Como saber si un hombre vale la pena

Si una mujer te dice que necesita tiempo, pero sigue hablándote con cariño, tú…. Le das espacio total, aunque eso signifique perder la conexión. Mantienes el vínculo sin presionarla, demostrando respeto sin desaparecer. Le preguntas cuánto tiempo exactamente, porque odias la incertidumbre.

Cuando una mujer discute contigo y tiene razón, pero lo dice con un tono que te molesta, tú…. Te enfocas en el tono y no en el mensaje, porque el respeto va primero. Escuchas el fondo del mensaje, aunque el tono no te guste. Le pides que se calme antes de poder escucharla.

Si tu pareja logra algo que tú deseabas pero no conseguiste, tú…. La felicitas, pero por dentro te comparas un poco. La celebras genuinamente, sin medir quién va “ganando”. Le dices que estás orgulloso, pero luego te exiges más a ti mismo.

Si sabes que hiciste daño sin intención, y la otra persona aún está dolida, tú…. Le das tiempo, ya pediste perdón y no puedes hacer más. Te mantienes presente, sin justificarte, hasta que sane la confianza. Le recuerdas que también cometió errores.

Cuando una mujer independiente te deja cuidarla un poco, tú…. Lo ves como una oportunidad para sentirte útil. Aceptas el gesto con humildad. Te cuesta no pensar que está bajando su nivel.

En una discusión intensa, ¿qué prefieres perder?. El control. La razón. El vínculo.

Si tu pareja te dice “siento que ya no estás presente”, pero tú sí lo estás físicamente, tú…. Le explicas todo lo que haces por ella para demostrar que sí estás. Te preguntas si estás emocionalmente disponible, más allá de la rutina. Le dices que está siendo injusta.

Si tu pareja te pregunta algo que podría generarte problemas si contestas con la verdad, tú…. Le dices lo justo para no herirla. Le dices la verdad, aunque cambie su imagen de ti. Cambias de tema con humor.

¿Qué prefieres que piense una mujer de ti?. Que eres fuerte. Que eres libre. Que eres guapo.

Si amar significa renunciar a una parte de tu ego, tú…. Lo haces sin pensarlo, porque el amor lo justifica todo. Lo haces conscientemente, sabiendo qué entregas y qué conservas. No lo haces, porque perder el ego es perderte a ti mismo.