En el modelo propuesto por DOWNS se considera que la acción del votante (R) depende de: La probabilidad de que su comportamiento afecte al resultado de la elección. Los beneficios que le reporte el hecho de que gane el grupo político que prefiere (B). De los costes que le imponga acudir a las urnas (C) y de los beneficios que le produzca participar en el proceso electoral (D). Todas las opciones anteriores son correctas.
La teoría del efecto desplazamiento - efecto inspección considera que el gasto público tiende a crecer a lo largo del tiempo; en concreto, el efecto desplazamiento consiste en: Un incremento extraordinario del gasto público en determinados períodos críticos para la sociedad. Que los demandantes de un mayor gasto público son plenamente conscientes de los beneficios que les reportarán las distintas políticas del sector público. Los poderes públicos aceleran o inician políticas de gasto con la finalidad de aparecer ante los votantes como buenos gestores. Una interacción demanda oferta defendida por Baumol.
La paradoja del voto la podemos definir como aquella situación en la que personas con preferencias transitivas sobre diferentes cuestiones: Llegan a resultados no transitivos cuando deciden, como un grupo, por reglas de mayoría simple. Tienen deficiencias en la información disponible antes de llevar a cabo una decisión. Pueden reducir costes en los que incurre el ciudadano medio para apoyar o no al gobierno. Compensan la ausencia de precios en el sistema de decisión pública.
El enfoque BAUMOL sobre el crecimiento del gasto público consiste en: La propia estructura del estado más o menos descentralizada puede contribuir al crecimiento del gasto público. La confluencia de una demanda rígida de gasto público y una oferta que se desplaza para reflejar costes crecientes puede explicar la tendencia al crecimiento del gasto público. La explicación del crecimiento puede estar en la distinta ideología de los partidos políticos. En el comportamiento de la burocracia pública como impulsora de ese incremento del gasto público.
La teoría del ciclo electoral sobre el crecimiento del gasto público explica que: El crecimiento de los gastos públicos se debe buscar en la ideología de los partidos políticos que encarnan las principales opciones a las que se enfrenta el electorado. La confluencia de una demanda rígida de gasto público y una oferta que se desplaza para reflejar costes crecientes explica el crecimiento del gasto. La propia estructura del Estado cuando el proceso de descentralización lleva a una duplicación de funciones. En los momentos previos a la consulta del electorado, los poderes públicos inician o aceleran programas de gasto con la finalidad de aparecer antes los votantes como excelentes gestores públicos.
El análisis de NISKANEN considera que: No existe diferencia entre la información disponible para la agencia y para el funcionario. La agencia conoce perfectamente el coste de entregar las distintas unidades de bienes o servicios públicos. Los demandantes de un mayor gasto público son conscientes de los beneficios a repartir entre todos los grupos sociales. El funcionario sí conoce el coste de suministrar las diferentes unidades de bienes o servicios públicos.
La hipótesis de la ilusión financiera como teoría sobre el crecimiento del gasto público, consiste en que: En determinados períodos críticos para la sociedad como una guerra o una calamidad, los ciudadanos están predispuestos a aceptar un esfuerzo complementario para afrontar ese suceso. A partir de la segunda guerra mundial se amplía el sufragio a sectores de renta baja situando al votante medio en un nivel de ingresos inferior. Los demandantes de un mayor gasto público son plenamente conscientes de los beneficios que les reportaran las distintas políticas públicas, pero consideran que los costes de las mismas se repartirán entre los grupos sociales. Ninguna es correcta.
En relación con las teorías sobre el crecimiento del gasto público y, más concretamente, en el enfoque basado en la interacción DEMANDA-OFERTA, en un análisis iniciado por BAUMOL se ha tratado de explicar: Cómo en los momentos previos a la consulta del electorado los poderes públicos inician o aceleran programas de gasto con la finalidad de aparecer ante los votantes como buenos gestores de los asuntos públicos. Cómo la confluencia de una demanda rígida de gasto público y una oferta que se desplaza para reflejar costes crecientes, puede explicar la tendencia al crecimiento del gasto público. Cómo la ideología de los partidos políticos que encarnan las principales opciones a las que se enfrenta el electorado explican el crecimiento del gasto público El comportamiento de los funcionarios justificaría el crecimiento del gasto por encima del nivel óptimo.
La llamada Ley de Wagner considera que: El desarrollo económico del país impulsa presiones crecientes por parte de la sociedad en favor de un aumento del gasto público. Las sociedades más desarrolladas son también más complejas con un número mayor de conflictos entre sus miembros, lo que exige una mayor intervención del Estado en su solución. La caracterización de los bienes y servicios públicos como bienes superiores y elásticos; es decir, que la elasticidad-renta del gasto público es mayor que la unidad y de ahí que al incrementarse la renta, el deseo de que aumente el gasto público sea aun mayor. Todas las opciones son correctas.
