues fácilmente serás vencido por los que antes te respetaban. Si te metes a competir con los más poderosos, prepárate antes muy bien. De lo contrario saldrás malherido de la contienda. Si tienes en tus manos un pequeño beneficio, cuando busques uno mayor, no abandones el pequeño que ya tienes, hasta tanto no tengas realmente en tus manos el mayor. Las luchas inútiles sólo sirven para enriquecer y alimentar a sus espectadores.
El león y la liebre. Sorprendió un león a una liebre que dormía tranquilamente. Pero cuando estaba a punto de devorar la, vio pasar a un ciervo. Dejó entonces a la liebre por perseguir al ciervo. Despertó la liebre ante los ruidos de la persecución, y no esperando más, emprendió su huída. Mientras tanto el león, que no pudo dar alcance al ciervo, ya cansado, regresó a tomar la liebre y se encontró con que también había buscado su camino a salvo. Entonces se dijo el león: -- Bien me lo merezco, pues teniendo ya una presa en mis manos, la dejé para ir tras la esperanza de obtener una mayor. Si tienes en tus manos un pequeño beneficio, cuando busques uno mayor, no abandones el pequeño que ya tienes, hasta tanto no tengas realmente en tus manos el mayor. Nunca permitas que el ansia de honores perturbe tu buen juicio, para que no seas atrapado por el peligro Nunca te fíes demasiado como para despojarte de tus propias defensas, pues fácilmente serás vencido por los que antes te respetaban. Las luchas inútiles sólo sirven para enriquecer y alimentar a sus espectadores. Cuando busques alianzas, fíjate que tus aliados estén en verdad capacitados de unirte a ti en lo pactado.
El león y el jabalí. Durante el verano, cuando con el calor aumenta la sed, acudieron a beber a una misma fu ente un león y un jabalí. Discutieron sobre quien debería sería el primero en beber, y de la discusión pasaron a una feroz lucha a muerte. Pero, en un momento de descanso, vieron una nube de aves rapaces en espera de algún vencido para devorarlo. Entonces, recapacitando, se dijeron: -- ¡Más vale que seamos amigos y no pasto de los buitres y cuervos! Las luchas inútiles sólo sirven para enriquecer y alimentar a sus espectadores. Si tienes en tus manos un pequeño beneficio, cuando busques uno mayor, no abandones el pequeño que ya tienes, hasta tanto no tengas realmente en tus manos el mayor. Nunca permitas que el ansia de honores perturbe tu buen juicio, para que no seas atrapado por el peligro. Cuando busques alianzas, fíjate que tus aliados estén en verdad capacitados de unirte a ti en lo pactado. Quien tiende trampas para los inocentes, es el primero en caer en ellas.
Paseaba un león por una pl aya y vio a un delfín asomar su cabeza fuera del agua. Le propuso entonces una alianza: -- Nos conviene unirnos a ambos, siendo tú el rey de los animales del mar y yo el de los terrestres-- le dijo. Aceptó gustoso el delfín. Y el león, quien desde hacía tiempo se hallaba en guerra contra un loro salvaje, llamó al delfín a que le ayudara. Intentó el delfín salir del agua, mas no lo consiguió, por lo que el león lo acusó de traidor. -- ¡No soy yo el culpable ni a quien debes acusar, sino a la Naturaleza -- respondió el delfín --, porque ella es quien me hizo acuático y no me permite pasar a la tierra! Cuando busques alianzas, fíjate que tus aliados estén en verdad capacitados de unirte a ti en lo pactado Las luchas inútiles sólo sirven para enriquecer y alimentar a sus espectadores. Si tienes en tus manos un pequeño beneficio, cuando busques uno mayor, no abandones el pequeño que ya tienes, hasta tanto no tengas realmente en tus manos el mayor. Quien tiende trampas para los inocentes, es el primero en caer en ellas. Para que no te pase las de l asno, cuando te asocies, hazlo con socios de igual poder que tú, no con otros todopoderosos.
