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Integradora-Supervisión

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Título del Test:
Integradora-Supervisión

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Fecha de Creación: 2024/07/07

Categoría: Universidad

Número Preguntas: 80

Valoración:(1)
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La terapia integrativa se diferencia de la terapia ecléctica en que: La terapia ecléctica busca una teoría única que explique la sintomatología del paciente. B. Los modelos integrativos buscan coherencia entre las distintas corrientes para generar un único modelo. Ambas corrientes son una amalgama de modelos teóricos sobre lo que sucede a los pacientes. La terapia integrativa es crítica con aquellos terapeutas que eligen seguir una corriente concreta.

Las terapias integrativas están ganado espacio en la psicoterapia debido a que: Han demostrado ser más eficaces que las corrientes clásicas. Existen un interés en su promoción por parte de la administración. Se ha reconocido la eficacia de varios modelos terapéuticos. Las corrientes han permanecido inmutables a lo largo del tiempo.

Los factores comunes en psicoterapia son: Una explicación racional sobre los síntomas, un plan de tratamiento y la relación terapéutica. La modificación de esquemas disfuncionales y el cambio de dinámicas familiares. El cambio del paciente a través de cualquier medio que sea para conseguir el éxito terapéutico. Ninguna es verdadera.

Los modelos explicativos son: La explicación completa que el paciente se da a sí mismo sobre la naturaleza de sus síntomas. La suma e integración del conocimiento que se adquiere mediante el proceso de evaluación. El conjunto descriptivo de síntomas que el paciente manifiesta. Todas son correctas.

Algunos temas en los que los terapeutas deben posicionarse en la creación de sus modelos explicativos son: Si incluyen en los propios modelos el proceso terapéutico y a sí mismos como terapeutas. El grado de participación de los pacientes en la creación de los modelos. A y B son ciertos. A o B son falsos.

Uno de los principales factores de paciente que influye en el pronóstico es: La relación terapéutica. El número de intentos previos de terapia. Que la sintomatología principal del paciente sea ansiedad. Que el paciente tenga rasgos obsesivos.

Según la APA (2014), algunos de los objetivos del supervisor son: Servir de modelo para el paciente y asegurarse de que los terapeutas cumplan con los estándares de competencia. Eliminar por completo la inseguridad del terapeuta. Asegurarse de que los pacientes mejoren. En cualquier caso, dar libertad al terapeuta para que realice el tratamiento que estime oportuno.

En el análisis de los estudios metaanalíticos de Cuijpers, Reijnders y Huibers (2018) sobre los factores implicados en la eficacia de los tratamientos: Concluyen que los factores específicos son más importantes que los factores comunes. Concluyen que los factores comunes son más importantes que los específicos. Concluyen que los factores asociados a los terapeutas son más relevantes que los asociados al paciente. Concluyen que no tenemos información suficiente para conocer si los factores específicos son más importantes o no que los comunes.

Según Wampold (2015), la relación terapéutica: Proporciona una conexión con un individuo empático y cariñoso, que debería promocionar el cuidado de la salud, especialmente con aquellos que tienen relaciones sociales caóticas o empobrecidas. Abarca el apego inicial entre el terapeuta y el paciente, la superación de dificultades que pueden aparecer hasta la despedida y final de la terapia. Parte de un vínculo afectivo entre ambos, de la percepción de apoyo social del paciente y la disminución de sus sentimientos de soledad. Todas son correctas.

Un factor que se esgrime en la defensa de los tratamientos integradores es que: Han demostrado ser más eficaces que los modelos tradicionales. Los problemas de los pacientes son multifactoriales y necesitan para ser explicados de una teoría amplia. Algunas teorías no funcionan correctamente en los pacientes. La formación de los profesionales en la psicología integradora es más sencilla.

Una de las teorías explicativas para el trastorno obsesivo compulsivo es: La teoría de la indefensión aprendida. La hiperresponsabilidad. La unión pensamiento-acción. No hay aspectos de interacción social reseñables en la explicación del TOC.

En el manejo de la contratransferencia, debemos prestar especial atención a: Para mejorar la terapia, debemos cumplir con los deseos del paciente. Es importante estudiar los sentimientos del paciente hacia el terapeuta. Estudiar la reacción del terapeuta cuando el paciente no cumple sus expectativas. La contratransferencia es algo inconsciente que siempre pone en peligro la terapia.

