Crear metas específicas antes de cada tarea es importante para los alumnos con DA porque: Se evita que los alumnos se comparen con los demás (orientación al ejecución) y aprendan a comparase consigo mismos (orientación a la aprendizaje o maestría). El profesor organiza mejor su trabajo. Los estudiantes se despistan mucho.
Cuando se evalúan los resultados de la tarea al finalizarla, tratamos de dar una explicación a los resultados obtenidos. En general, si un estudiante no alcanza el rendimiento esperado, lo más adaptativo es atribuir ese bajo resultado: A algo interno y controlable (como no haber planificado bien el tiempo). A algo interno y no controlable como la poca inteligencia. A algo externo y estable como la manía del profesor.
Para ser un docente experto: Es importante la supervisión porque se tiende a simplificar las propuestas. Conviene estudiar mucho. Basta con proponérselo y tomarse en serio las cosas.
Conviene cerrar cada tarea y cada sesión porque de esta manera nos aseguramos de que: Los alumnos se den cuenta de cuál ha sido su rendimiento y eso les permite ser activos a la hora de fijar una nueva meta en la siguiente vez que se plantee la tarea. El profesor se asegura de haber cumplido su plan. Los alumnos sepan que ha acabado cada tarea.
La práctica deliberada consiste en: Tener una meta explícita que guíe al aprendiz durante la tarea. Estar motivado a hacer algo. Ejercitarse para ganar seguridad.
Cuando se evalúa la marcha de la tarea durante su realización, que es a lo que denominamos supervisión: Pueden surgir experiencias emocionales negativas (decepción pro los resultados, frustración, aburrimiento) que pueden ser combatidas suscitando otras emociones nuevas Los alumnos pueden despistarse. Los alumnos calibran con cierta facilidad su nivel de éxito.
Si un alumno se dice a sí mismo: “esta suma sí está bien hecha, pero la anterior no lo estaba” cuando está haciendo un ejercicio de matemáticas quiere decir que el alumno: Se esta supervisando durante la tarea. Está preocupado por su rendimiento. Está creando una nueva meta.
Cuando tratas de desactivar una valoración inicial (primaria) negativa de una tarea por parte de un estudiante, conviene: Ayudarle a reconocer la emoción negativa y normalizarla o empatizar con él, e iniciar luego una nueva valoración más consciente. Basta con ser empático para que todo vaya bien. Volver a explicarle la tarea para que la entienda.
Para elaborar una meta explícita accesible y relevante (constituye un paso adelante) hay que: Tener claro tanto lo que se quiere conseguir como que de momento se está consiguiendo, e imaginar un logro intermedio entre lo uno y lo otro. Tener claro tanto lo que se quiere conseguir como lo que de momento se está consiguiendo. Tener claro en qué consiste la tarea.
Cuando nos enfrentamos a una tarea: Hacemos una valoración emocional automática (acercamiento/rechazo) que puede ser revisada tras un proceso deliberado (valoración secundaria). Hacemos una valoración automática o primaria que es casi imposible de revisar. Hacemos una valoración emocional que apenas es importante.
Los episodios como unidades de análisis de la práctica educativa son: Unidades globales que organizan y secuencia en momentos las actividades del aula (ATAs) según sus distintas metas y objetivos. Son estructuras de lo que hace el profesor. Son unidades más globales que las actividades de aula (ATAs).
Los episodios de planificación dentro de las tareas-actividades más frecuentes en las aulas (ATAs) se desarrollan/encuentran con más o menos amplitud: Como unidades globales de organización se pueden encontrar en todas las tareas-actividades de aula. También en tareas de resolver problemas. Son unidades más globales que las Unidades didácticas.
Las actividades típicas de Aula (ATAs) son unidades globales de análisis de la práctica educativa que permiten contextualizar y organizar las interacciones de aula: Sí, para todas las tareas-actividades de aula No son unidades globales. Solo para tareas-actividades de comprensión de textos.
Señale en qué nivel o niveles de análisis de la práctica se pueden obtener evidencias sobre las necesidades-retos de los alumnos y las necesidades-retos de los profesores: Cuando analizamos lo que ocurre en las aulas (interacciones de aula) en relación con las actividades y contenidos educativos que se dan Cuando analizamos lo que hace el equipo directivo. Cuando analizamos las relaciones familia-centro.
El análisis más local de una interacción es: Conocer y describir qué se hace y dice, cómo se lleva a cabo la interacción profesor-alumno y quién tiene más protagonismo es lo más importante. Comprobar si el alumno aprende. Conocer si el profesor lo hace bien.
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