El león, la zorra y el lobo. Cansado y viejo el rey león, se quedó enfermo en su cueva, y los demás animales, excepto la zorra, lo fueron a visitar. Aprovechando la ocasión de la visita, acusó el lobo a la zorra expresando lo siguiente: -- Ella no tiene por nuestra alteza ningún respeto, y por eso ni siquiera se ha acercado a saludar o preguntar por su salud. En ese preciso instante llegó la zorra, justo a tiempo para oír lo dicho por el lobo. Entonces el león, furioso al verla, lanzó un feroz grito contra la zorra ; pero ella, pidió la palabra para justificarse, y dijo: -- Dime, de entre todas las visitas que aquí tenéis, ¿quién te ha dado tan especial servicio como el que he hecho yo, que busqué por todas partes médicos que con su sabiduría te recetaran un remedio ideal para curarte, encontrándolo por fin? -- ¿Y cuál es ese remedio?, dímelo inmediatamente. -- Ordenó el león. -- Debes sacrificara un lobo y ponerte su piel como abrigo -- respondió la zorra. Inmediatamente el lobo fue condenado a muerte, y la zorra, riéndose exclamó: -- Al patrón no hay que llevarlo hacia el rencor, sino hacia la benevolencia. Quien tiende trampas para los inocentes, es el primero en caer en ellas. . Cuando busques alianzas, fíjate que tus aliados estén en verdad capacitados de unirte a ti en lo pactado. Las luchas inútiles sólo sirven para enriquecer y alimentar a sus espectadores. Para que no te pase las del asno, cuando te asocies, hazlo con socios de igual poder que tú, no con otros todopoderosos. Si te alabas a ti mismo, serás simplemente objeto de la burla, sobre todo de los que mejor te conocen.
El león y el asno ingenuo. Se juntaron el león y el asno para cazar animales salvajes. El león utilizaba su fuerza y el asno las coses de sus pies. Una vez que acumularon cierto número de piezas, el león las dividió en tres partes y le dijo al asno: -- La primera me pertenece por ser el rey; la segunda también es mía por ser tu socio, y sobre la tercera, mejor te vas largando si no quieres que te vaya como a las presas. Para que no te pase las del asno, cuando te asocies, hazlo con socios de igual poder que tú, no con otros todopoderosos. Quien tiende trampas para los inocentes, es el primero en caer en ellas. Cuando busques alianzas, fíjate que tus aliados estén en verdad capacitados de unirte a ti en lo pactado. Si te alabas a ti mismo, serás simplemente objeto de la burla, sobre todo de los que mejor te conocen. Nunca desprecies las promesas de los pequeños honestos. Cuando llegue el momento las cumplirán.
El león y el asno presuntuoso. De nuevo se hicieron amigos el ingenuo asno y el león para salir de caza. Llegaron a una cueva donde se refugiaban unas cabras monteses, y el león se quedó a guardar la salida, mientras el asno ingresaba a la cueva coceando y rebuznando, para hacer salir a las cabras. Una vez terminada la acción, salió el asno de la cueva y le preguntó si no le había parecido excelente su actuación al haber luchado con tanta bravura para expulsar a las cabras. -- ¡Oh sí, soberbia -- repuso el león, que hasta yo mismo me hubiera asustado si no supiera de quien se trataba! Si te alabas a ti mismo, serás simplemente objeto de la burla, sobre todo de los que mejor te conocen Para que no te pase las del asno, cuando te asocies, hazlo con socios de igual poder que tú, no con otros todopoderosos. Quien tiende trampas para los inocentes, es el primero en caer en ellas. Nunca desprecies las promesas de los pequeños honestos. Cuando llegue el momento las cumplirán. Siempre es bueno no despreciar el error ajeno y más bien aprender de él.
El león y el ratón. Dormía tranquilamente un león, cuando un ratón empezó a juguetear encima de su cuerpo. Despertó el león y rápidamente atrapó al ratón; y a punto de ser devorado, le pidió éste que le perdonara, prometiéndole pagarle cumplidamente llegado el momento oportuno. El león echó a reír y lo dejó marchar. Pocos días después unos cazadores apresaron al rey de la selva y le ataron con una cuerda a un frondoso árbol. Pasó por ahí el ratoncillo, quien al oír los lamentos del león, corrió al lugar y royó la cuerda, dejándolo libre. -- Días atrás -- le dijo --, te burlaste de mí pensando que nada podría hacer por ti en agradecimiento. Ahora es bueno que sepas que los pequeños ratones somos agradecidos y cumplidos. Nunca desprecies las promesas de los pequeños honestos. Cuando llegue el momento las cumplirán. Si te alabas a ti mismo, serás simplemente objeto de la burla, sobre todo de los que mejor te conocen. Para que no te pase las del asno, cuando te asocies, hazlo con socios de igual poder que tú, no con otros todopoderosos. Siempre es bueno no despreciar el error ajeno y más bien aprender de él. Muchas veces, muy pequeñas molestias nos hacen olvidar las grandezas que poseemos.