La relación terapéutica está definida por: Los sentimientos del paciente, el terapeuta y las técnicas empleadas. Los sentimientos del paciente, el terapeuta y la comunicación entre ellos. Los sentimientos del paciente, el terapeuta y la modalidad de terapia elegida. Los sentimientos del paciente, el terapeuta y el resultado del tratamiento.

Se ha calculado que la influencia en el éxito terapéutico: La mayor influencia son los factores comunes, por encima del resto de aspectos. La influencia del terapeuta se estima entre el 5 y el 8 %. La eficacia del tratamiento depende mayoritariamente del modo seleccionado de terapeuta y del propio terapeuta. Los terapeutas buenos tienen el doble de éxito terapéutico que la media.

Los importante para entender el modelo explicativo de un paciente es: Recoger toda la información relevante de su sintomatología y su historia. Entender los modelos teóricos específicos de su problemática. Comprender los procesos de psicología básica y del desarrollo. Todas las anteriores.

En cuanto a los posibles sesgos del terapeuta hacia la intervención terapéutica: Debemos intentar no tener sesgos nunca y tratar de ser siempre objetivos. Es deseable que no nos afecten nunca; para ello, es bueno negar nuestras propias emociones. Los sesgos son procesos universales, que son difíciles de manejar incluso cuando han sido detectados. Los sesgos son patológicos y requieren asistencia psicológica.

El sesgo de presentatividad consiste en: Lo que presentas primero es lo que recuerdas mejor. Otorgar una serie de características o identidades a raíz de un dato concreto. Generalizar a todo el mundo algo que le ha pasado a una persona. Asignar a un grupo de personas una característica por algo que ha hecho en un momento concreto.

Según Judith Beck, un terapeuta debería desarrollar: La capacidad de aceptación incondicional y permanente en sus pacientes. Ser empáticos y dejar de cometer errores. Mostrar a los pacientes que somos expertos terapeutas. Tener una actitud de eternos aprendices.

Los sentimientos entre paciente y terapeuta: Deben ser positivos y agradables. Además de sentirse comprendido, es habitual que el paciente sienta miedo o enfado hacia su terapeuta. El terapeuta debe tratar de que sus pacientes le hagan caso y cumplan con las tareas siempre. Las emociones son elementos que enturbian el éxito de la terapia.

Bajo la perspectiva de la terapia feminista: Los sentimientos de la relación terapéutica están mediados por los procesos de socialización del paciente y del terapeuta. La valía de ambos está mediatizada por su género. Los pensamientos sobre «tengo que hacerlo muy bien» son un obstáculo en todo caso. Una mujer no debería ser tratada en consulta por un hombre.

Como terapeuta, cuando estoy en consulta con mis pacientes, debo: Anteponer las necesidades de mis pacientes a las mías. Anteponer siempre mis necesidades; si no me cuido a mí mismo, no podré cuidar a los demás. Encontrar un equilibrio entre mis necesidades y las del paciente. Todas son incorrectas.

Según la declaración de los derechos del terapeuta de Jenzen y Myers (1981): Los terapeutas tienen derecho a negar la atención clínica a sus pacientes cuando consideren. Los terapeutas tiene derecho a imponer un modelo de terapia a sus pacientes. Los terapeutas, en cualquier caso, tienen derecho a no empatizar con sus clientes. Los terapeutas tienen el derecho a especializarse en todas las áreas de la psicología clínica.

Si un paciente no cumple con las tareas encomendadas, el terapeuta debería: Advertir al paciente de que la continuidad de la terapia se verá interrumpida si vuelve a incumplir la tarea de nuevo. Considerar que es una señal de que algo va mal en la terapia. Evaluar qué efectos cree que tendría realizar con éxito esa tarea para su entorno cercano. No darle importancia y dar por hecho que alguna razón habrá para ello.

Cuando observamos que el paciente no tiene una mejoría significativa tras varios meses de intervención: Deberíamos tener más paciencia, no darle importancia y esperar. Quizá sea porque el paciente acuda a consulta para no sentirse solo, de modo que sería bueno terminar ahí la terapia. Los pacientes mejoran pasadas unas semanas, de manera que, si no ha mejorado aún, es seguro que deberíamos derivar al paciente. Ninguna de las anteriores es cierta.

