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En relación con el DSM-5 y el cambio de denominación por el que ahora pasan a denominarse trastornos de la conducta alimentaria y de la ingesta de alimentos. Ocurre porque se Introducen trastornos que antes se encontraban en el apartado de inicio en la infancia y adolescencia y es por ello por lo que se necesita modificar la denominación. El cambio de denominación ocurre porque ahora se recogen más trastornos que en las ediciones de clasificaciones anteriores. Ocurre porque el trastorno de conducta alimentaria no especificado pasa a llamarse trastorno por atracón. Ocurre porque con el cambio de denominación es posible esclarecer muchos de los diagnósticos. Si hablamos de anorexia nerviosa, la característica esencial que define este trastorno. La característica principal es la negativa de la persona a permanecer en un peso saludable. Es que transita de restringir el alimento, a la purga, por eso también terminan dándose atracones y diagnosticándose de bulimia. Por realizar conductas compensatorias con las que poder controlar el peso y mantenerlo lo más bajo posible. Es la de restringir alimentos hasta que consiguen dejar prácticamente de comer. En relación con el tratamiento psicológico de la anorexia nerviosa en los adolescentes. La terapia individual junto a los tratamientos sistémicos o con base en la familia son los que han obtenido mayor evidencia de eficacia a estas edades. Se hará una adaptación de las mismas técnicas que se utilizan en el caso del tratamiento de la anorexia en la edad adulta. En la adolescencia se hará hincapié en las técnicas que se dirijan al manejo de la sintomatología cognitivo-emocional. El tratamiento se dirigirá a los padres de los menores para que efectúen un cambio en las pautas de alimentación alteradas de sus hijos. El modelo Maudsley en cuanto al tratamiento de la anorexia nerviosa en la adolescencia propone. Un modelo de tratamiento con tres fases donde: instaurar el hábito de la alimentación y del peso al adolescente, se le vuelva el control sobre su alimentación y generar una identidad saludable. Dar prioridad a la terapia individual y a la recuperación del peso del adolescente. Que el tratamiento prioritario de la anorexia nerviosa en la adolescencia sea el tratamiento farmacológico frente al tratamiento psicológico. Un programa de intervención cognitivo-conductual con restructuración cognitiva. La diferencia fundamental entre anorexia y bulimia nerviosa. En la bulimia nerviosa se observa una presencia de atracones con conducta compensatoria a posteriori. En anorexia y bulimia nerviosa se da restricción y purga por tanto no se diferencian. Porque en la bulimia nerviosa los pacientes muestran un peso normal o incluso ligero sobrepeso. La bulimia nerviosa se inicia posteriormente y tiene mayor prevalencia que la anorexia nerviosa. Entre los síntomas más destacados de la bulimia nerviosa. Puede darse conductas de riesgo relacionadas con alta impulsividad. Pueden darse síntomas de amenorrea o desarreglos menstruales. Baja autoestima. Arritmias cardíacas. El trastorno por evitación/restricción de la ingesta de alimentos. Se da una disminución de la ingesta de forma crónica, pero sin cognición distorsionada conforme al peso y figura. Es igual que la anorexia, pero para niños pequeños, porque en ambos se da una evitación/restricción de la comida. Se diferencia de la bulimia porque no se alterna atracón con la restricción. Es secundario a la existencia de problemas gastrointestinales en el niño. En el tratamiento del trastorno por evitación/restricción de la ingesta de alimentos una técnica fundamental será. Desensibilización sistemática. La economía de fichas. Entrenar el refuerzo de hábitos alimentarios. Aplicar el castigo y reprimendas por la evitación de la comida. En cuanto al diagnóstico diferencial del trastorno de PICA. Habrá que descartar que no se trate de anorexia. Habrá que descartar que no se trate de discapacidad intelectual. Habrá que descartar que no se trate de TEA. Habrá que descartar que no se trate de un trastorno obsesivo compulsivo. En relación con tratamiento del trastorno de rumiación. La combinación del control de aspectos orgánicos junto a las técnicas conductuales parece mostrarse como la mejor opción de tratamiento. Al igual que en el caso del Pica la intervención a partir de programas conductuales será como se logre disminuir este tipo de respuestas. Lo recomendado será llevar a cabo un tratamiento de tipo médico. Es posible que los síntomas desaparezcan por sí solos a medida que el niño crece. El elemento fundamental implicado con los síntomas y/o trastornos somáticos es: El estrés, tiene una clara relación el trastorno somático. Tiene mucho que ver la sobreprotección de los padres. Cambiar de colegio. El divorcio de los padres. La categoría de diagnóstico de síntomas somáticos y trastornos relacionados aparece. En el DSM-5. En el DSM-IV-TR y CIE-10. En el DSM-5 y CIE-10. En el CIE-10. En el trastorno por síntomas somáticos el origen de los síntomas es: Puede ocurrir, también, en relación o como consecuencia del padecimiento de problemas físicos y tratamientos médicos que actúen como desencadenantes. Siempre psicológico con relación a la aparición de un estresor psicosocial. Se debe a la combinación entre la aparición de un estresor psicosocial y la propia personalidad del menor. Se debe a la combinación entre la aparición de un estresor psicosocial y la presencia de padres somatizadores. El trastorno de ansiedad por enfermedad se refiere a. La presencia de preocupación continua de tener o la posibilidad de desarrollar una enfermedad grave. La presencia de trastorno de ansiedad que aparece asociado a una enfermedad física crónica. La aparición de síntomas físicos junto a ansiedad. El trastorno de ansiedad por enfermedad es lo mismo que el trastorno facticio. Entre los motivos de la desaparición del trastorno por somatización en el DSM-5 ocurre: Se considera que es difícil poder probar que un síntoma no esté causado por una enfermedad física. Porque en muchos de los casos de trastorno psicosomático no existen síntomas físicos, sino solo psicológicos. Porque gracias a este cambio ahora hay aspectos de la psicología de la salud que pueden entenderse como trastornos mentales. Porque son pacientes que consumen muchos recursos sanitarios de forma innecesaria. En relación con la diferenciación entre el síndrome de Münchhausen por poderes y el trastorno de síntomas somáticos. En el caso del trastorno ficticio los síntomas son intencionados. No existe el diagnóstico diferencial, porque se trata del mismo trastorno. La diferenciación con el síndrome de Münchhausen por poderes ocurre porque los síntomas