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TEST BORRADO, QUIZÁS LE INTERESECecapi

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Título del test:
Cecapi

Descripción:
Comprensión lectora 1

Autor:
AVATAR

Fecha de Creación:
02/07/2020

Categoría:
Otros

Número preguntas: 9
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Temario:
Texto literario Nombre y lágrimas Elio Vittorini Yo escribía en la grava del parque y ya estaba oscuro; hacía un rato que había luces encendidas en todas las ventanas. Pasó el guardián. —¿Qué escribe? –me preguntó. —Una palabra –respondí. Se inclinó a mirar, pero no vio nada. —¿Qué palabra es? –preguntó de nuevo. —Bueno –dije yo–, es un nombre. Él agitó sus llaves. —¿Nada vivo? ¿Nada debajo? —¡Oh, no! –exclamé. Y reí también. —Es el nombre de una persona –dije. —¿De una persona que espera? –preguntó. —Sí –respondí–. La espero. El guardián se alejó entonces y seguí escribiendo. Escribí y hallé la tierra bajo la grava, y escarbé, y la noche fue más negra. Regresó el guardián. —¿Sigue escribiendo? –dijo. —Sí –dije yo–. He escrito otro poco. —¿Qué más ha escrito? —Nada más –respondí–. Solamente esa palabra. —¿Cómo? –gritó el guardián–. ¿Nada más que ese nombre? Agitó de nuevo sus llaves y encendió su linterna para mirar. —Ya veo –dijo–. No hay nada más que ese nombre. Alzó la linterna y me miró a la cara. —Lo escribí más hondo –le expliqué. —Ah, ¿sí? –dijo a esto–. Si quiere continuar le doy un azadón. —Démelo –le respondí. El guardián me dio el azadón y se alejó de nuevo; y escarbé con el azadón y escribí el nombre en lo profundo de la tierra. Lo habría escrito, en verdad, hasta el carbón y el hierro, hasta los más secretos metales que son nombres antiguos. Pero el guardián volvió una vez más y dijo: —Ahora tiene que irse. Vamos a cerrar. Salí de las fosas del nombre. —Está bien –respondí. Dejé el azadón, me sequé la frente y vi la ciudad a mi alrededor, más allá de los árboles oscuros. —Está bien –dije–. Está bien. El guardián sonrió de manera burlona. —No vino, ¿eh? —No vino –dije yo. Pero inmediatamente después pregunté: —¿Quién no ha venido? El guardián alzó su linterna para mirarme a la cara como antes. —La persona que usted esperaba –dijo. Pero volví a preguntar inmediatamente después: —¿Cuál persona? —¡Caray –dijo el guardián–, la persona del nombre! Y agitó su linterna, agitó sus llaves, y agregó: —Si quiere puede esperar un poco más, no se ande con cumplidos. —No es eso lo que cuenta –dije yo–. Gracias. Pero no me fui, me quedé, y el guardián se quedó conmigo como dándome compañía. —¡Hermosa noche! –dijo. —¡Hermosa! –dije yo. Después él dio unos pasos, con su linterna en la mano, hacia los árboles. —Pero –dijo– ¿está seguro de que no está aquí? Yo sabía que no podía venir, pero sentí un estremecimiento. —¿Dónde? –dije en voz baja. —Allá –dijo el guardián–. Sentada en la banca. Las hojas se movieron al sonar esas palabras; una mujer se levantó de la oscuridad y comenzó a caminar sobre la grava. Yo cerré los ojos al oír el rumor de sus pasos. —Sí ha venido, ¿eh? –dijo el guardián. Sin responderle me fui tras los pasos de aquella mujer. —¡Se cierra! –gritó el guardián–. ¡Se cierra! Y gritando “¡se cierra!” se alejó entre los árboles. Caminé detrás de la mujer fuera del parque, y luego por las calles de la ciudad. La seguí tras lo que había sido el rumor de sus pasos en la grava. Y fue una larga caminata, un largo seguimiento, ora entre la multitud, ora por aceras solitarias hasta que, por vez primera, alcé los ojos y la vi: una transeúnte a la luz de la última tienda. Vi sus cabellos, es verdad. Pero solo eso. Tuve miedo de perderla, y empecé a correr. La ciudad, por esos rumbos, alternaba prados con casas altas, Campos de Marte y ferias de luces, con el ojo encendido del gasógeno al fondo. Pregunté muchas veces: —¿Ha pasado por aquí? Todos contestaban que no lo sabían. Pero se acercó una niña burlona, veloz en unos patines, y rió. —¡Ja, ja, ja! Apuesto a que buscas a mi hermana. —¿Tu