El miedo de los terapeutas a que sus pacientes abandonen puede influir en la terapia, debido a que con frecuencia puede provocar que los primeros: Sean más condescendiente o endulcen más los feedback a los pacientes. Aumenten su autoestima y confianza en sí mismos. Sean más eficaces, porque tratará, de demostrar que tienen experiencia y son grandes terapeutas. Todas son falsas.

El trauma vicario (o trauma secundario) se ha definido por distintos aspectos diferenciados: El trauma del terapeuta por experimentar las vivencias del paciente. El desgaste emocional por el proceso de empatía y la ruptura de esquemas cognitivos sobre el mundo. Las vivencias de los pacientes no deben influir emocionalmente a los terapeutas. A y B son ciertas.

Norcroos y Guy (2007) nos ofrecen una serie de medidas que consideran útiles para mejorar el autocuidado de los terapeutas: Centrar la atención en el cuidado de los trastornos de los pacientes. Confiar en un modelo teórico concreto. Practicar lo que predica con sus pacientes. Adaptar su modo de trabajo a lo que exija su entorno laboral.

Si un paciente acude a consulta con un motivo determinado, pero a lo largo de las entrevistas podemos observar que su motivación principal para acudir es socializar o dejar de sentirse solo... Deberíamos comentarle que ese no es el papel del psicólogo y derivarlo a servicios sociales. Plantearle la necesidad de evaluar los objetivos de la terapia y ofrecerle incluir en ellos sentirse acompañado sin necesidad de realizar la terapia. Sería aconsejable aumentar el número de contactos semanales con el paciente y que se sienta entretenido durante las sesiones para así cumplir con su motivación principal. Deberíamos ser directivos con esta persona y recomendarle que se compre una mascota, así se sentirá mejor.

Un paciente pregunta al terapeuta cuál es su opinión sobre su relación de pareja: «¿Consideras que debería terminar con la relación?». El terapeuta responde que esa decisión es compleja, que entiende que el paciente está teniendo dudas. El paciente le replica que nunca lo ayuda en nada, que la terapia es inútil y que es un mal terapeuta. Ante esta situación, según los esquemas de respuesta ante la crítica, sería útil que el terapeuta: Le responda que, si él no sabe qué hacer con su vida, no le vaya echando la culpa a los demás y no ponga en duda al terapeuta. Empatice de nuevo con la frustración del paciente ante la falta de respuesta del terapeuta y que encuadre la terapia como un espacio en el que el paciente busca sus propias decisiones o afronta sus indecisiones. Responda con rotundidad que, si no quiere seguir acudiendo a terapia, busque otro psicólogo que le guste más. A y B son correctas.

Con respecto al término «trauma vicario»: Es sinónimo de estrés postraumático en el terapeuta. Se produce por una falta de herramientas del terapeuta; si las tuviera, no aparecería ese trastorno. Engloba el desgaste emocional del terapeuta ante los relatos del trauma de los pacientes. Conlleva emociones agradables pero inadecuadas.

Los modelos integrativos de supervisión recogen los objetivos de este proceso propuestos por otras corrientes, pero añaden, además, como novedad otras metas: Ayudar a mejorar la relación integral entre paciente y terapeuta. Centrar la atención sobre los síntomas del paciente, no sobre el supervisado. Entrenar la evaluación de los factores transdiagnósticos. Dotar de estrategias de intervención eficaces.

Milbe y Reiser (2017) nos ofrecen una serie de recomendaciones sobre el proceso el establecimiento de la alianza terapéutica en el inicio de la supervisión: Implicar al supervisado en una discusión participativa en el desarrollo personalizado de tareas y actividades. Considere la relación de supervisión dentro de un contexto cultural y organizativo más amplio. Construir un vínculo de colaboración. Todas son ciertas.

Una de las tareas más útiles para que el supervisado tenga éxito durante la supervisión es que: Sepa imitar al supervisor que está modelando su conducta. Cuando la supervisión está en una fase avanzada, debe obtener del supervisor las respuestas correctas a sus dudas. A y B son correctas. Debe aprender a internalizar las respuestas del supervisor.