El león, la zorra y el asno. El león, la zorra y el siempre ingenuo asno se asociaron para ir de caza. Cuando ya tuvieron bastante, dijo el león al asno que repartiera entre los tres el botín. Hizo el asno tres partes iguales y le pidió al león que escogiera la suya. Indignado por haber hecho las tres partes iguales, saltó sobre él y lo devoró.Entonces pidió a la zorra que fuera ella quien repartiera. La zorra hizo un montón de casi todo, dejando en el otro grupo sólo unas piltrafas. Llamó al león para que escogiera de nuevo. Al ver aquello, le preguntó el león que quien le había enseñado a repartir tan bien.-- ¡Pues el asno, señor, el asno! Siempre es bueno no despreciar el error ajeno y más bien aprender de él. Nunca desprecies las promesas de los pequeños honestos. Cuando llegue el momento las cumplirán. Si te alabas a ti mismo, serás simplemente objeto de la burla, sobre todo de los que mejor te conocen. Muchas veces, muy pequeñas molestias nos hacen olvidar las grandezas que poseemos. Observa y analiza siempre con cuidado tu alrededor, y así estarás mejor protegido de los peligros.
– El león, Prometeo y el elefante No dejaba un león de quejarse ante Prometeo diciéndole: -- Tu me hiciste bien fuerte y hermoso, dotado de mandíbulas con buenos colmillos y poderosas garras en las patas, y soy el más dominante de los animales. Sin embargo le tengo un gran temor al gallo. -- ¿ Por qué me acusas tan a la ligera? ¿ No estás satisfecho con todas las ventajas físicas que te he dado? Lo que flaquea es tu espíritu. Replicó Prometeo. Siguió el león deplorando su situación, juzgándose de pusilánime. Decidió entonces poner fin a su vida. Se encontraba en esta situación cuando llegó el elefante, se saludaron y comenzaron a charlar. Observó el león que el elefante movía constantemente sus orejas, por lo que le preguntó la causa. -- ¿Ves ese minúsculo insecto que zumba a mi alrededor?--respondió el elefante --, pues si logra ingresar dentro de mi oído, estoy perdido. Entonces se dijo el león: ¿No sería insensato dejarme morir, siendo yo mucho más fuerte y poderoso que el elefante, así como mucho más fuerte y poderoso es el gallo con el mosquito? Muchas veces, muy pequeñas molestias nos hacen olvidar las grandezas que poseemos. Observa y analiza siempre con cuidado tu alrededor, y así estarás mejor protegido de los peligros. Cuidémonos de no dar nunca poder a los irascibles y dañinos, pues si ya sin motivo nos dañan, más lo harán si por cualquier causa se sienten inconformes. Siempre es bueno no despreciar el error ajeno y más bien aprender de él. Nunca desprecies las promesas de los pequeños honestos. Cuando llegue el momento las cumplirán.
El león y el toro. Pensando el león como capturar un toro muy corpulento, decidió utilizar la astucia. Le dijo al toro que había sacrificado un carnero y que lo invitaba a compartirlo. Su plan era atacarlo cuando se hubiera echado junto a la mesa. Llegó al sitio el toro, pero viendo sólo grandes fuentes y asadores, y ni asomo de carnero, se largó sin decir una palabra.Le reclamó el león que por qué se marchaba así, pues nada le había hecho.-- Sí que hay motivo -- respondió el toro --, pues todos los preparativos que has hecho no son para el cuerpo de un carnero, sino para el de un toro. Observa y analiza siempre con cuidado tu alrededor, y así estarás mejor protegido de los peligros Muchas veces, muy pequeñas molestias nos hacen olvidar las grandezas que poseemos. siempre es bueno no despreciar el error ajeno y más bien aprender de él. Cuidémonos de no dar nunca poder a los irascibles y dañinos, pues si ya sin motivo nos dañan, más lo harán si por cualquier causa se sienten inconformes. Nunca dejes de cuidarte ni aún de las más pequeñas cosas, por ínfimas que sean.
El león y el ciervo. Estaba un león muy furioso, rugiendo y gritando sin ninguna razón. Lo vio un ciervo a prudente distancia y exclamó: -- ¡ Desdichados de nosotros, los demás animales del bosque, si cuando el león estaba sosegado nos era tan insoportable, ¿ de qué no será capaz estando en la forma que está ahora? Cuidémonos de no dar nunca poder a los irascibles y dañinos, pues si ya sin motivo nos dañan, más lo harán si por cualquier causa se sienten inconformes. Observa y analiza siempre con cuidado tu alrededor, y así estarás mejor protegido de los peligros. Muchas veces, muy pequeñas molestias nos hacen olvidar las grandezas que poseemos. Nunca dejes de cuidarte ni aún de las más pequeñas cosas, por ínfimas que sean. Cuando de asociarse se trata, entre más equilibrada sea la unidad de voluntad y de pensamiento entre los miembros, mayor garantía habrá de éxito.
