Una de las características del método observacional es que: no existe restricción en las respuestas de los sujetos a través de las tareas o instrumentos de evaluación no permite la replicabilidad de los resultados utiliza situaciones de laboratorio.
En la observación externa el observador se integra en la dinámica del fenómeno en estudio un miembro natural del grupo de estudio es el que realiza las funciones del
observador el observador es ajeno a la situación de estudio, con muy escasa o nula
interacción con los sujetos estudiados.
El sistema de categorías, como instrumento de recogida de datos de observación, ha de ser: amplio inclusivo en sus categorías exhaustivo y mutuamente exclusivo en sus categorías.
El estudio de la ocurrencia de conductas que se dan al mismo tiempo no plantea problemas al observador si: pertenecen a distintas dimensiones de análisis y se dispone de diversos subsistemas de categorías si las categorías no se han definido de manera excluyente si no se considera necesaria la fiabilidad de los datos.
El muestreo realizado en un estudio observacional se llama focal cuando el observador: va focalizando a cada uno de los sujetos en periodos de tiempo muy breves, pasando de uno a otro en un orden establecido fija su atención durante un periodo de tiempo grande en un solo sujeto registra durante toda la investigación una sola conducta.
En el registro activado por transiciones, el observador deberá anotar: todas las ocurrencias de las conductas y el orden en el van apareciendo la ocurrencia de las conductas en estudio en periodos de tiempo
determinados sólo la duración de las conductas.
El registro activado por transiciones (RAT): proporciona necesariamente un registro discontinuo al estar determinado
por los posibles cambios de categoría de la conducta que aparece en cada momento permite el análisis secuencial de los datos si se ha registrado el orden de aparición de las conductas conlleva importantes riesgos de sesgo y pérdida de información.
Una de las medidas conductuales que se puede extraer de un registro observacional es la “tasa de categoría”, que se obtiene dividiendo: la frecuencia de la categoría por el tiempo total de observación la frecuencia de la categoría por el total de eventos registrados en ese periodo de observación la duración de la categoría por la frecuencia.
En metodología observacional, ¿cuál de los siguientes procedimientos constituye la antítesis de un muestreo sistemático ? por conglomerados ad libitum focal.
Determinar la validez de los datos de un estudio observacional implica valorar: el grado de precisión de la medida independientemente del criterio
subjetivo del observador si las medidas obtenidas por la aplicación de un determinado sistema de
categorías constituyen buenos indicadores de la conducta de interés el grado de coincidencia entre los resultados de dos o más investigadores,
dada la misma situación.
El “efecto deriva” del observador: se puede controlar mediante el estudio periódico de la fiabilidad, analizando el grado de acuerdo entre los observadores es un efecto positivo fruto del alto grado de entrenamiento y la experiencia acumulada del observador se evita utilizando observadores entrenados que desconozcan la hipótesis de la investigación.
¿Qué muestreo permite analizar secuencias de conducta? multifocal focal de barrido.
El método observacional se distingue del experimental por el: tipo de conducta estudiada, que suele ser más molar en el segundo período de estudio, que suele ser más largo en la experimentación grado de control, que es mayor en un diseño experimental.
Una de las características esenciales del método observacional es: carecer de fuentes de error garantizar la estabilidad de los datos ya que los estudios observacionales
carecen de hipótesis permitir el estudio del comportamiento tal y como ocurre de forma natural.
En una investigación observacional las cuestiones relacionadas con cuánto tiempo observar, dónde y cuándo, están relacionadas con: la elaboración del sistema de categorías el muestreo la evaluación de la calidad métrica del registro.
La duración media de una categoría se obtiene: multiplicando la duración de la primera ocurrencia por la frecuencia de
aparición dividiendo la duración de una categoría por el tiempo total de observación dividiendo la duración total de una categoría por su frecuencia de aparición.
El índice de acuerdo Kappa: es muy sencillo de interpretar, ya que sus valores van de 0 a 10 corrige la probabilidad de acuerdo entre los observadores debido al azar indica el grado de validez de los datos recogidos por varios observadores.