Con el objetivo de ayudar a los terapeutas a elaborar planes de tratamiento, durante la supervisión se debe entrenar: La capacidad para formular hipótesis explicativas sobre el funcionamiento de las dificultades emocionales del paciente. Esta capacidad es esencial para aprender a elaborar planes de tratamiento individualizados. El supervisor debe elaborar para el supervisado el plan de tratamiento completo del paciente. A y B son ciertas.

Durante el proceso de supervisión, cuando un terapeuta solicita ayuda por tener un paciente en consulta que no para de acaparar el turno de palabra y utilizar la queja como modo de comunicación, el supervisor debe tratar de dar respuesta de la siguiente manera: Sería interesante preguntarle: «¿Qué papel juega la queja en la globalidad de las dificultades de tu paciente?». Bajo un modelo educativo, debería generar reflexión en el terapeuta, recomendable cuando este no tiene experiencia. Debe tratar de que el terapeuta se centre en dar respuesta al aquí y ahora de las quejas del paciente, es decir, en responder en cada momento a las exigencias del paciente. Debe tratar siempre de reconducir al paciente a su problemática general, porque son temas más relevantes para el paciente.

Con el fin de mejorar la eficacia del tratamiento, los terapeutas deben tener en cuenta la credibilidad que este tiene para el paciente. ¿Qué medidas pueden resultar eficaces para lograrlo?. La clave es explicar razonadamente la información sobre el tratamiento. Si el paciente muestra su negativa al tratamiento, debemos insistir en que es la mejor opción hasta que se convenza de ello. La teoría de sistemas considera que el paciente debe ser el que elabore el plan de tratamiento para su dificultad. Dialogar con el paciente sobre lo que encuentran o no útil en el plan de tratamiento.

Un terapeuta terapeuta acude a consulta explicando que tiene dificultades con un caso. El paciente en cuestión le pide soluciones concretas a todos los problemas y él intenta dárselas, pero no las recibe de buen grado ni las lleva a cabo. Así que le plantea al supervisor que le dé soluciones concretas para ese problema: «¿Qué debo hacer, señor supervisor?». Sería bueno que el supervisor responda: «Estás cometiendo un error pidiéndome a mí lo mismo que te pide tu paciente, así que no te voy a contestar». «Creo que es una situación complicada para un terapeuta, entiendo que te debes sentir un poco perdido». «Creo que tu paciente está desorientado, no tiene una idea clara de cómo solucionar su problema y sus necesidades se expresan hacia ti». No hay una respuesta completamente falsa ni completamente correcta a esta pregunta.

Según la Guía de supervisión de la Asociación Psicológica Americana (2014), durante la supervisión: Los supervisores deben centrarse en los conflictos intrapsíquicos de los pacientes. Los supervisores deben tener actualizadas sus competencias y formación en diversidad. Los supervisores deben coordinarse con otros profesionales implicados en la formación y entrenamiento de los supervisados. B y C son ciertas.

Un terapeuta que lleva 15 años ejerciendo de psicólogo clínico decide intentar convertirse en supervisor de casos. Para lograrlo, además de dominar la terapia, debe desarrollar las siguientes capacidades: Utilizar las nuevas tecnologías que vaya a emplear para la supervisión. Aprender a comunicar con el supervisado desde un punto de vista educativo y con capacidad para promover el desarrollo de habilidades clínicas. Aprender a servir de modelo de profesionalidad y transmisión de valores. A, B y C son ciertas.

El uso de videograbaciones de las sesiones con los pacientes: No debe emplearse debido a los derechos de imagen y de confidencialidad de los pacientes. Debe ser utilizado para que el supervisor vea todas las sesiones del supervisado. Es una herramienta que permite ser más fiables en el análisis del contenido de la sesión. B y C son ciertas.

Según la declaración escocesa de competencia supervisora, ¿cuál de los siguientes objetivos no se contempla para ser alcanzado en el proceso de supervisión?. Instruir al supervisado sobre aspectos prácticos y operacionales de la propia supervisión. En el proceso de supervisión se debe dar lugar a la confrontación crítica, así como a la retroalimentación positiva. El supervisor marcará el estilo y el contenido de la supervisión según su propia orientación. Tomar las medidas apropiadas cuando el supervisor perciba que el alumno no desarrolla las competencias necesarias para ser calificado como apto en el proceso de evaluación.