En un análisis iniciado por Baumol, pero continuado después por otros economistas, se ha tratado de explicar cómo: Los distintos grupos políticos tienden a acercarse al estrato medio de los votantes, con la finalidad de garantizarse la elección, de ahí que sean más sensibles a las demandas de estos grupos, en favor de gastos de este carácter. A partir de la Segunda Guerra Mundial se amplía el sufragio a sectores de renta baja, lo cual sitúa al votante medio en un nivel de ingresos inferior al registrado con las fórmulas de sufragio censitario propias del siglo XIX. La confluencia de una demanda rígida de gasto público y una oferta que se desplaza para reflejar costes crecientes, pueden explicar la tendencia al crecimiento del gasto público. Los partidos socialdemócratas, de raíz marxista o no, han sido los grandes impulsores de las políticas sociales de gasto, aunque hayan abandonado sus orígenes revolucionarios y hoy funden sus posiciones en versiones más o menos sofisticados del Keynesianismo.
NISKANEN formula su modelo considerando que: La misma acción de gobierno se ve afectada por la presencia de grupos organizados en defensa de sus propios intereses, que actúan al margen del proceso electoral. Existe una diferencia entre la información disponible para la agencia y para el funcionario. Aquella sólo observa el nivel de servicio público suministrado y asigna el presupuesto considerando que existe una relación entre éste y la calidad del servicio prestado, pero desconoce el coste de entregar las distintas unidades de bienes o servicios públicos. La existencia de deficiencias en la información disponible por el sector público, antes de llevar a cabo una decisión de determinadas normas. Resulta relevante la posibilidad de suministrar la información a los votantes. Los grupos de presión pueden reducir los costes en que incurre el ciudadano para informarse sobre las consecuencias de la acción del gobierno.
La llamada Ley de Wagner considera que: El desarrollo económico del país impulsa presiones crecientes por parte de la sociedad en favor de un aumento del gasto público. Una vez superadas las circunstancias excepcionales que justificaron el aumento del gasto público, la sociedad ya se ha acostumbrado al nivel de impuestos existente y acepta que la mayor recaudación se dedique a una mejora en la provisión de bienes y servicios públicos. Cómo, la confluencia de una demanda rígida y una oferta que se desplaza para reflejar costes crecientes, puede explicar la tendencia al crecimiento del gasto público. El comportamiento de los funcionarios es una justificación más del crecimiento del gasto público por encima de lo que resultaría óptimo socialmente.
La llamada Ley de Wagner considera que: El desarrollo económico del país impulsa presiones crecientes por parte de la sociedad en favor de un aumento del gasto público. La confluencia de una demanda rígida de gasto público y una oferta que se desplaza para reflejar costes crecientes, puede explicar la tendencia al crecimiento del gasto público. Los demandantes de un mayor gasto público son plenamente conscientes de los beneficios que les reportarán las distintas políticas del sector público, pero consideran que los costes de las mismas se repartirán entre todos los grupos sociales. La presencia de grupos de interés poderosos, como los sindicatos o las organizaciones empresariales, tienden a aumentar la demanda de aquellos gastos públicos que les benefician de modo directo.
La teoría del ciclo electoral pone de manifiesto que: En los momentos previos a la consulta del electorado, los poderes públicos inician o aceleran programas de gasto con la finalidad de aparecer ante los votantes como buenos gestores de los asuntos públicos. Los demandantes de un mayor gasto público son plenamente conscientes de los beneficios que les reportarán las distintas políticas del sector público. Un factor que ha impulsado el crecimiento de los gastos públicos se ha buscado en la ideología de los partidos políticos, que encarna las principales opciones a las que se enfrenta el electorado. Ninguna es correcta.
En un análisis iniciado por BAUMOL, pero continuado después por otros economistas: Se analiza el impulso del crecimiento del gasto púbilco basándose en la ideología de los partidos políticos, que encarnan los principales opciones a las que se enfrenta el electorado. Se argumenta que la propia estructra del Estado, más o menos descentralizada, puede contribuir a un crecimiento del gasto público. Cómo, en los momentos previos a la consulta del electorado, los poderes públicos inician o aceleran programas de gasto con la finalidad de aparecer ante los votantes como buenos gestores de los asuntos públicos. Ninguna es correcta.
El modelo propuesto por DOWNS plantea que: La entrega de fondos para contribuir a la elección de aquellos candidatos que puedan defender sus intereses, desde el Gobierno o el Parlamento, condiciona la acción del sector público. La acción del votante depende de la probabilidad de que su comportamiento afecte al resultado de la elección, de los beneficios que le reporte el hecho de que gane el grupo político que prefiere, de los costes que le imponga acudir a las urnas y de los beneficios que le produzca el mero hecho de participar en el proceso electoral. La existencia de deficiencias en la información disponible por el sector público, antes de llevar a cabo una decisión, pueden llevarle a consultar a los sectores más interesados en la adopción de determinadas normas o en la puesta en marcha de determinadas medidas de política económica. Ninguna es correcta.
Cuando se analiza el comportamiento de los funcionarios, que, en definitiva, son quienes acaban proveyendo los bienes y servicios de la actividad pública en un bien número de casos; es obligatorio hablar de las aportaciones de NISKANEN, quien formula su modelo: Sin hacer distinción entre el "burócrata" y la agencia que le entrega los fondos para su labor. Sin diferenciar entre la información disponible para la agencia y para el funcionario. Distinguiendo entre el burócrata y la agencia que le entrega los fondos para su labor, ya sea ésta el Parlamento o el responsable político de un órgano de la Administración. En base al desconocimiento por el funcionario del coste de suministrar y entregar las distintas unidades de bienes y servicios públicos.
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