simulados se refieren a su hijo y no a sí mismo. Si se trata de un trastorno facticio aplicado hacia sí mismo, entonces hablamos también de trastorno de síntomas somáticos. Con relación a los motivos de la diferenciación entre la fobia escolar y el trastorno de síntomas somáticos. En la fobia escolar el miedo principal es acudir al colegio. No existen diferencias entre ambos trastornos. Los síntomas experimentados son más intensos en el caso del trastorno psicosomático. Los síntomas experimentados son más intensos en el caso de fobia escolar. Con relación al tratamiento psicológico de los trastornos por síntomas somáticos y relacionados hay que tener en cuenta una primera fase de este en la que lo más destacado será. Incluir una primera fase de psicoeducación. Valorar la posible presencia de factores estresantes. Realizar una exploración clínica desde la perspectiva orgánica. Evaluar con cuestionarios específicos la sintomatología ansioso - depresiva. ¿Cuáles son los síntomas y/o trastornos comórbidos que con mayor frecuencia suelen aparecer junto a los trastornos de síntomas somáticos y trastornos relacionados en niños y adolescentes?. Aparición de síntomas somáticos junto con ansiedad y depresión. Aparición de síntomas somáticos junto con trastorno de la conducta alimentaria. Aparición de síntomas somáticos junto con trastorno de estrés postraumático. Aparición de síntomas somáticos junto con trastorno de déficit de atención con hiperactividad. El tratamiento psicológico que ha mostrado mayor evidencia sobre su eficacia en el caso de intervención en trastornos de síntomas somáticos y trastornos relacionados en niños y adolescentes ha sido. La terapia cognitivo-conductual. La terapia familiar sistémica. El tratamiento médico. La psicoeducación. Según el DSM-5 el criterio de frecuencia para diagnosticar enuresis considera: Dos veces por semana durante un mínimo de tres meses. Dos veces por semana, al menos, durante un mes. Dos veces por semana durante cuatro meses. Una vez por semana durante un mes. En el caso de que el niño no sea capaz de retener el pipí de manera intermitente el día en estado de vigilia: Estamos ante un caso de incontinencia intermitente diurna. Estamos ante un caso de enuresis diurna. Estamos ante un caso de enuresis mixta. Estamos ante un caso de enuresis intermitente diurna primaria. Entre los factores causales de la incontinencia de orina nos encontramos: Predisponentes genéticos, factores fisiológicos y del aprendizaje. Factores psicológicos, genéticos y conductuales. Factores fisiológicos, de aprendizaje y conductuales. Factores fisiológicos, del desarrollo y del aprendizaje. Para no perder tiempo, lo indicado al inicio del tratamiento de la enuresis. Generalmente se acude al pediatra para descartar una posible causa orgánica. Será pedir cita directamente con salud mental para iniciar el tratamiento psicológico. Habrá que medicar al niño para poder controlar la incontinencia. Según la preferencia de la familia el tratamiento será médico o psicológico. El entrenamiento en cama seca como procedimiento para el tratamiento de la enuresis. En un programa multicomponente que incluye el procedimiento de alarma urinaria. Es el tratamiento preferido porque al durar más, resulta más efectivo. Es el más efectivo porque la supervisión recae sobre todo en manos del terapeuta. Es el más efectivo porque es el único que incluye consecuencias aversivas sobre la conducta incorrecta de mojar la cama. El entrenamiento en retención voluntaria de orina. El objetivo de la intervención será incrementar la capacidad de la vejiga haciendo consciente al menor de que puede controlar voluntariamente su micción. Consiste en colocar un pequeño sensor (un “salva-slip”) en la ropa interior del menor y conectarlo a una alarma sonora que despierte al niño, nada más comenzar la micción para que pueda voluntariamente interrumpir la relajación del esfínter externo. Consiste en entrenar al menor para que se despierte durante la noche para ir al baño y para ello, los padres despiertan al niño cada cierto tiempo durante la noche. Cuando el niño manifiesta la necesidad de ir a orinar se le pide que lo retenga. La encopresis retentiva se diferencia de la no retentiva. La encopresis retentiva cursa con estreñimiento e incontinencia por desbordamiento. La encopresis retentiva cursa junto a enuresis nocturna. La encopresis no retentiva ocurre por la noche cuando el menor duerme. En la encopresis no retentiva se da incontinencia por desbordamiento. En los dos tipos de encopresis, retentiva y no retentiva, en relación al tratamiento médico. El abordaje a partir de laxantes, enemas y bifeedback no ha mostrado ser eficaz, ni beneficioso en el caso de la encopresis no retentiva. El abordaje a partir de laxantes, enemas y biofeedback ha demostrado ser eficaz para tratar ambos tipos de encopresis. El abordaje conductual de la encopresis ha demostrado ser más eficaz que el tratamiento médico en ambos tipos de encopresis. Si no hay causa orgánica implicada, lo mejor es prescindir del tratamiento médico. En relación con la evaluación psicológica, la entrevista clínica-conductual. Permitirá valorar problemas concurrentes (ansiedad, dificultades en el rendimiento académico, déficit de atención, etc.). Permitirá descartar que no exista un factor orgánico relacionado (anomalías anorrectales o neurológicas, trastornos endocrinos o metabólicos). Permitirá establecer la línea base sobre la que ir valorando el progreso del tratamiento. Se podrá registrar información sobre la autoobservación por parte del menor donde exprese cómo se sintió después del episodio. Entre las técnicas conductuales, el entrenamiento en habilidades de defecación. Persigue conseguir que el niño se siente en el retrete después de cada comida y para ello se utilizará un programa multicomponente de reforzamiento, con el que también se reforzará si consigue defecar. Consistirá en reforzar las conductas perseguidas del tipo sentarse en el retrete, comer fibra, y se utilizarán algunos procedimientos derivados del castigo de manera contingente a los episodios de ensuciamiento. Consiste en reforzar el aprendizaje de la secuencia del repertorio conductual del menor en el uso del retrete. Consistirá en la planificación de un programa de economía de fichas para reforzar la conducta de uso apropiado del retrete. En qué momento se separan como entidades diagnósticas diferentes el autismo y la esquizofrenia infantil. Con el DSM-III y la CIE-9. No se han llegado a separar. Con el DSM-II y la CIE-8. Con el DSM-III y la CIE-8. Quién y cuándo propone el nombre de esquizofrenia. Bleuler en 1911. Santes de Sanctis en 1909. Kraepelin en 1911. Colodrón 1915. Cuándo la esquizofrenia se inicia