El león, la zorra y el ratón. Dormía tranquilamente un león, cuando un ratoncillo se puso a correr sobre su cuerpo.Se despertó el león, y se movió en todas direcciones buscando a ver quien era el intruso que le molestaba. Lo observaba una zorra, y le criticó por creer que tenía miedo de un simple ratoncillo, siendo él todo un señor león. -- No es miedo del ratoncillo -- dijo el león--, sino que me sorprendió que hubiera un animal que tuviera el valor de pisotear el cuerpo de un león dormido. Nunca dejes de cuidarte ni aún de las más pequeñas cosas, por ínfimas que sean. Cuando de asociarse se trata, entre más equilibrada sea la unidad de voluntad y de pensamiento entre los miembros, mayor garantía habrá de éxito. Nunca des la espalda o traiciones a quien verdaderamente te brinda ayuda y confía en ti. Cuidémonos de no dar nunca poder a los irascibles y dañinos, pues si ya sin motivo nos dañan, más lo harán si por cualquier causa se sienten inconformes. Observa y analiza siempre con cuidado tu alrededor, y así estarás mejor protegido de los peligros.
Los lobos y los perros alistándose a luchar. Se alistaban los lobos y los perros a luchar. Eligieron los perros como general a un perro griego. Pero éste parecía no tener prisa en iniciar la batalla y por ello le reclamaron. ¿ Saben -- contestó -- por qué doy tiempo? Porque antes de actuar siempre es bueno deliberar. Los lobos todos son de la misma raza, talla y color, pero nosotros somos de costumbres muy diferentes, y procedemos de diversas regiones de las cuales cada uno está orgulloso. Nuestros uniformes no son parejos como los de ellos, tenemos rubios, negros, blancos y cenicientos.¿ Cómo voy a empezar una guerra con soldados tan disparejos? Primero debo idear cómo nivelar a mi gente. Cuando de asociarse se trata, entre más equilibrada sea la unidad de voluntad y de pensamiento entre los miembros, mayor garantía habrá de éxito Nunca dejes de cuidarte ni aún de las más pequeñas cosas, por ínfimas que sean. Cuidémonos de no dar nunca poder a los irascibles y dañinos, pues si ya sin motivo nos dañan, más lo harán si por cualquier causa se sienten inconformes. Nunca des la espalda o traiciones a quien verdaderamente te brinda ayuda y confía en ti. Nunca le entregues a los enemigos, a los que te dan el apoyo y protección.
Los lobos reconciliándose con los perros. Llamaron los lobos a los perros y les dijeron:-- Oigan, siendo ustedes y nosotros tan semejantes, ¿por qué no nos entendemos como hermanos, en vez de pelearnos? Lo único que tenemos diferente es cómo vivimos. Nosotros somos libres; en cambio ustedes sumisos y sometidos en todo a los hombres: aguantan sus golpes, soportan los collares y les guardan los rebaños. Cuando sus amos comen, a ustedes sólo les dejan los huesos. Les proponemos lo siguiente: dennos los rebaños y los pondremos en común para hartarnos.Creyeron los perros las palabras de los lobos traicionando a sus amos, y los lobos, ingresando en los corrales, lo primero que hicieron fue matar a los perros. Nunca des la espalda o traiciones a quien verdaderamente te brinda ayuda y confía en ti. Cuando de asociarse se trata, entre más equilibrada sea la unidad de voluntad y de pensamiento entre los miembros, mayor garantía habrá de éxito. Nunca dejes de cuidarte ni aún de las más pequeñas cosas, por ínfimas que sean. Nunca le entregues a los enemigos, a los que te dan el apoyo y protección. Nunca te desprendas de lo que es primordial para tu propia seguridad.
Los lobos y los carneros. Intentaban los lobos sorprender a un rebaño de carneros. Pero gracias a los perros guardianes, no podían conseguirlo. Entonces decidieron emplear su astucia. Enviaron unos delegados a los carneros para pedirles que les entregaran a sus perros diciéndoles: -- Los perros son los causantes de que haya enemistad entre ustedes y nosotros. Sólo tienen que entregárnoslos y la paz reinará entre nosotros. Y los ingenuos carneros, sin sospechar lo que sucedería, les entregaron los perros, y los lobos, ya libres de los perros, se apoderaron sin problemas del rebaño. Nunca le entregues a los enemigos, a los que te dan el apoyo y protección. Nunca des la espalda o traiciones a quien verdaderamente te brinda ayuda y confía en ti. Cuando de asociarse se trata, entre más equilibrada sea la unidad de voluntad y de pensamiento entre los miembros, mayor garantía habrá de éxito. Nunca te desprendas de lo que es primordial para tu propia seguridad. Nunca valores tus virtudes por la apariencia con que las ven tus ojos, pues fácilmente te engañarás.
