Una de las principales innovaciones que
introdujo el sistema de diagnóstico DSM-III
(1980) en los trastornos de ansiedad, fue: La organización de estos trastornos en dos
grandes grupos: fobias y ansiedad general. La desaparición del término neurosis como
concepto aglutinador y criterio rector de estos
trastornos. La inclusión de supuestos etiológicos
específicos para cada trastorno. La descripción pormenorizada de síntomas
y su traducción en términos de observación clínica controlada, a través del diseño de tests
psicométricos como el STAI. La inclusión de puntos de corte específicos
para distinguir la ansiedad normal de la patológica. La comorbilidad que existe entre los
trastornos de ansiedad: Tiene implicaciones diagnósticas, pero
influye poco en el planteamiento terapéutico. Solo tiene utilidad para la investigación
básica, pero posee pocas repercusiones en cuanto al
diagnóstico. Plantea dudas sobre los aspectos
etiológicos diferenciales de los diversos trastornos. Indica que nos hallamos frente a un grupo
de problemas que afectan a la gente en su vida
cotidiana, pero no frente a un grupo de trastornos
mentales propiamente dicho. Ninguna de las respuestas anteriores es
correcta. La formulación freudiana sobre la
ansiedad neurótica o patológica, indica que ésta: Es la respuesta típica ante la evitación de
un estímulo temido por el Ello. Es una reacción normal o casi normal a las
presiones y el estrés de la vida cotidiana. Es una experiencia muy desagradable que
el individuo experimenta una y otra vez. Es el producto final de la liberación o
aparición en la consciencia de fragmentos de
material reprimido sobre deseos homosexuales. Es el resultado de la reaparición en la
consciencia de fragmentos de material reprimido o
de sus representaciones simbólicas. Señala lo correcto respecto a la
agorafobia: Ansiedad referida a separación de figuras
ligadas afectivamente, de inicio en la infancia. Miedo señalado por una situación de temor
a perder el control de los impulsos. Evitación aguda de los espacios abiertos. Ansiedad acerca de estar en lugares donde
el escape pueda ser difícil. Miedo al agua. Teniendo en cuenta los criterios
diagnósticos de la CIE-10, ¿cuál de las siguientes
afirmaciones sobre las fobias sociales, es
FALSA?: Suele comenzar en la adolescencia. Se presenta con mayor frecuencia en
mujeres que en varones. Suelen acompañarse de una baja
estimación de sí mismo. En casos extremos, puede llevar a un
aislamiento social. Los síntomas pueden desembocar en crisis
de pánico. ¿Cuál de estas afirmaciones NO se
corresponde con los criterios de la CIE-10 para
los trastornos de ansiedad fóbica?: La ansiedad fóbica y la depresión
coexisten a menudo. La mayor parte de los trastornos fóbicos
son más frecuentes en mujeres que en hombres. Por lo general, el imaginar la situación
fóbica desencadena una ansiedad anticipatoria. La nosofobia incluye temores referidos a
presencia de enfermedades. La ansiedad se alivia por saber que otras
personas no consideran dicha situación como
peligrosa o amenazante. Según el modelo bifactorial mediacional
de Mowrer acerca de la existencia de dos fases
en la adquisición de las respuestas de miedo: Ambas siguen el patrón básico, aunque
con alguna variante, del condicionamiento clásico. Ambas siguen el patrón básico, aunque
con alguna variante, del condicionamiento
operante. La primera fase sigue el patrón típico del
condicionamiento operante y la segunda el del
instrumental. La primera fase es común a la adquisición
de otras conductas relacionadas con estados de
ánimo negativos y a continuación se produce una
segunda fase en la que específicamente se aprende
el miedo. La primera fase sigue el patrón típico del
condicionamiento clásico y la segunda el del
instrumental. De acuerdo con el sistema diagnóstico
DSM-IV, el trastorno dismórfico corporal se
caracteriza por: Preocupación realista por sensaciones
cenestésicas dolorosas. Preocupación excesiva por alguna leve o
inexistente anomalía física. Preocupación por síntomas que afectan al
funcionamiento del sistema motor voluntario. Preocupación desmesurada por la
posibilidad de estar sufriendo una grave
enfermedad. Preocupación por tener que someterse a
una operación de cirugía estética reparadora. Los pacientes con trastorno de
conversión que presentan “anestesia de guante”