antes de los 23 años, cómo se denomina. Esquizofrenia de inicio muy temprano. No puede iniciarse a edades tan prematuras. Esquizofrenia precoz. Esquizofrenia de inicio temprano. Entre las fases de evolución de la esquizofrenia se distinguen: Premórbida, prodrómica, primer episodio y de estabilidad. Prodrómica, brote y primer episodio. Premórbido, insidioso, primer episodio y de estabilidad. Premórbido, brote, primer episodio y estabilidad. Los síntomas positivos en la esquizofrenia infantil. Suelen ser más infrecuentes en el caso de los niños pequeños. Se refieren a la apatía y la falta de interés por las cosas, el aplanamiento afectivo. Suelen ser más frecuentes que los negativos en el caso de los niños pequeños. Aparecen en forma de comportamiento desorganizado que coincide al disminuir el pensamiento ilógico. En cuanto al comienzo de la esquizofrenia a edad más tempranas suele ser. Comienza perdiendo interés por su alrededor y apático. Un comienzo brusco. Comienza con un primer episodio breve que dura días. Cuando el menor nos empieza a hablar o refiere alguna idea sobre un amigo imaginario. En cuanto a los factores etiológicos de la esquizofrenia, si nos referimos a factores del neurodesarrollo. Se considera que determinadas mutaciones genéticas junto con factores ambientales, o la interacción de ambos modificarán el proceso madurativo del cerebro. Se refiere a la implicación de los factores hereditarios. Se refiere a la existencia de un proceso patológico activo de neurotoxicidad que se asocia a la esquizofrenia. Se referiría a las experiencias tempranas del niño con relación a la experimentación de traumas. El consumo de tóxicos se encuentra entre los factores comórbidos de la esquizofrenia y en el caso de los menores. Se establece que hasta en un 30% de los casos, el cannabis fue la consecuencia de un primer episodio psicótico. La comorbilidad con el consumo de tóxicos a edades tan tempranas no es tan elevada. Solo se da cuando además coincide que se trata de un menor con un trastorno grave de la conducta. Los menores solamente recurren al cannabis para minimizar y suavizar los síntomas psicóticos. Para el establecimiento del diagnóstico deferencial entre los menores con TEA y aquellos con esquizofrenia. Un elemento clave para la diferenciación puede establecerlo la edad, puesto que los síntomas de TEA pueden evidenciarse antes de los 3 años. Un elemento clave será la discapacidad intelectual que solo aparece en el caso del TEA. No es posible el diagnóstico diferencial, todos los menores con TEA presentarán síntomas o enfermedad psicótica. En el TEA puede darse un lenguaje desorganizado, pero ningún otro signo de psicosis. Con relación a los tratamientos no farmacológicos en el caso de la esquizofrenia infantil y la psicosis. El tratamiento cognitivo-conductual ha recibido respaldo sobre su eficacia como coadyuvante del tratamiento médico. El tratamiento psicológico por sí solo es suficiente en el caso de la intervención en esquizofrenia y psicosis infantil. Únicamente el tratamiento farmacológico ha conseguido respaldo sobre su efectividad en cuanto a la intervención en esquizofrenia y psicosis infantil. Los tratamientos de rehabilitación cognitiva en sí mismos son los más indicados a estas edades tempranas. En relación con los tipo de maltrato infantil, se identifican. Maltrato físico, negligencia, maltrato emocional, negligencia hacia necesidades emocionales y violencia sexual. Maltrato físico, abandono físico, negligencia, maltrato emocional. Maltrato físico, maltrato emocional y violencia sexual. Violencia sexual, negligencia, abandono físico y maltrato. Si nos referimos al origen y los factores de riesgo del maltrato. Los modelos actuales consideran en el origen del maltrato la convergencia e interacción entre aspectos psicológicos, sociales, culturales y ambientales. Los modelos actuales consideran que en el origen del maltrato nos encontramos alteraciones psiquiátricas en los padres o cuidadores. Los modelos actuales consideran que el origen del maltrato se sitúa en ambientes sociales empobrecidos con falta de recursos sociales. Los modelos actuales consideran que el origen del maltrato tiene que ver con la interacción de variables psicológicas y sociológicas. En la evaluación del maltrato infantil han de tenerse en cuenta dos aspectos fundamentales: Se tendrán en cuenta dos objetivos primordiales, comprobar la veracidad del maltrato y evaluar el estado del niño y su familia. Se deberá tener en cuenta que la evaluación sea multifuente y multimétodo. Se deberá tener en cuenta la evaluación y valoración del estado del niño y por otro lado el estado de la familia. Se tendrán que utilizar de un lado entrevistas y del otro lado registros de observación para la contrastación veraz de la información. Entre los tratamientos psicológicos de primera opción para la intervención sobre maltrato infantil. La terapia cognitivo-conductual focalizada en el trauma es la que cuenta con mayor evidencia empírica. La desensibilización a través de movimientos oculares y procesamiento‑EMDR es la que cuenta con mayor evidencia empírica. El tratamiento integrativo del trauma complejo en adolescentes es el tratamiento que cuenta con mayor evidencia empírica. El tratamiento basado en el apego, la autorregulación y la competencia, es el que cuenta con mayor evidencia empírica. En cuento a las conclusiones sobre las intervenciones terapéuticas sobre el maltrato infantil, ha de quedar claro que. Hay que procurar elegir protocolos flexibles que se adecuen a las necesidades específicas del caso. Habrán de tener en cuenta las necesidades del niño. Lo más útil es utilizar un programa estandarizado que haya demostrado su eficacia en algún caso de maltrato anterior. El tratamiento se dirigirá a la familia donde ha ocurrido el maltrato. Uno de los aspectos fundamentales que habrá de tenerse en cuenta con relación a las víctimas de abuso sexual. Los síntomas expresados por los menores será diferentes en función de la edad de estos por lo que habrá de estar alerta a diferentes señales. Cuando se sospeche que ha sucedido el abuso habrá que preguntar en primer lugar al menor si es o no cierto. Habrá que fijarse, ante todo, en la sintomatología que a nivel emocional exprese el menor. Habrá que fijarse, ante todo, en la sintomatología que a nivel conductual exprese el menor. La disociación se define como una disrupción de las funciones normalmente integradas de la consciencia, identidad, memoria o percepción y en el caso del abuso sexual infantil: Constituye un factor de riesgo para el desarrollo de un trastorno de estrés postraumático. Se trata de una estrategia de afrontamiento del dolor del trauma adecuada. Y con la psicoeducación se