hermana? –exclamé–. ¿Cómo se llama? —No te lo digo –respondió la niña. Yriendo de nuevo, dio sobre sus patines un giro de danza mortal a mi alrededor. —¡Ja, ja, ja! –reía. —Dime entonces dónde está –le pregunté. —¡Ja, ja, ja! –siguió riendo la niña–. Está en un portón. Revoloteó en torno a mí en su danza de la muerte un minuto más, luego se fue patinando por la avenida infinita, sin dejar de reír. –¡Está en un portón! –gritó desde lejos riendo. Había parejas abyectas en los portones, pero llegué a uno que estaba desierto y desnudo. El batiente se abrió al empujarlo, subí las escaleras y empecé a oír un llanto. –¿Es ella la que está llorando? –pregunté a la portera. La vieja dormía sentada al centro de las escaleras, con sus trapos en las manos; se despertó y me miró. –No sé –respondió. ¿Quiere usar el ascensor? No lo quise, quería ir hasta aquel llanto, y seguí subiendo las escaleras entre las negras ventanas abiertas de par en par. Llegué hasta donde estaba el llanto; tras una puerta blanca. Entré y lo tuve cerca, encendí la luz. Pero no vi a nadie en el cuarto, no oí nada más. Aunque, sobre el sofá, estaba el pañuelo de sus lágrimas. 1.- ¿Cuál es el nombre del autor del texto ?.
¿Qué acciones realiza el protagonista, a lo largo del texto, con respecto al guardián? 1. Acepta el azadón para escribir en la profundidad de la tierra 2. Decide seguir a la mujer que le señaló sentada en la banca 3. Camina en el parque, preguntándole por ella constantemente 4. Después de verlo agitar las llaves y la linterna, le dice el nombre de la mujer 5. Le dice que la palabra que escribe en la grava del parque es el nombre de una persona A) 1, 2, 5 B) 1, 3, 4 C) 2, 3, 5 D) 3, 4, 5 .
2. ¿Cuál de los siguientes enunciados expresa la acción principal del fragmento en negritas? A) El narrador desea llegar hasta la mujer B) El protagonista quiere descubrir quién llora C) El protagonista enciende la luz del cuarto D) La mujer tras la puerta interrumpe su llanto.
3. A partir del siguiente fragmento identifique la figura retórica marcada en negritas. “Revoloteó en torno a mí en su danza de la muerte un minuto más, luego se fue patinando por la avenida infinita, sin dejar de reír”. A) Antítesis B) Hipérbole C) Metonimia D) Sinécdoque .
4. De acuerdo con los lugares en que se desarrollan las acciones, determine el ambiente que predomina en el texto. A) Lúgubre B) Agobiante C) Opresivo D) Ilusorio .
5. La idea central del texto es el amor: A) perdido B) recobrado C) olvidado D) desinteresado .
6. ¿Qué acción refleja el carácter obstinado del protagonista? A) Preguntar por el nombre de su hermana a la niña burlona de los patines B) Mostrarse callado y silencioso ante los cuestionamientos del guardián C) Escribir una y otra vez el nombre tan profundo como fuera posible para no olvidarla D) Sentir miedo al ver las hojas que se movieron en el parque cuando la mujer comenzó a caminar .
7. ¿Cuál de los siguientes fragmentos corresponde a la acción del nudo que determina el desenlace de la historia? A) Llegué hasta donde estaba el llanto; tras una puerta blanca. Entré y lo tuve cerca, encendí la luz ) Revoloteó en torno a mí en su danza de la muerte un minuto más, luego se fue patinando por la avenida infinita, sin dejar de reír. – ¡Está en un portón! –gritó desde lejos riendo. C) Había parejas abyectas en los portones, pero llegué a uno que estaba desierto y desnudo. El batiente se abrió al empujarlo, subí las escaleras y empecé a oír un llanto D) Las hojas se movieron al sonar esas palabras; una mujer se levantó de la oscuridad y comenzó a caminar sobre la grava. Yo cerré los ojos al oír el rumor de sus pasos .
8. ¿Cómo relaciona el autor las acciones de la historia para lograr manifestar emociones, sentimientos y poder entretener al lector? A) Inicio, conflicto, comparación y final B) Planteamiento, desarrollo, clímax y desenlace C) Antecedentes, problemática, nudo y desenlace D) Introducción, desarrollo, descripción y conclusión .
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