La capacidad del investigador para identificar las conductas relevantes a registrar será determinante de: la validez del sistema de categorías la fiabilidad interobservadores el grado de mutua exclusividad de las categorías.
En metodología observacional, el muestreo hace referencia a: cómo observar quién, cuánto tiempo, dónde y cuándo observar qué observar.
La medida del número de veces, en la sesión de observación, que tras la ocurrencia de una determinada conducta tiene lugar otra concreta, se denomina: duración media frecuencia de transición prevalencia.
Relacione mediante flechas los conceptos de las dos columnas: Exhaustividad y mutua exclusividad No intervención del observador Riesgo de reactividad Riesgo de subjetividad Relevancia de las categorías Acuerdo interobservadores Frecuencia, tasa, duración... Exploratorio / confirmatorio.
En observación, el registro activado por transiciones de conducta (RAT) proporciona un registro: continuo y completo de las conductas discontinuo y una información incompleta continuo siempre y cuando el muestreo sea de barrido multifocal.
La técnica de observación: es válida para los estudios observacionales, pero no para los experimentales proporciona información fiable pero poco válida puede ser un modo de medir la variable dependiente.
El periodo de observación: debe ser elegido aleatoriamente para que el estudio sea válido es el periodo de tiempo en el que tendría sentido registrar la conducta para cumplir con los objetivos de la investigación está incluido dentro de la sesión de observación.
Un equipo de psicólogos evolutivos está interesado en conocer el proceso de desarrollo de las expresiones faciales en los niños. Para ello los investigadores decidieron grabar en vídeo a 20 díadas madre-hijo en situaciones de interacción en el hogar, en cuyo transcurso las madres tenía que proponer a los niños una serie de "juegos infantiles" potencialmente elicitadores de las siete emociones básicas. Las sesiones de observación duraban media hora y se llevaban acabo siempre al terminar la merienda de los niños. Las grabaciones se realizaron mensualmente: comenzaron cuando los bebés tenían dos meses de edad y se dieron por terminadas cuando cumplían los dos años.
Los investigadores diseñaron un sistema de categorías referidas al niño, exhaustivo y mutuamente excluyente, en el que las categorías estaban definidas en función de los grupos musculares implicados en las expresiones faciales de cada emoción. Los datos se analizaron en términos de frecuencia de aparición de las distintas categorías. Los resultados obtenidos ponen de manifiesto, entre otras cuestiones, que en los niños menores de un año ya se observan las expresiones faciales que corresponden a las emociones adultas de felicidad, miedo, tristeza, sorpresa, asco y desprecio, aunque las emociones positivas son las más frecuentes. El proceso de desarrollo observado confirma la hipótesis de partida de la mayor precocidad de las emociones básicas frente a las emociones complejas. El índice de fiabilidad que aportan los investigadores en su informe es el porcentaje de acuerdo siendo su resultado el 60%.
El muestreo utilizado ha sido:
Muestreo por selección fija Muestreo de sujeto focal Ambas respuestas son ciertas.
Un equipo de psicólogos evolutivos está interesado en conocer el proceso de desarrollo de las expresiones faciales en los niños. Para ello los investigadores decidieron grabar en vídeo a 20 díadas madre-hijo en situaciones de interacción en el hogar, en cuyo transcurso las madres tenía que proponer a los niños una serie de "juegos infantiles" potencialmente elicitadores de las siete emociones básicas. Las sesiones de observación duraban media hora y se llevaban acabo siempre al terminar la merienda de los niños. Las grabaciones se realizaron mensualmente: comenzaron cuando los bebés tenían dos meses de edad y se dieron por terminadas cuando cumplían los dos años.
Los investigadores diseñaron un sistema de categorías referidas al niño, exhaustivo y mutuamente excluyente, en el que las categorías estaban definidas en función de los grupos musculares implicados en las expresiones faciales de cada emoción. Los datos se analizaron en términos de frecuencia de aparición de las distintas categorías. Los resultados obtenidos ponen de manifiesto, entre otras cuestiones, que en los niños menores de un año ya se observan las expresiones faciales que corresponden a las emociones adultas de felicidad, miedo, tristeza, sorpresa, asco y desprecio, aunque las emociones positivas son las más frecuentes. El proceso de desarrollo observado confirma la hipótesis de partida de la mayor precocidad de las emociones básicas frente a las emociones complejas. El índice de fiabilidad que aportan los investigadores en su informe es el porcentaje de acuerdo siendo su resultado el 60%.