puede enseñar al niño a disociarse para tolerar mejor el trauma. Puede ser un elemento útil en el desarrollo de la terapia de ayuda a superar el trauma. La terapia cognitivo conductual focalizada en el trauma-TF-CBT para la intervención en el maltrato infanto-juvenil se inicia con: Psicoeducación. El aprendizaje de habilidades para el manejo del estrés. Atendiendo al componente específico relacionado con el trauma. La intervención dirigida a los padres (no ofensor). La técnica de tratamiento EMDR posee un protocolo estructurado para el tratamiento de las memorias traumáticas y las secuelas, donde: La fase más característica será la cuarta, de la sensibilización y reprocesamiento. La fase más característica será la tercera de explicación del proceso y práctica de estimulación bilateral. La fase más característica será la quinta de instalación de la cognición positiva. La fase más característica será la segunda, puesto que es la que prepara al sujeto para toda la intervención. Los menores que sufren abuso sexual permanecen indefensos ante las agresiones de los adultos y es por eso que: No suelen pedir ayuda, pero presentan cambios a nivel emocional y en su forma de comportarse. Si se sospecha presencia de abuso sexual hay que forzar al menor para que lo cuente cuanto antes. En el momento que se observe, al menos, un indicador de sospecha de maltrato o abuso sexual hay que denunciarlo. No suelen pedir ayuda, pero presentan cambios a nivel emocional y en su forma de comportarse. En el DSM-5 con relación a los trastornos relacionados con las sustancias y otros trastornos adictivos, se describen dos tipos de trastornos. Los trastornos inducidos por sustancias y los trastornos por uso de sustancias. Los trastornos inducidos por sustancias y los trastornos mentales inducidos. Los trastornos por uso de sustancias y los trastornos mentales inducidos. La intoxicación y la abstinencia. Entre las novedades, con relación al diagnóstico de trastornos relacionados con las sustancias y otros trastornos adictivos según el DSM-5, se especificará. La gravedad del trastorno en función del número de criterios que cumpla. Que el consumo en el caso del adolescente es distinto al del adulto, mientras este consume con regularidad el adolescente lo hace por atracones. Será necesario que como mínimo se cumplan cuatro de los once criterios propuestos. Si la sustancia es consumida con frecuencia, en cantidades mayores o durante un periodo más largo de lo que inicialmente se pretendía. Para que la evaluación sobre el consumo de sustancias, en el caso de los adolescentes, sea exhaustiva se requerirá: Evaluar a otras personas del entorno del adolescente y obtener información sobre la historia del problema. Que se realice un análisis de fluidos corporales (sangre, saliva u orina), para obtener otra información objetiva acerca del posible consumo. Se aplicarán instrumentos de evaluación específica, además de los de cribado. La importancia de devolver la información al paciente sobre los resultados de su propia evaluación, devolviéndole información objetiva. Entre los elementos que intervienen como limitantes en el tratamiento de los trastornos por uso de sustancias en los adolescentes, nos encontramos: Dificultades en el manejo de la confidencialidad y del derecho a la autonomía del paciente menor de edad. La necesidad de creación del vínculo inicial. Los programas que planifican un periodo de seguimiento prolongado. El uso de los programas escalonados. Entre los elementos clave del abordaje psicosocial del adolescente con trastorno por uso de sustancias: Son necesarios programas de intervención flexibles que se adapten a las necesidades individuales del paciente. Para ser efectivos, los programas de intervención deben tener un periodo de seguimiento a corto plazo. El mejor planteamiento de evaluación exhaustiva es el que realice una evaluación específica del caso. Será clave establecer un buen tratamiento psicológico, intentando evitar en lo posible el tratamiento psicofarmacológico que pueda suponer una nueva adicción. Entre los modelos explicativos de la adicción a las nuevas tecnologías, el modelo cognitivo-conductual: Defiende que debiera tratarse más de un uso inadecuado de las nuevas tecnologías, que como una adicción. Se refiere a las posibilidades de poder crear una alternativa a las conductas consideradas habituales, por ejemplo, tocar la guitarra a estas edades tempranas. Se refiere a que la posibilidad de que las nuevas tecnologías supongan una alternativa de afrontamiento o de escape. Destacan que el uso de las nuevas tecnologías aumenta por la facilitación de la sensación de euforia (felicidad) que conlleva. Diferenciar conducta normal de adictiva continúa siendo una tarea complicada, el DSM-5 reconoce como conducta adictiva. Solo juego Patológico (sin sustancia psicoactiva). Juego patológico (sin sustancia psicoactiva) y juego en Internet. Solo juego en Internet. Ninguna. Entre las características de la adicción a internet en niños y adolescentes nos encontramos: Muestran la necesidad de seguir conectados a pesar del deseo de parar. Los niños experimentan mayor número de síntomas con relación a las niñas siendo ellas, por el contrario, más susceptibles del comportamiento adictivo. Los niños más pequeños por su vulnerabilidad y susceptibilidad, son grupo de riesgo de adicción. Los adolescentes que perciben la necesidad de estar en línea de forma constante, suelen centrarse en estar conectados a un sitio concreto en la red. Entre los factores personales de riesgo de adicción a las nuevas tecnologías en adolescentes: Los adolescentes con alta impulsividad tienen mayores atencionales. Los jóvenes con mayor percepción de autoeficacia aprenden a desenvolverse mejor en la web y por eso corren mayor riesgo de adicción. La alta autoestima en los adolescentes facilita la adicción a las redes puesto que suelen ser más confiados a la hora de relacionarse por las redes. Los adolescentes más sociables corren mayor riesgo de adicción a internet porque se relacionan mejor que aquellos que son más tímidos. Qué tiene de diferente o específico el tratamiento de la adicción a las nuevas tecnologías en los adolescentes. El objetivo del tratamiento, será instaurar un uso controlado o no problemático. Será fundamental que se incluya en el tratamiento a los padres de los menores. Será necesario incluir un entrenamiento en habilidades sociales. Se planificarán actividades y activación conductual para la mejora del ánimo del adolescente. El concepto de retraso mental como rasgo propio del individuo desaparece con la nueva conceptualización de DI en el año: 1992. 2002. 2010. 