Largo largero, Martín Caballero, sin patas ni manos y corre ligero. No muerde ni ladra, pero tiene dientes y la casa lo guarda. No es más grande que una nuez, sube al monte y no tiene pies. Es tan largo como un camino, y gruñe como un cochino. Es blanco como la sal. Fácil de abrir, pero no lo puedes cerrar. Es tan grande como un pepino, y tiene barbas como un señor digno.
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