¿Cuál de las siguientes afirmaciones es verdadera si tenemos en cuenta el modelo de supervisión desde la perspectiva psicoanalítica?. El supervisor debe encargarse de conseguir en el supervisado una conciencia ética con sus pacientes y servir de modelo de imitación para sus supervisados. Se destaca el papel de la relación terapéutica para afrontar los aspectos desagradables de las sesiones de supervisión, siempre que el supervisor no sirva de modelo para el supervisado. No es recomendable videograbar las sesiones con sus pacientes, pero sí transcribirlas para mostrar trozos de las sesiones. Durante las primeras sesiones de supervisión, es positivo solamente contestar a las preguntas directas, sin introducir preguntas de reflexión.

Una de las críticas más frecuentes al modelo de supervisión basado en la terapia cognitivo-conductual es que: Deja de lado competencias centradas en el código ético, la relación terapéutica o el manejo del contexto organizacional donde el terapeuta desempeña su trabajo. Deja de lado competencias centradas en el código ético, la motivación del terapeuta hacia su profesión o el manejo del contexto organizacional donde el terapeuta desempeña su trabajo. Deja de lado competencias centradas en el código ético, la motivación del supervisor o el manejo del contexto organizacional donde el terapeuta desempeña su trabajo. Deja de lado la alianza terapéutica, la motivación del terapeuta hacia su profesión o el manejo del contexto organizacional donde el terapeuta desempeña su trabajo.

Algunas de las tareas entre sesiones en la supervisión cognitivo-conductual son: Se entrenan técnicas cognitivo-conductuales específicas. Establecer aspectos personales e interpersonales del terapeuta que puedan interferir con la terapia. Discutir sobre la formulación de la terapia cognitivo-conductual individual. Todas las respuestas son correctas.

Según la supervisión, desde el marco de la terapia de aceptación y compromiso se trabajan tres elementos de manera fundamental: Las habilidades y conocimientos relacionados con el trabajo con el paciente, la formación teórica del terapeuta y los comportamientos interpersonales del terapeuta con el supervisor. Las habilidades y conocimientos relacionados con el trabajo con el paciente, la formación teórica del terapeuta y los role-playing. La formación teórica del terapeuta, la flexibilidad psicológica del terapeuta y la conceptualización del caso. Las habilidades y conocimientos relacionados con el trabajo con el paciente, la flexibilidad psicológica del terapeuta y los comportamientos interpersonales del terapeuta con el supervisor.

La supervisión según el modelo propuesto por Leisi y Beck (1997): Sigue una estructura similar a la terapia cognitivo-conductual: utiliza ejercicios experienciales. Se diferencia notablemente de las terapias cognitivo-conductuales. Sigue una estructura similar a la terapia cognitivo-conductual: el supervisor es quien debe establecer los objetivos del supervisado. Ninguna es cierta.

Desde una perspectiva psicoanalítica de la supervisión: Se establece una serie de objetivos a cumplir desde las primeras sesiones. Se destaca el papel de la relación terapéutica para afrontar los aspectos desagradables de las sesiones de supervisión. La supervisión debe ser establecida con regularidad y horarios fijos, en la medida de lo posible. B y C son ciertas.

La guía de Merlbourne para la supervisión grupal con compañeros centrada en la terapia de aceptación y compromiso sugiere que las preguntas de los supervisados vayan en esta dirección: «¿Estoy haciéndolo bien?». «¿Cómo podría utilizar el diálogo socrático en este caso para desmontar estas creencias?». «¿Cómo puedo discutir con el paciente las desventajas de su evitación experiencial?». «¿Qué crees que el cliente necesita de mí o del proceso terapéutico?».

Según el modelo psicoanalítico de supervisión, según avanza el proceso entre supervisor y terapeuta: Es más interesante centrarse en ejemplos concretos de las dificultades de los pacientes. Es más interesante que las preguntas sean más internas, profundas, sobre habilidades, sobre teorías o alternativas de actuación más generales. Es más interesante centrarse en las dificultades del supervisado en aspectos externos a la terapia para profundizar en sus interpretaciones inconscientes. Ninguna de las respuestas en correcta.