2007. Con el cambio de conceptualización, el proceso de evaluación de la discapacidad intelectual queda establecido en una serie de pasos. En tres pasos: Diagnóstico, clasificación y descripción y planificación de apoyos. En realidad, se describe en cinco dimensiones. En dos pasos: evaluación de la discapacidad intelectual y funcionamiento adaptativo. Evaluación de déficits en el funcionamiento intelectual, de los déficits en el funcionamiento adaptativo e inicio en el periodo de desarrollo. Según el DSM-5, en la actualidad y cuando a la clasificación, los niveles de severidad de la discapacidad intelectual se establecen: En el DSM-5 (APA, 2013) la especificación sobre la gravedad se establece en base a la puntuación obtenida en su CI, junto a los déficits evaluados sobre su funcionamiento adaptativo. Como en el DSM‑IV‑TR (APA, 2002) se establecen cuatro categorías, ligera, moderada, severa y profunda en base a la puntuación obtenida en su CI. En el DSM‑5 (APA, 2013) la especificación sobre la gravedad se establece en base a la evaluación de su conducta adaptativa. En tres pasos: diagnóstico, clasificación y descripción y planificación de apoyos. Si dos niños comparten un síndrome común e igualmente comparten características fenotípicas comunes, quiere decir que: Pueden compartir elementos similares al compartir fenotipo común, pero puede darse una enorme variabilidad individual entre ellos. Los dos niños poseerán las mismas características comportamentales o muy parecidas. Los dos niños serán parecidos físicamente, en su nivel de discapacidad intelectual y en su conducta. No quiere decir nada, los dos niños no se parecerán en nada. Los factores etiológicos implicados en el origen de la discapacidad intelectual son: Prenatales, perinatales y postnatales. Orgánicos y ambientales. Orgánicos, ambientales y traumatismos ocurridos a lo largo de la vida de la persona. Genéticos y hereditarios. El porcentaje de presencia de problemas de conducta en los menores con síndrome de Down: Es menor que en otros grupos con discapacidad cognitiva, pero muestran más problemas de conducta si se comparan con niños sin síndrome de Down. Es menor que en los menores sin síndrome de Down. Es la misma que en la población general. Es menor que en otros grupos con discapacidad cognitiva, pero igual que en población general. El síndrome X frágil es una alteración cromosómica ligada a un defecto molecular en una región de un gen situado en el cromosoma X. El autismo es una patología comórbida al síndrome X frágil. Por ello su incidencia es mayor en el caso de las niñas que de los niños. En algunos casos la discapacidad intelectual es tan profunda que muestra síntomas de autismo. El desarrollo del lenguaje en estos menores es igual a la de sus pares sin discapacidad intelectual. La comorbilidad con los trastornos del lenguaje y la comunicación en las personas con DI son de una importancia destacada porque: Las barras en la comunicación en las personas con DI les impide en muchos casos el poder identificar síntomas propios de otros malestares. No podrán nunca desarrollar un lenguaje adecuado. Todos manifiestan dificultades del lenguaje y de la comunicación. La afectación suele ser más pronunciada en la comprensión oral que en la expresión. Entre los instrumentos de evaluación de habilidades de adaptación nos encontramos: Escala de conducta adaptativa-escuela (AB-S:2), sistema de evaluación de la conducta adaptativa (ABAS-II); Escala de conducta adaptativa (DABS). La escala de conducta adaptativa ABAS II, la batería de evaluación Kaufman para niños y la escala Vineland‑III de conducta adaptativa. Escala de conducta independiente revisada, Batería de evaluación de conducta adaptativa Kaufman y la escala de conducta adaptativa-escuela (AB‑S). Escala de diagnóstico de conducta adaptativa (DABS), Escalas Vineland‑III de conducta adaptativa y la escala Bayley de desarrollo infantil‑III. Uno de los elementos fundamentales en la forma de trabajo que introduce la PCP consiste: En el desplazamiento de la figura de la planificación gestionada por el profesional que ahora se centra en la persona con DI. En el desplazamiento de la figura de la planificación gestionada por el profesional que ahora se centra en la familia de la persona con DI. En el desplazamiento de la figura de la planificación gestionada por la familia de la persona con DI y que ahora se centra en la gestión que llevarán a cabo los profesionales. La elección de un facilitador que dirige el proceso. Los trastornos específicos del aprendizaje: Son de origen neurobiológico. Llevan asociados una discapacidad intelectual. Mejoran al practicar ejercicios de lateralidad. Los errores ocurren porque el niño no se esfuerza. Si, además de observarse errores mientras está aprendiendo a leer, el niño con cinco-seis años comete errores articulatorios y de discriminación auditiva al hablar. Habrá que descartar si es comórbido de dislexia, pero lo indicado es no esperar para empezar a intervenir. Estamos ante un trastorno de retraso simple del lenguaje. Esperaremos a ver cómo evoluciona, aún es muy pequeño. Lo más seguro es que estemos ante un niño con bajo nivel cognitivo. En el tratamiento de la dislexia será suficiente con la intervención sobre reeducación y las adaptaciones curriculares. No es suficiente, será fundamental incidir el trabajo sobre su autoestima y el refuerzo de las habilidades del menor. Sí, son los aspectos más destacados de la intervención. Hay que sumarle ejercicios de seguimiento ocular. También se debe insistir al niño que se esfuerce más. Y si nos encontramos con un caso de comorbilidad entre dislexia y TDAH. Con el diagnóstico, será importante importante delimitar el tratamiento a nivel de reeducación del aprendizaje, a nivel psicoemocional y considerar la posibilidad de tratamiento farmacológico. La intervención en ambos trastornos es la misma que cuando aparecen por separado. En realidad no pueden darse juntas, habrá que hacer un diagnóstico diferencial. Tendrá más peso el tratamiento el tratamiento psicoeducativo. Con relación al proceso de evaluación de la dislexia el primer paso será: Recoger información de su historia clínica (antecedentes familiares, historia de desarrollo médico y de comportamiento). Escoger los instrumentos recomendados de evaluación específica de la dislexia. Realizar una prueba del desarrollo cognitivo del niño. Observarlo hasta confirmar que se trata de dislexia. La disgrafía y la disortografía conllevan un trastorno en el lenguaje. No tiene por qué, a no ser que sean comórbidos. Sí, porque si el menor tiene dificultades con la comprensión de textos escritos y con la escritura y las faltas de ortografía, tampoco podrá hablar bien. Ocurre con la disgrafía, pero no la disortografía. No puede ocurrir en ningún caso. Todos