muestran: Una sensación de hormigueo o pinchazo
intermitente desde la punta de los dedos hasta el
codo. Una falta de sensibilidad en la mano desde
la punta de los dedos hasta la zona de terminación
de la muñeca. La parálisis permanente de todos los dedos
de la mano derecha, excepto el dedo anular. Insensibilidad de los dedos de la mano
producida por guantes o manoplas. La pérdida parcial de movilidad de las
manos en condiciones térmicas adversas. De acuerdo con el modelo de Warwick y
Salkovskis (1990), una de las características
cognitivas de la hipocondría es: La buena disposición a aceptar el origen
psicológico de los síntomas. La tendencia a dirigir la atención hacia los
estímulos exteroceptivos. Un pensamiento simbólico deficitario. El aumento de la percepción corporal. La minimización u ocultación de los
síntomas. Una de las dimensiones de somatización
propuesta por Lipowski (1986, 1988) es: Tendencia a mantener relaciones
interpersonales conflictivas. Habilidad para describir los sentimientos y
desarrollar fantasías. Proclividad a padecer síntomas físicos
bilaterales. Capacidad para desarrollar problemas
orgánicos reales que los médicos ignoran. Tendencia a extraer ganancias secundarias
de las quejas físicas. Hilgard (1977) y Kihlstrom (1990),
representantes de algunas de las teorías actuales
sobre los fenómenos disociativos, postulan que: Los conceptos de disociación y represión
son sinónimos. Los procesos mentales no conscientes son
irracionales. Los procesos mentales no conscientes son
cualitativamente diferentes de los conscientes. Los procesos mentales no conscientes se
limitan a los procesos automáticos. Los procesos mentales no conscientes
pueden ejercer diferentes tipos de influencias sobre
los procesos conscientes. Kihlstrom (1990) conceptualizan los
trastornos disociativos básicamente como un
problema de: Memoria. Percepción. Pensamiento. Lenguaje. Motivación. ¿Cuál de los siguientes trastornos, no
incluidos en el DSM-IV dentro de los trastornos
disociativos, parece tener, sin embargo, un
componente disociativo importante?: De pánico. De ansiedad generalizada. Obsesivo-compulsivo. De conversión. Hipocondríaco. Señale en cuál de los siguientes cuadros
clínicos NO aparece amnesia disociativa o
psicógena: Fuga disociativa. Trastorno disociativo de identidad. Trastorno de despersonalización. Trastorno agudo de estrés. Trastorno de estrés postraumático. El concepto de “disociación entre las
respuestas de ansiedad”, significa que: Hay un predominio del arousal tónico
sobre el modulador. Hay un predominio del estado emocional
negativo, sobre el físico. Hay un predominio de los síntomas físicos
que están bajo el control voluntario del sujeto,
sobre aquellos que no están sujetos a ese control. Hay una disociación entre la experiencia
interna no consciente de los síntomas y la
experiencia consciente de los mismos. Hay un predominio de uno de los sistemas
de respuesta de la ansiedad sobre los demás. Según los planteamientos cognitivos
actuales sobre la ansiedad (M. Eysenck, J.M.
Williams, C. McLeod, A. Mathews, etc.) una de
las características típicas de la atención de los
pacientes con trastornos de ansiedad es la: Hipovigilancia. Hipoactivación. Aprosexia. Hipervigilancia. Hiperactivación. ¿Cuál de las siguientes condiciones
contraindica el diagnóstico de amnesia
disociativa?: Pérdida de memoria de hechos recientes. Modificabilidad del estado mediante
hipnosis. Accidente cerebrovascular. Estado de perplejidad. Variabilidad de la extensión y alcance de
la amnesia. Un paciente presenta un episodio de
convulsiones generalizadas rítmicas, de
aparición brusca, de breve duración,
manifestando al mismo tiempo estado de
conciencia estuporoso. ¿Qué diagnóstico es de
elección?: Crisis parciales complejas
secundariamente generalizadas. Trastorno disociativo de la motilidad. Epilepsia global transitoria. Convulsiones disociativas. Crisis de “gran mal”. Según el DSM-IV, cuando un paciente
refiere un número de síntomas físicos múltiples
que afectan a diversos sistemas orgánicos, que
no pueden ser explicados por una condición
médica general o por abuso de sustancias, el
diagnóstico más apropiado sería: Trastorno de somatización. Hipocondría. Dolor somatoforme. Trastorno de conversión. Neurosis histérica.
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