La primera vez que García Márquez vio los potes de avena Quaker fue en Aracataca Barcelona Santa Marta Cartagena. La anécdota que se relata en el cuento hace referencia a cuando Juana, en los días cercanos a su bautizo, vio por primera vez una lata de avena Quaker y le sorprendió la extraña vestimenta del hombre. García Márquez, por la época en la que le compraron un vestido de marinero, descubrió el secreto de la lata de avena Quaker García Máquez, en su primer viaje a Barcelona, conoció en persona a un cuáquero como los de la lata de avena Quaker. Cepeda Samudio escuchó contar a su mamá, Juana, la historia que le había relatado García Márquez acerca del hombrecito de Quaker. El propósito de describir la apariencia del hombrecito y su vestimenta es llegar a plantear que existe un secreto en el dibujo de la lata de avena Quaker: los cuáqueros son infinitos porque cada uno sostiene una lata en la cual hay otro igual. la vestimenta del hombre que aparece en la lata de Quaquer es una fantasía, puesto que nadie en la vida real podría vestirse así. García Márquez es un gran inventor de historias; tanto, que ni siquiera tuvo que escribir una para hacer creer a Juana que el hombre de la avena Quaker es real. esta historia es secundaria, ya que la idea principal es contar que muchas de las historias de García Márquez son invenciones de Juana. Juana pensó encontrar la historia en un libro de García Márquez que se titula La Hojarasca El general en su laberinto El coronel no tiene quien le escriba Cien años de soledad. Cada vez que se publica una historia de García Márquez, Juana se siente a la vez desilusionada y amargada desencantada y aliviada desengañada y aliviada desencantada y amargada.