los menores con discapacidad intelectual presentan también trastornos del aprendizaje. No, son diagnósticos distintos. Sí, será así en todos los casos. Solo ocurrirá si el nivel de discapacidad intelectual del menor es leve. Solo ocurrirá si el nivel de discapacidad intelectual del menor es grave. Es posible la comorbilidad entre dislexia y discalculia. Será necesario realizar un diagnóstico diferencial. No en ningún caso. La discalculia siempre cursa su aparición con dislexia. La discalculia es en verdad un síntoma de la dislexia. En el tratamiento de la discalculia se necesitará un apoyo complementario para comprender y aprender a manejar conceptos matemáticos. Se tratará de medidas de carácter metodológico y no de contenidos. Se tratará de medidas de carácter metodológico y de contenidos. Serán sobre todo medidas de facilitación de contenidos. Los niños con discalculia no necesitarán recibir ningún tipo de tratamiento. Sobre aplicaciones y programas informatizados para la intervención en los trastornos específicos del aprendizaje: Existe una amplia oferta de este tipo de herramientas que han demostrado ser efectivos. En este caso se trata simplemente de actividades con carácter lúdico. Se utilizan como refuerzo después del tratamiento. No son recomendables porque distraen al niño. Cuáles son las etapas de adquisición y desarrollo del lenguaje. Prelingüística y lingüística. Llanto, balbuceo y expresión verbal. Contenido, forma y uso. Prelingüística, lingüística y de expresión. Cuándo nos referimos al componente formal del lenguaje, estamos hablando de. Hace referencia a los componentes fonológico, fonético y morfosintáctico. Nuestras competencias conversacionales son apropiadas, es decir nos adaptamos bien al contexto. Hace referencia a los componentes semántico, sintáctico y morfosintáctico. Las respuestas B y C son correctas. Los denominados trastornos de la comunicación, según el DSM-5, comprenden. El trastorno del lenguaje, el trastorno del habla, el trastorno de la fluencia, de la comunicación social y el trastorno de la comunicación no especificado. Los trastornos de retraso simple del habla, retraso del lenguaje y el trastorno de la comunicación no especificado. Los trastornos expresivos, mixtos receptivos/expresivos y de procesamiento de orden superior. El retraso del lenguaje y de la adquisición, el trastorno del habla, el trastorno de la comunicación y el trastorno de la comunicación no especificado. La escala Bayley de desarrollo infantil-III. Es una escala de desarrollo infantil que cuenta con tres escalas: cognitiva, motora y del lenguaje. Es una escala específica para la evaluación de los trastornos del lenguaje. Es una escala de desarrollo infantil que cuenta con tres escalas: cognitiva, conductual y del lenguaje. Es una escala de desarrollo infantil que permite evaluar a los niños en un amplio rango de edad. En el trastorno de la articulación o dislalia. Puede ser normal que ocurran errores en la articulación durante la adquisición del lenguaje en el niño. Si el niño presenta dislalia durante la adquisición del lenguaje desarrollará un trastorno del lenguaje con el paso del tiempo. Este trastorno ocurre por una alteración motora de los órganos bucofonatorios. La dislalia le va a provocar al niño repercusiones en otras áreas, como del aprendizaje de la lectoescritura. En el trastorno de la fluidez o disfemia: A. se distingue el tartamudeo tónico y el clónico. B. Aparecen otros síntomas añadidos a causa de la inseguridad que causa el propio trastorno. C. A y B son ciertas. D. Todos los niños presentan habla vacilante al aprender a hablar, pero algunos lo mantienen y en otros se corrige. Los trastornos del lenguaje. A. En el el TEA suelen ser un primer motivo de consulta. B. Siempre llevan asociados algún tipo de discapacidad intelectual. C. A y B son ciertas. D. Siempre son indicativo de la existencia de otro trastorno. Según lo estudiado en el tema, entre los trastornos más frecuentes en los niños con parálisis cerebral se encuentra: Disartria. Puesto que coincide que se trata de una alteración motora que implica a los órganos bucofonatorios. El trastorno de la fluidez, debido a las dificultades motoras que presentan estos menores. Las disfonías, por el esfuerzo que han de realizar y la escasa movilidad de sus órganos bucofonatorios. Al asociarse a la discapacidad intelectual, los trastornos más frecuentes tendrán que ver con el lenguaje receptivo. La pérdida de audición va a causar una dificultad en la adquisición del lenguaje. Si se trata de sordera neurosensorial y se puede colocar para su corrección un implante coclear antes de los tres años, es posible que el niño alcance un buen desarrollo del habla y del lenguaje. En todos los casos se necesitará un apoyo visual o un sistema aumentativo de la comunicación para poder comunicarse de manera efectiva. Para el buen desarrollo del lenguaje basta con la colocación del implante coclear, independientemente de en qué momento se lleve a cabo. A pesar de la colocación del implante coclear antes de los tres años, el niño no logrará un desarrollo del lenguaje adecuado. A quién le corresponde llevar a cabo la intervención en los trastornos del lenguaje. Depende. Pero en cualquier caso la participación de la familia en el proceso de la intervención resulta fundamental. En todos los casos al logopeda. Depende. Aunque preferentemente lo lleve el logopeda, cuando se dé una comorbilidad con otro trastorno, será el logopeda quien dirija el equipo que atienda al menor. Depende. Será decisión de sus padres. En el diagnóstico del insomnio conductual de la infancia: Se debe generalmente al aprendizaje deficiente de hábitos del sueño. No suele tener una incidencia elevada, pero se caracteriza porque causa mucho malestar en el funcionamiento familiar. Es común que se relacione con la ocurrencia de acontecimientos novedosos. Se va a caracterizar por la dificultad para mantener el sueño o imposibilidad de volver a conciliarlo tras despertarse. Las parasomnias se refieran a acontecimientos o comportamientos problemáticos asociados al sueño y entre ellas se encuentran: Pesadillas, terrores nocturnos y sonambulismo. Insomnio, pesadillas y terrores nocturnos. Insomnio conductual, pesadillas y trastornos del sueño no REM. Insomnio e insomnio conductual, pesadillas y sonambulismo. Al referirnos al insomnio en el caso de los niños. Se habrá de especificar que el menor precisa del cuidador para iniciar o volver a conciliar el sueño. Se trata de una insatisfacción constante por la cantidad y la calidad del sueño. Únicamente se da, cuando el niño padece también enuresis. El diagnóstico es el mismo que en el caso de los adultos y así se muestra en el DSM‑5. Entre los factores