El tipo de medida utilizado es:
Duración Frecuencias Prevalencia.
Un equipo de psicólogos evolutivos está interesado en conocer el proceso de desarrollo de las expresiones faciales en los niños. Para ello los investigadores decidieron grabar en vídeo a 20 díadas madre-hijo en situaciones de interacción en el hogar, en cuyo transcurso las madres tenía que proponer a los niños una serie de "juegos infantiles" potencialmente elicitadores de las siete emociones básicas. Las sesiones de observación duraban media hora y se llevaban acabo siempre al terminar la merienda de los niños. Las grabaciones se realizaron mensualmente: comenzaron cuando los bebés tenían dos meses de edad y se dieron por terminadas cuando cumplían los dos años.
Los investigadores diseñaron un sistema de categorías referidas al niño, exhaustivo y mutuamente excluyente, en el que las categorías estaban definidas en función de los grupos musculares implicados en las expresiones faciales de cada emoción. Los datos se analizaron en términos de frecuencia de aparición de las distintas categorías. Los resultados obtenidos ponen de manifiesto, entre otras cuestiones, que en los niños menores de un año ya se observan las expresiones faciales que corresponden a las emociones adultas de felicidad, miedo, tristeza, sorpresa, asco y desprecio, aunque las emociones positivas son las más frecuentes. El proceso de desarrollo observado confirma la hipótesis de partida de la mayor precocidad de las emociones básicas frente a las emociones complejas. El índice de fiabilidad que aportan los investigadores en su informe es el porcentaje de acuerdo siendo su resultado el 60%.
El índice de fiabilidad aplicado:
No corrige el efecto de coincidencia por azar Es uno de los más potentes y recomendables Tiende a dar resultados de acuerdo muy bajos.
Un equipo de psicólogos evolutivos está interesado en conocer el proceso de desarrollo de las expresiones faciales en los niños. Para ello los investigadores decidieron grabar en vídeo a 20 díadas madre-hijo en situaciones de interacción en el hogar, en cuyo transcurso las madres tenía que proponer a los niños una serie de "juegos infantiles" potencialmente elicitadores de las siete emociones básicas. Las sesiones de observación duraban media hora y se llevaban acabo siempre al terminar la merienda de los niños. Las grabaciones se realizaron mensualmente: comenzaron cuando los bebés tenían dos meses de edad y se dieron por terminadas cuando cumplían los dos años.
Los investigadores diseñaron un sistema de categorías referidas al niño, exhaustivo y mutuamente excluyente, en el que las categorías estaban definidas en función de los grupos musculares implicados en las expresiones faciales de cada emoción. Los datos se analizaron en términos de frecuencia de aparición de las distintas categorías. Los resultados obtenidos ponen de manifiesto, entre otras cuestiones, que en los niños menores de un año ya se observan las expresiones faciales que corresponden a las emociones adultas de felicidad, miedo, tristeza, sorpresa, asco y desprecio, aunque las emociones positivas son las más frecuentes. El proceso de desarrollo observado confirma la hipótesis de partida de la mayor precocidad de las emociones básicas frente a las emociones complejas. El índice de fiabilidad que aportan los investigadores en su informe es el porcentaje de acuerdo siendo su resultado el 60%.
El análisis de los datos planteado para el estudio se podría identificar como:
Exploratorio Macroanálisis Microanálisis.
En metodología observacional: la realización del muestreo intersesional se refiere a la toma de decisiones sobre a quién observar en cada sesión; el registro activado por transiciones (RAT) permite registrar la ocurrencia, la duración de las conductas y su orden de aparición; el coeficiente Kappa de Cohen sirve para valorar si las medidas obtenidas, por la aplicación de un sistema de categorías, constituyen buenos indicadores de la conducta de interés.
Si el objetivo de una investigación es estudiar la interacción entre dos hermanos gemelos, se debería utilizar una estrategia: experimental cuasiexperimental observacional.
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