En la perspectiva cognitivo-conductual, para facilitar el aprendizaje de los supervisados, se recomienda poner en marcha algunas medidas relevantes (Milne y Reiser, 2017): El supervisor debe formar parte de los ejercicios experienciales, de modo que la relación entre supervisor y supervisado tenga horizontalidad. Centrarse principalmente en las dificultades psicológicas del supervisado más allá de la terapia con sus pacientes. Añadir enfoques educativos para desarrollar las capacidades del supervisado. Ninguna es cierta.

El modelo ecléctico de supervisión se centra en utilizar aquellos recursos de otros modelos terapéuticos al servicio del terapeuta. Uno de sus principios básicos señala que: La mejora de la relación terapéutica es un proceso de aprendizaje conductual. Se debe mantener un equilibrio en la supervisión entre la retroalimentación positiva y la confrontación crítica. La conceptualización de casos es un aprendizaje de tipo cognitivo. La adquisición de habilidades debe centrarse en experiencias afectivas.

La teoría de la supervisión basada en el desarrollo defiende que: En el aprendizaje del paciente, las mejoras son discontinuas, con avances y retrocesos. Hay varios procesos de aprendizaje, como el desarrollo de las distintas etapas de la infancia en los menores. El aprendizaje de varias capacidades se puede desarrollar con intermitencias, como, por ejemplo, la capacidad para tomar conciencia de nosotros mismos o de los otros. Todas son ciertas.

Respecto al modelo de sistemas aplicado a la supervisión, un aspecto clave de su formulación es que: La identidad se conforma de un modo pasivo por parte del individuo a través del proceso de socialización. Busca la apertura hacia una atención más abierta, repertorios conductuales más amplios, intuición reforzada y creatividad. Prioriza el aumento del nivel de autonomía de los terapeutas. Trata de protocolizar el método de intervención con los mismos principios que regulan la terapia de sistemas.

En el modelo basado en las competencias (Falender, 2014), se considera que las habilidades más relevantes que el psicólogo debe adquirir son: Empoderar al terapeuta. Práctica reflexiva/autoevaluación, así como métodos y conocimientos científicos. Identificar creencias desadaptativas que el terapeuta pueda tener con la terapia. Todas son falsas.

Según la teoría de sistemas aplicada a la supervisión, las expectativas sobre el rol del supervisor son: Tener «capacidad de reflexión, dinámico e interactivo». Tener «capacidad de escucha y crítica». Tener «poder sobre el terapeuta supervisado». Tener «poder hacia el terapeuta supervisado».

Se han categorizado tres fases del desarrollo de la relación entre supervisor y supervisado: desarrollo, madurez y terminación. La siguiente tarea corresponde a la fase de madurez: Desarrollar de planes de tratamiento. Desarrollar la habilidad de conceptualización de los casos. Desarrollar las competencias. Todas con ciertas.

Cada modelo de supervisión destaca el desarrollo de competencias específicas y generales en el supervisado. Entre ellas, sobresale la competencia «metacompetencia». ¿Cuál de estas afirmaciones es cierta?. La teoría que destaca esta habilidad es la teoría ecléctica de supervisión. La teoría que destaca esta competencia es la teoría de la competencia. La metacompetencia es la capacidad para monitorizar y guiar el desarrollo de las competencias. Las respuestas B y C son ciertas.

Los sentimientos que un terapeuta y su supervisor deben tener durante la supervisión pueden ser positivos (agradables y placenteros) o negativos (desagradables), porque es en la unión de esas experiencias dónde se puede desarrollar un proceso de supervisión fructífero. ¿Qué corriente hace hincapié en estas emociones?. La teoría ecléctica sobre la supervisión. El modelo basado en las competencias. El modelo de supervisión basado en la teoría de sistemas. El modelo de supervisión basado en el desarrollo.

Para los modelos integrativos de supervisión, el desarrollo de los objetivos del proceso debe estar establecido por: El propio supervisado. El supervisor. Debe tenerse en cuenta que algunos objetivos del supervisor son ilegítimos y se deben eliminar. La interacción entre los objetivos del supervisado y la visión que tenga de ellos el supervisor puede generar conflictos.

