Casos Clínicos Psicopatología II (UJA)
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Título del Test:![]() Casos Clínicos Psicopatología II (UJA) Descripción: 20 casos clínicos para repasar (diagnóstico y posible diagnóstico diferencial) |




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Mujer de 32 años, soltera, empleada administrativa. Desde hace aproximadamente 2 meses, la paciente refiere sentirse constantemente triste, sin energía, y con dificultades para concentrarse en el trabajo. Ha perdido el apetito y ha bajado 5 kg sin proponérselo. Informa que duerme más de 10 horas al día, pero aún así se siente cansada. Ha dejado de salir con sus amigos y ya no disfruta de actividades que antes le eran gratificantes, como leer o escuchar música. La paciente expone: “Ya no tengo ganas de nada, no disfruto como antes”. Ha tenido pensamientos recurrentes sobre la muerte, aunque niega planes suicidas concretos. Hombre de 24 años, estudiante universitario. El paciente manifiesta tener pensamientos intrusivos y recurrentes sobre la posibilidad de contaminarse con gérmenes al tocar objetos en espacios públicos. Estos pensamientos le generan ansiedad intensa, por lo que ha desarrollado el hábito compulsivo de lavarse las manos entre 20 y 30 veces al día. El paciente expone: “No puedo dejar de lavarme las manos”. Reconoce que los pensamientos son irracionales, pero no puede evitar realizar las conductas compulsivas. El problema ha interferido significativamente con su rutina diaria, especialmente en la universidad, donde evita el contacto con compañeros y objetos comunes. Mujer de 40 años, docente. Desde hace más de 6 meses, la paciente refiere una preocupación excesiva y constante sobre temas cotidianos como el trabajo, la salud de sus hijos y problemas económicos, aunque no haya razones objetivas graves. Informa que le cuesta controlar la preocupación, exponiendo lo siguiente: “No puedo dejar de preocuparme por todo”. Presenta tensión muscular, insomnio, fatiga constante y dificultad para concentrarse. Estas manifestaciones afectan su rendimiento laboral y su vida familiar. Hombre de 28 años, exmilitar. Tras haber estado en una zona de combate hace un año, el paciente presenta recuerdos intrusivos recurrentes del evento, pesadillas frecuentes, y una marcada reactividad fisiológica ante sonidos fuertes, exponiendo lo siguiente: “Sigo reviviendo lo que pasó en la guerra”. Evita lugares y conversaciones relacionadas con el conflicto. Ha desarrollado irritabilidad, hipervigilancia, problemas de sueño y dificultad para mantener relaciones personales. Hombre de 23 años, estudiante universitario. Desde hace aproximadamente 8 meses, la familia observa que el paciente ha comenzado a aislarse socialmente, descuidar su higiene personal y mostrar un discurso incoherente. Fue traído a la consulta por su madre, la cual expuso lo siguiente: "He traído a mi hijo a la consulta debido a que presenta unos comportamientos extraños y un gran aislamiento". Refiere oír voces que lo critican y lo insultan, aunque no haya nadie cerca. Cree firmemente que lo están vigilando a través de su computadora. Tiene dificultad para mantener una conversación lógica y ha abandonado sus estudios. Mujer de 21 años, universitaria. La paciente expuso que su motivo de consulta fue: "Llevo un tiempo con numerosas crisis frecuentes de ánimo y autolesiones". La paciente presenta un patrón crónico de inestabilidad en sus relaciones interpersonales, su autoimagen y estado de ánimo. Tiene episodios intensos de ira, miedo al abandono y conductas impulsivas como el consumo de alcohol y sexo sin protección. Ha intentado autolesionarse en varias ocasiones (cortes en los brazos) y amenaza con suicidarse tras discusiones con su pareja. Refiere sentimientos persistentes de vacío. Hombre de 35 años, arquitecto. Durante la última semana, el paciente ha mostrado un estado de ánimo inusualmente eufórico, habla rápidamente, se muestra excesivamente sociable y ha tenido ideas grandiosas sobre fundar una empresa millonaria. Ha gastado grandes sumas de dinero en objetos innecesarios. Dormía solo 2 horas por noche sin sentir fatiga. Sus compañeros de trabajo alertaron a la familia por su comportamiento errático. Tiene antecedentes de un episodio depresivo mayor un año atrás. Hombre de 30 años, ingeniero. Desde hace 4 meses, presenta episodios recurrentes de ansiedad intensa que aparecen de forma inesperada. Durante estos ataques, experimenta palpitaciones, sensación de ahogo, sudoración, mareo y miedo a morir. El paciente "siente que le va a dar un infarto". Estos episodios duran alrededor de 10 a 20 minutos, con un pico de intensidad en los primeros 5. Ha acudido varias veces a urgencias, pero los exámenes médicos son normales. Ahora evita salir solo o conducir, por miedo a que ocurra otro ataque. Vive en constante preocupación de que los episodios se repitan. Niño de 7 años. La madre expone que llora intensamente cuando se va a trabajar o cuando, en general, se separa del niño. Desde que inició la primaria, presenta miedo excesivo al quedarse en la escuela sin su madre. Llora al llegar, se agarra de ella, y ha fingido síntomas físicos como dolor de estómago o náuseas para evitar asistir. En la noche, se niega a dormir solo y se despierta frecuentemente para comprobar que sus padres siguen en casa. Su rendimiento escolar ha disminuido y ha dejado de participar