que se relacionan con los problemas para conciliar o mantener el sueño en la infancia: Puede ocurrir que estos factores causantes desaparezcan, pero no con ellos el insomnio. No existe un factor determinante, sino que simplemente, se han condicionado los aspectos asociados al sueño. Se considera que, a pesar de los factores causantes, se inicia siempre de forma gradual. Se considera que, a pesar de los factores causantes, la frecuencia de inicio ha de ser repentina. En relación con la diferenciación entre sonambulismo y los terrores nocturnos: En el terror nocturno el episodio se caracteriza porque el menor experimenta miedo intenso y signos de alerta autónoma. Se diferencian porque en el sonambulismo se da amnesia del episodio. El terror nocturno suele ser más frecuente en la segunda mitad de la noche. Entre las causas del terror nocturno se encuentra el componente genético. Sobre las pesadillas podemos decir que. Al tratarse de un problema que aparece durante la ensoñación su ocurrencia se limita a la fase del sueño REM. El niño al despertarse se encuentra desorientado y confuso. En todos los casos es mejor no despertarle y calmarle mientras permanece dormido. Al estar asociado a la ansiedad, suelen perpetuarse hasta la edad adulta en personas ansiógenas. Las pesadillas y los terrores nocturnos se confunden muchas veces, sin embargo: En las pesadillas el niño se despierta orientado y aunque permanezca la sensación de angustia puede contar a qué tenía miedo. Las pesadillas a diferencia de los terrores nocturnos, ocurren en el primer tercio de la noche. Los terrores nocturnos se tratan de sueños prolongados y elaborados donde el niño no llega a despertarse. La actividad fisiológica en las pesadillas es mayor puesto que el niño sabe qué es lo que está sucediendo en su sueño. Con relación al uso de registros en la evaluación de los trastornos del sueño en niños y adolescentes: Se recogerán datos durante dos semanas para establecer el patrón de sueño y la línea base, pero es interesante recoger datos durante toda la intervención. Serán en todo caso cumplimentados por los padres del menor. Se utilizarán exclusivamente al inicio del tratamiento con idea de establecer una línea base y el patrón del sueño. Si se ha pasado la entrevista clínica completa, el registro de sueño no será necesario. En el tratamiento del insomnio conductual infantil y en relación a la extinción de conductas de queja: La extinción gradual ha sido el procedimiento más utilizado por ser más aceptado y fácil de aplicar por los padres. Si las quejas del niño sobre la demanda de atención se incrementan es necesario que los padres las refuercen. Es una técnica eficaz porque al aplicarla no instaura otro repertorio alternativo de conductas. La extinción gradual es más difícil de llevar a cabo por los padres porque los intervalos de extinción alargan el tratamiento. En el tratamiento de las pesadillas en el caso de los niños y adolescentes: Se basa sobre todo en la aplicación de técnicas para el manejo de la ansiedad. La técnica con mejores resultados de su aplicación en el caso de los niños es el repaso de la imaginación. La técnica con mejores resultados de su aplicación en el caso de los niños es la hipnosis. La técnica con mejores resultados de su aplicación es la desensibilización sistemática. El programa de entrenamiento a padres y la terapia de interacción padres-hijos son dos opciones terapéuticas que se encuadran dentro de la aproximación conductual, aún así, la diferencia fundamental entre las consiste: Terapia de interacción padres-hijos además de intervenir sobre la conducta, pretende mejorar la comunicación e interacción padres-hijos. La terapia de interacción padres‑hijos únicamente es aplicable a partir de una determinada edad. En la terapia de interacción padres‑hijos, los padres reciben feedback de sus intervenciones. En el programa de entrenamiento a padres, estos aprenden una serie de herramientas para el manejo del comportamiento de sus hijos y en la terapia de interacción no. El programa de entrenamiento a padres ha sido ampliamente utilizado: Sobre todo, en los tratamientos dirigidos a niños y adolescentes que presentan trastornos externalizantes. Para el manejo de problemas del comportamiento de niños y adolescentes, exclusivamente, cuando estos se presenten. Sobre todo, en los tratamientos dirigidos a niños y adolescentes que presentan trastornos internalizantes. Exclusivamente, de cara a la anticipación de posibles de trastornos de la conducta en adolescentes. El éxito del uso del video-feedback tiene que ver: Con el hecho de que se trate de vídeos de ellos mismos y su familia con lo que se logra una mayor identificación. Con el hecho de poder visionar en vídeo y aprender de otras familias por modelado, diferentes situaciones. Con el hecho de poder grabar sesiones de terapia en función de las necesidades que surjan durante su desarrollo. Con la facilidad de poder desarrollarlo desde el domicilio familiar. Uno de los logros fundamentales de los programas de parentalidad positiva es: Conseguir aumentar el nivel de confianza de los padres, así como reforzar sus habilidades parentales. Que los padres aprendan estrategias de disciplina para manejar la conducta de sus hijos. Se consigue la implicación en la crianza de los padres periféricos. Se consigue la mejora de la interacción entre padres e hijos a partir de la terapia del juego. El hecho de ser capaces de comprender nuestra propia mente y la de nuestros hijos, no siempre nos capacita para saber lo que este piensa o siente, aunque estemos dispuestos a poder dedicarle tiempo para entenderlo. Es la idea base fundamental de las teorías basadas en la mentalización para padres y familias. Es la idea base fundamental de la terapia familiar estratégica. Es la base fundamental de la terapia de interacción padres‑hijos. Es la idea base fundamental en el programa de parentalidad positiva. Existe una idea errónea con respecto a la conceptualización de la terapia familiar y esta tiene que ver con: El hecho de pensar que si existe una disfunción familiar la terapia familiar sistémica será la opción terapéutica indicada. El hecho de pensar que es un modelo aplicable a todo tipo de dificultades. El hecho de pensar que el verdadero sujeto de la terapia es la familia como un grupo. El hecho de considerar que se trata de un enfoque que se centra en una perspectiva relacional para el abordaje de problemas de salud mental. Asistimos a un cambio en cuanto al tipo de intervención con las familias de riesgo y esto supone: La adopción de perspectivas de intervención preventivas para apoyar y fortalecer a la familia para que pueda desarrollar sus funciones básicas. El refuerzo de los modelos