Bajo el modelo de supervisión ecléctico se propone el trabajo afectivo en el campo relacional entre el terapeuta y el supervisor, y la búsqueda de elementos como: Proporcionar una base segura, autenticidad, empatía o respeto positivo. Proporcionar una relación genuina, en la que el terapeuta tenga un equilibrio entre el entrenamiento en habilidades y en el desarrollo de la capacidad reflexiva. Conectar sus emociones con las del paciente del supervisado y generar un espejo entre la supervisión y la terapia. Todas son falsas.

El cuestionario de «Supervisión: adherencia y guía de evaluación» (SAGE) permite la evaluación de diversos aspectos: La eficacia de la supervisión para el éxito del tratamiento en el paciente. El establecimiento del vínculo supervisor/supervisado. Atención a la diversidad. Influencia de la estructura organizacional en el supervisado.

¿Cuáles de los siguientes criterios de evaluación son significativos en el proceso de supervisión?. El grado de cumplimiento de los objetivos marcados. El estado emocional del terapeuta. La mejora de la sintomatología de los pacientes del terapeuta supervisado. Las respuestas anteriores son correctas.

Señala la opción correcta según Norcross y Popple (2017): Los resultados de los estudios de los que disponemos en la actualidad concluyen que la supervisión no mejora los tratamientos de los supervisados. Los estudios en supervisión demuestran que los tratamientos de los supervisados mejoran gracias al proceso de supervisión. Disponemos de estudios controlados y aleatorios en supervisión con suficiente cantidad o calidad. No disponemos de estudios controlados y aleatorios con la suficiente cantidad o calidad para responder a la pregunta sobre si la supervisión mejora los resultados de los tratamientos de los supervisados.

Según señalan Wheeler y Barkham (2014), no se pueden sacar conclusiones empíricas sobre la eficacia de la supervisión puesto que: Los estudios publicados utilizan instrumentos diferentes en la evaluación. No hay estudios publicados sobre la eficacia de la supervisión. Hay cientos de estudios publicados sobre la eficacia de la supervisión que contienen diferentes instrumentos de evaluación. A y C son correctas.

El cuestionario SAGE (Supervision: Adherence and Guidance Evaluation, Supervisión: Adherencia y Guía de Evaluación) evalúa: La percepción de un observador experto sobre el proceso de supervisión. El grado de establecimiento operativo de los objetivos. Las competencias del supervisado. La satisfacción del supervisado.

El instrumento de evaluación GAS (Kirsesuk, Smith y Cardillo, 1994): Mide el grado de establecimiento operativo de los objetivos. Evalúa las competencias del supervisado. Estudia la mejoría del paciente del supervisado. Es uno de los instrumentos principales para la evaluación de la supervisión en el contexto del Sistema Nacional de Salud de Reino Unido.

Según la terapia integrativa (Norcross, y Popple, 2017), algunos rasgos que indicarían que el final del proceso terapéutico está cercano son: Los supervisados pasan de un estado de confusión a un estado de seguridad, flexibilidad y entendimiento. La rapidez con la que algunos supervisados pueden lograr un estado de seguridad, flexibilidad y entendimiento. Los supervisados llegan a integrar la información que han recibido, su experiencia y habilidades para conseguir mayor seguridad como terapeutas. A y C son correctas.

¿Cuál de las siguientes afirmaciones con respecto al cierre del proceso de supervisión es correcta?. Desde una perspectiva cognitivo-conductual, según avanza el proceso de supervisión, la colaboración entre supervisado y supervisor debe dejar menos espacio activo por parte del supervisado. Para acabar con éxito un proceso prolongado de supervisión se debe pedir al supervisado que observe una sesión grabada del supervisor con un paciente. Hay más investigación realizada sobre la fase de cierre o despedida en supervisión que sobre la fase de evaluación. Es interesante tener acceso a un mediador/superior una vez detectadas las dificultades de entendimiento entre ambos.

Algunos de los siguientes aspectos del proceso de supervisión son equivalentes en algunas características al proceso de intervención psicológica. ¿Cuál de los siguientes no guarda similitud?. Reevaluar los objetivos logrados durante el proceso por parte del terapeuta. Realizar entrevistas de seguimiento. Señalar qué aspectos han sido más interesantes o útiles de las sesiones. Señalar la disponibilidad del supervisor de cara al futuro.