en actividades con otros niños. Niño de 6 años. Los maestros reportan que el niño no habla en el aula desde que inició el ciclo escolar, aunque parece entender las instrucciones y responde con gestos. Sin embargo, en casa habla fluidamente con sus padres y hermanos. La madre indica que el niño siempre ha sido tímido, pero nunca había tenido este comportamiento. No se observan signos de retraso del lenguaje, discapacidad intelectual ni otros trastornos del neurodesarrollo. Tampoco hay antecedentes de trauma. Mujer de 29 años, psicóloga. Desde hace un mes, la paciente muestra un ánimo depresivo casi todos los días, fatiga, insomnio, llanto frecuente y pérdida de interés por sus actividades cotidianas. Refiere haber tenido episodios similares en el pasado, exponiendo: “Estoy de nuevo en una etapa muy baja, sin ganas de nada”. En una exploración más detallada, menciona que en dos ocasiones en los últimos años se sintió “increíblemente bien”, con mucha energía, hablaba muy rápido, dormía poco y comenzó varios proyectos nuevos al mismo tiempo, pero nunca necesitó hospitalización ni causó un deterioro extremo. No reconoce esas fases como problemáticas. Hombre de 26 años, desempleado. El paciente ha sido traído a consulta por su hermano tras expresar ideas paranoides y “hablar con seres invisibles”. El paciente ha tenido alucinaciones auditivas (voces que comentan sus acciones) y delirios de persecución durante los últimos 3 meses. También muestra afecto plano, conducta desorganizada y aislamiento social. En entrevistas anteriores, se observó también un episodio depresivo con síntomas como culpa excesiva y retraimiento, pero ese estado depresivo solo se presentó en ciertas etapas del cuadro psicótico. Mujer de 20 años, estudiante universitaria. La paciente expone lo siguiente: “No puedo hablar en clase ni acercarme a la gente”. La paciente evita situaciones sociales por temor a ser juzgada, se siente muy incómoda en exposiciones orales o interacciones grupales. Tiene baja autoestima y se muestra muy autocrítica. Esta dificultad ha estado presente desde la adolescencia. También evita hacer nuevas amistades por miedo al rechazo. Tiene conciencia de que su timidez es excesiva, pero no puede manejarla. Mujer de 33 años, asistente administrativa. La paciente presenta un miedo extremo a volar. Evita viajar en avión desde hace 5 años. Solo pensar en volar le genera ansiedad anticipatoria, y en un intento reciente de abordar un vuelo presentó taquicardia, sensación de asfixia y temblores, obligándola a abandonar el aeropuerto. Fuera de ese contexto, no presenta crisis. No tiene otros temores ni síntomas de ansiedad generalizada. Hombre de 28 años, contador. El paciente presenta una rigidez extrema en su rutina diaria. Mantiene una rutina laboral extremadamente estructurada y se siente muy incómodo si algo se sale del plan. Invierte mucho tiempo en revisar tareas y exige perfección de sí mismo y los demás. No reporta pensamientos obsesivos ni compulsiones ritualizadas. Su patrón de comportamiento rígido se remonta a la adolescencia y afecta sus relaciones personales. Hombre de 24 años, sin antecedentes psiquiátricos conocidos. Este paciente fue hospitalizado por conducta desorganizada y verborrea. Desde hace una semana presenta ánimo eufórico, disminución de la necesidad de dormir, ideas grandiosas (cree tener poderes especiales) y aumento de la verborrea. También se observa conducta desorganizada, pensamientos ilógicos y alucinaciones auditivas intermitentes. Refiere un episodio depresivo severo hace un año, sin síntomas psicóticos. Mujer de 21 años, estudiante universitaria. La paciente expone que le cuesta hablar en público y que está nerviosa todo el día. Desde hace 8 meses presenta preocupación excesiva por su desempeño académico, su futuro laboral, la salud de sus padres y temas cotidianos. También manifiesta sudoración, dificultad para concentrarse e insomnio. Además, evita participar en clase y sufre ansiedad intensa cuando debe hablar frente a otros. Mujer de 28 años. Desde la adolescencia presenta inestabilidad en sus relaciones personales, episodios de intensa ira, miedo al abandono y sentimientos crónicos de vacío. Ha tenido múltiples episodios de autolesiones y dos intentos suicidas. Refiere también haber tenido periodos de elevada energía, hiperactividad e impulsividad, aunque de duración menor a 4 días. Hombre de 26 años. Este paciente presenta numerosos pensamientos intrusivos religiosos y conducta repetitiva. Presenta pensamientos recurrentes y no deseados sobre “blasfemar” y temor a ir al infierno. Repite oraciones y rituales mentales para neutralizar estos pensamientos. Sabe que los pensamientos son irracionales, pero no puede evitarlos. No hay evidencia de alucinaciones, delirios o alteraciones severas del lenguaje o afecto plano. Mujer de 45 años, ama de casa. Esta paciente acude a consulta debido a que cree que sus vecinos la están espiando y conspirando contra ella. Desde hace 8 meses la paciente manifiesta una creencia fija e inflexible de que sus vecinos la vigilan constantemente y hablan mal de ella. No presenta alucinaciones ni desorganización del pensamiento. La conducta y el funcionamiento social están preservados, aunque ha evitado salir de su casa y tiene dificultades para confiar en las personas. No hay antecedentes previos de psicosis, ni síntomas afectivos ni cognitivos significativos. |