tradicionales de escuelas de padres. La adopción de programas para intervención con familias en situación de crisis. La adopción de medidas de acogimiento familiar en el caso de que se detecte la necesidad. En el enfoque de preservación familiar en cuanto a la intervención con familias de riesgo se va a caracterizar por: Tratan de formar y apoyar a los padres para reforzarles en el ejercicio del rol parental. Tomar en relevancia la necesidad de garantizar un contexto seguro y estable para el menor, aunque ello suponga que tenga que ser en situación de acogida. Realizar una valoración sobre las deficiencias de cada situación de riesgo familiar e intervenir desde el enfoque psicoterapéutico. El terapeuta para la consecución de logros deberá adoptar un enfoque directivo en cuanto a la transmisión de aprendizajes y adquisición de competencias. Sobre discapacidad intelectual y la participación familiar: Se destaca el papel fundamental que ha adoptado para la intervención familiar la valoración de la calidad de vida familiar. Continúa siendo el terapeuta el que guía todo el proceso de intervención familiar. La intervención familiar se dirigirá sobre todo hacia los aspectos socioeducativos. Los apoyos por parte del terapeuta conducirán al sujeto logro del control y la autodeterminación. Entre los modelos más representativos de la intervención familiar en discapacidad intelectual. Nos encontramos el modelo centrado en la familia. Nos encontramos el modelo centrado en la persona. Nos encontramos el modelo de planificación de los apoyos. Nos encontramos el modelo de calidad de vida familiar. Con relación a la especialidad de psicología de la salud infanto-juvenil en España. La atención psicológica y psiquiatra de niños y adolescentes es muy desigual debido a que aún no hay reconocimiento oficial en nuestro país de esta especialidad. Existe una amplia red de recursos organizados para la atención de la salud mental de niños, adolescentes y sus familias. Los niños y adolescentes son atendidos por profesionales no especializados en psicología infanto‑juvenil. La opción de tratamiento para los niños y adolescentes es acudir a gabinete privado de psicología. Sobre la prevalencia de los trastornos psicológicos a edades tempranas: Es una de las principales preocupaciones el aumento progresivo de la prevalencia y el conocimiento sobre el origen temprano de los trastornos mentales graves. Los niños pequeños no tienen problemas. En España, por suerte, las cifras sobre prevalencia son menores que en el resto de Europa. Hay muchos trastornos afectivos que pueden ser tratados por los pediatras en atención primaria. Ante una señal de alarma, al observar un comportamiento desajustado en un niño, lo recomendable será. Pedir cita al pediatra de atención primaria puesto que se trata del nivel I de atención. Pedir cita en una unidad de salud mental infanto‑juvenil para que lo valore un psicólogo infantil. Llevarlo directamente a urgencias del hospital. No hacer nada y esperar a que se le pase. El psicólogo clínico infantil en los programas de enlace. Es una entidad propia que se coordina con el resto del equipo multidisciplinar. Está supeditado a trabajar bajo la dirección de pediatría. No tiene cabida porque se trata de intervenir en patologías de origen, en principio, orgánico. Solo interviene en el caso de que se trate de posibles trastornos psicosomáticos. Entre las competencias específicas o funcionales que se le presuponen al psicólogo infantil y adolescente: Evaluar, diagnosticar, intervenir y consultar con otros profesionales. Evaluar, diagnosticar, intervenir, prescribir tratamiento farmacológico y elaborar informes. El psicólogo infantil y adolescente solo podrá ejercer como tal si está reconocido como PIR. Mantener un conocimiento científico especializado y desarrollar habilidades para la comunicación. Entre los principales motivos por los que es necesaria la creación de la especialidad de psicología de la salud infanto-juvenil. Es muy necesaria puesto que existen muchos aspectos particulares y diferenciadores de la práctica clínica de los niños y adolescentes frente a los adultos. No es necesaria porque no hay diferencias en el tipo y características de la intervención entre niños, adolescentes y adultos. No es necesaria, la psicología clínica es una especialidad que no requiere especificación sobre la edad de los pacientes a los que atiende. Los psicólogos que no sean especialistas de clínica serán los únicos que no puedan intervenir en estas edades tempranas. Imaginemos un menor de 14 años diagnosticado y con tratamiento farmacológico para TDAH que acude a atención primaria por la presencia de problemas de conducta muy desadaptativos: Puede que el pediatra considere que el menor podría beneficiarse de terapia psicológica, considerando que se hará una coordinación con atención primaria y/o psiquiatría para seguimiento del tratamiento farmacológico. Si tiene tratamiento farmacológico lo indicado es que derive al especialista en psiquiatría. El psicólogo sabe lo suficiente sobre el tratamiento farmacológico del TDAH, lo indicado es que se derive al especialista en psicología clínica. El pediatra puede ajustar la medicación y dar unos consejos a los padres sobre su comportamiento. Por qué es importante para el psicólogo infanto-juvenil tener concomimiento sobre terapia familiar. Trabajar con el niño implica trabajar con su familia, como coterapeutas o trabajando con el sistema familiar en pro de lograr un avance con el tratamiento. Porque la familia del menor va a demandar ser parte del tratamiento. Porque el niño no puede acudir solo a las sesiones de terapia. Porque lo exige en documento de consentimiento informado. Para poder realizar un diagnóstico ajustado a un niño cuyo síntoma principal es estar comportándose como si fuera más pequeño que sus iguales de edad cronológica, el psicólogo infanto-juvenil. Nada de lo anterior le será del todo útil si el psicólogo infantojuvenil no posee un buen conocimiento y manejo sobre psicología del desarrollo y psicopatología infantil. Deberá pasarle una batería de test completa para poder descartar posibles diagnósticos que cursen con este síntoma. Deberá entrevistar a los padres del niño de forma exhaustiva. Deberá ponerse en contacto con los maestros del niño e intentar coordinarse con el EOEP del centro donde está escolarizado el alumno. Con relación a la actitud y motivación del menor para acudir a tratamiento psicológico. Puede que el niño no perciba que necesita cambiar. Los adolescentes son los que se muestran menos motivados. El niño es quien suele demandar que necesita acudir al psicólogo. Hay que trabajar intensamente con el menor para que se haga autoconsciente de su problema. |