Desde la perspectiva narrativa hay algunas actividades que se proponen para facilitar la fase de cierre del proceso de supervisión. Señala la opción falsa. El supervisor pide al supervisado que escuche una sesión de supervisión del inicio del proceso. A medida que avanza el proceso, el rol del supervisor ha de ser diferente, en la medida de lo posible, más directivo. El supervisor puede elaborar un escrito a modo de feedback. Invitar al supervisado a elaborar un escrito sobre cómo ha llegado a ser el terapeuta que es en la actualidad.

La perspectiva transdiagnóstica se caracteriza por defender la validez de los: Problemas individuales concretos y estables en la persona. Procesos de respuesta que están presentes en diversos trastornos. Propuestas de tratamiento específicas para cada trastorno mental. Ninguna de las anteriores.

El marco de poder, amenaza y significado (MAPS) tiene, dentro de sus pilares básicos: Que la sociedad es la culpable de los problemas emocionales. Las teorías explicativas del trauma, la exclusión social, el apego y el vínculo. Centrarse en el síntoma como elemento medular de la evaluación. B y C son correctas.

El MAPS señala que existen algunos factores que pueden hacer que los acontecimientos vitales provoquen peores consecuencias en los individuos. En concreto, algunos de estos factores son: Estar en peligro de forma duradera y repetida. Que la persona sea débil emocionalmente. Que la persona que provoca el daño esté dentro de su vínculo de apego. A y C son ciertas.

Con respecto a los elementos centrales de la teoría del MAPS, la pregunta «¿Qué te ha pasado?» corresponde al: Significado. Amenaza. Respuesta. Poder.

Según el MAPS, una posible respuesta ante las situaciones vividas con un significado intenso y negativo para una persona puede ser: Estar triste. Sentirse humillado. No poder desarrollar una identidad personal. Beber alcohol.

Una de las utilidades que puede tener el MAPS en el entorno de una supervisión puede ser: Ofrecer el apoyo emocional que necesitan los profesionales de la salud mental para sentirse seguros y validados cuando trabajan con personas con trauma. La detección de las situaciones de adversidad que pueden sufrir los menores. Ofrecer una herramienta para mejorar la brecha existente entre salud metal y salud física. Todas las anteriores son válidas ciertas.

Dos críticas que ha recibido el MAPS son: Que no tiene en cuenta las circunstancias sociales de las personas con malestar y que trata de invalidar las clasificaciones diagnósticas actuales. Que introduce temas políticos en el debate científico y que utiliza etiquetas diagnósticas para identificar el malestar. Que introduce temas políticos en el debate científico y que trata de invalidar las clasificaciones diagnósticas actuales. Que ofrece un modelo demasiado rígido y estable, no abierto a posibles modificaciones de otros autores.

Con respecto a la utilización de etiquetas diagnósticas, el MAPS introduce una propuesta alternativa: Categorizar la naturaleza de las dificultades del paciente por su sintomatología transdiagnóstica. Conceptualiza el diagnóstico como descripción de las acciones que el paciente realiza como respuesta, no como algo que le describe como persona. Señala la necesidad de seguir utilizando las categorías actuales. Considera que, en el futuro, podremos tener información científica que confirme la existencia de los trastornos mentales.

Una de las críticas que se realiza con más frecuencia a las categorías diagnósticas que han dominado la salud mental durante los últimos 40 años es: Que los pacientes cambian a lo largo de su ciclo vital de diagnóstico con frecuencia. Que los trastornos tienen claramente una predisposición genética definida. Que se han encontrado marcadores genéticos específicos para cada trastorno. Que existe una diferencia cualitativa entre los pacientes con un trastorno y la población general.

Dentro del MAPS, las amenazas que las personas experimentan cuando determinadas acciones han puesto en peligro sus necesidades básicas pueden ser de varios tipos. Específicamente…. Las amenazas económicas y materiales son: el aislamiento, la exclusión o la pérdida del rol social o laboral. Las amenazas emocionales son: sentirse aislado, excluido o sentir la pérdida del rol social o laboral. Las amenazas sociales y comunitarias consisten en situaciones de pobreza o en la dificultad en el acceso a los servicios mínimos para uno mismo o su familia/comunidad. Las amenazas relacionales son las perturbaciones en los apegos, el abandono, la traición, el aislamiento, la vergüenza y la humillación.

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