Los lobos, los carneros y el carnero mayor. Enviaron los lobos una representación a un rebaño de carneros, prometiéndoles hacer una paz permanente si les entregaban a los perros. Los carneros aceptaron hacerlo, exceptuando a un viejo carnero padre que les reclamó a los lobos: -- ¿ Cómo les voy a creer y vivir con ustedes, si ahora mismo, aún con el cuido de los perros no puedo pacer con tranquilidad? Nunca te desprendas de lo que es primordial para tu propia seguridad. Nunca le entregues a los enemigos, a los que te dan el apoyo y protección. Nunca des la espalda o traiciones a quien verdaderamente te brinda ayuda y confía en ti. Nunca valores tus virtudes por la apariencia con que las ven tus ojos, pues fácilmente te engañarás. Para quien hacer el mal es su profesión, de nada valen argumentos para no hacerlo. No te acerques nunca donde los malvados.
El lobo orgulloso de su sombra, y el león. Vagaba cierto día un lobo por lugares solitarios, a la hora en que el sol se ponía en el horizonte. Y viendo su sombra bellamente alargada exclamó: -- ¿Cómo me va a asustar el león con semejante talla que tengo? ¡Con treinta metros de largo, bien fácil me será convertirme en rey de los animales! Y mientras soñaba con su orgullo, un poderoso león le cayó encima y empezó a devorarlo. Entonces el lobo, cambiando de opinión se dijo:-- La presunción es causa de mi desgracia. Nunca valores tus virtudes por la apariencia con que las ven tus ojos, pues fácilmente te engañarás. Nunca te desprendas de lo que es primordial para tu propia seguridad. Nunca le entregues a los enemigos, a los que te dan el apoyo y protección. Para quien hacer el mal es su profesión, de nada valen argumentos para no hacerlo. No te acerques nunca donde los malvados. Si sin remedio vamos a ser sacrificados, más nos vale que sea con el mayor honor.
El lobo y el cordero en el arroyo. Miraba un lobo a un cordero que bebía en un arroyo, e imaginó un simple pretexto a fin de devorarlo. Así, aún estando él más arriba en el curso del arroyo, le acusó de enturbiarle el agua, impidiéndole beber. Y le respondió el cordero:-- Pero si sólo bebo con la punta de los labios, y además estoy más abajo y por eso no te puedo enturbiar el agua que tienes allá arriba.Viéndose el lobo burlado, insistió: -- El año pasado injuriaste a mis padres.-- ¡Pero en ese entonces ni siquiera había nacido yo! -- contestó el cordero. Dijo entonces el lobo:-- Ya veo que te justificas muy bien, mas no por eso te dejaré ir, y siempre serás mi cena. Para quien hacer el mal es su profesión, de nada valen argumentos para no hacerlo. No te acerques nunca donde los malvados. Nunca valores tus virtudes por la apariencia con que las ven tus ojos, pues fácilmente te engañarás. Nunca te desprendas de lo que es primordial para tu propia seguridad. Para quien hacer el mal es su profesión, de nada valen argumentos para no hacerlo. No te acerques nunca donde los malvados. Si sin remedio vamos a ser sacrificados, más nos vale que sea con el mayor honor.
El lobo y el cordero en el templo. Dándose cuenta de que era perseguido por un lobo, un pequeño corderito decidió refugiarse en un templo cercano. Lo llamó el lobo y le dijo que si el sacrificador lo encontraba allí dentro, lo inmolaría a su dios. -- ¡Mejor así! -- replicó el cordero -- prefiero ser víctima para un dios a tener que perecer en tus colmillos. Si sin remedio vamos a ser sacrificados, más nos vale que sea con el mayor honor. Para quien hacer el mal es su profesión, de nada valen argumentos para no hacerlo. No te acerques nunca donde los malvados. Nunca valores tus virtudes por la apariencia con que las ven tus ojos, pues fácilmente te engañarás. Conoce siempre a los malvados, para que no te atrapen con sus engaños. Más importante que las palabras, son los actos de amor verdadero.
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