Hablamos de abuso de drogas cuando: se toman drogas no prescritas en exceso; hay un patrón de consumo intenso; se da compulsividad en el consumo; la búsqueda de la droga se hace incontrolable.
En las personas drogadictas cuya dependencia no es el principal problema, el tratamiento: debe atender simultáneamente a los otros problemas del sujeto; de la drogadicción es el primer aspecto a considerar; debe ser preferentemente psicosocial;
mejora significativamente la problemática global del sujeto.
Entre otros factores principales que promueven la recaída en las drogas después de un periodo de abstinencia están, entre otros:
el consumo de dosis bajas de esas sustancias; la aparición de situaciones estresantes no esperadas; la presencia de estímulos que adquirieron propiedades incentivadoras; lo indicado en las tres opciones anteriores.
Si decimos que, para combatir los efectos nocivos de una droga, hay que darle a una persona un fármaco que es un antagonista no competitivo de esa droga, nos referimos a que: el antagonista no será desplazado por la droga, por mucha que el sujeto consuma; la droga no competirá por el sitio de unión del fármaco; el antagonista tiene un mecanismo de acción que no entra en competencia y es distinto del de la droga; la droga acabará desplazando al fármaco porque este último no compite adecuadamente por el receptor de ambas sustancias.
Diversos datos experimentales obtenidos en animales y humanos apuntan a que una región cerebral que parece participar de modo especialmente importante en las recaídas en el consumo de drogas es: la corteza cingulada; el núcleo accumbens; la corteza insular; la corteza piriforme.
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Durante la abstinencia alcohólica, el número de los: receptores glutamatérgicos del subtipo NMDA aumenta; receptores gabaérgicos del subtipo GABA A aumenta; canales de calcio dependientes de voltaje disminuye; canales de calcio dependientes de voltaje permanece inalterado.
Uno de los efectos más característicos de la abstinencia del consumo de anabolizantes esteroideos es el de la: aparición de procesos paranoicos; amnesia; retracción de la comunicación interpersonal;
pérdida de la audición.
En pacientes no suficientemente motivados para dejar la droga: un tratamiento sustitutivo con agonistas puede ser de utilidad para mejorar su calidad de vida; la probabilidad de recaídas es mucho mayor; lo mejor es no iniciar ninguna intervención; suele darse concomitantemente una mala capacidad de juicio.
La terapia de exposición a estímulos con prevención de respuesta pretende: enseñar al paciente que son los estímulos los que le inducen al consumo de drogas; asociar al consumo una experiencia desagradable (la prevención de la respuesta); facilitar los procesos de extinción del deseo de la droga;
prevenir conductas de riesgo que induzcan la recaída.
Los programas de consumo controlado: alcanzan los mejores resultados en personas que tienen una dependencia leve y de corta evolución; están especialmente diseñados para abstinentes que recaen con frecuencia; son similares a los tratamientos sustitutivos con agonistas; son más bien una estrategia preventiva del consumo que un tratamiento.
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La terapia de prevención del alcoholismo basada en intervenciones breves está dirigida especialmente a bebedores: con patología dual; de alto riesgo; que han recaído muy frecuentemente; que no responden a la medicación.
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En la base de muchas recaídas en la adicción está: una falta de conciencia sobre el trastorno adictivo que se tiene; una falta de recursos terapéuticos en las instituciones; un fácil acceso a las sustancias;
una escasa supervisión parental.
Algunos consumidores de heroína toman también cannabis para: contrarrestar los efectos aversivos de esta sustancia; evitar la aparición de fenómenos de jlashbacks; calmar el dolor de la abstinencia; alargar el efecto psicoactivo del opiáceo.
Entre las posibles consecuencias sanitarias derivadas del consumo de cannabis está: la exacerbación de la esquizofrenia; el aumento del alcoholismo; la progresión hacia la cocainomanía; la recurrencia en el absentismo laboral y escolar.
Una vez ingerida, la cafeína se encuentra sin metabolizar, entre otros fluidos corporales, en: el semen; secreciones vaginales; secreciones estomacales; el sudor.
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Suponga que la LDI0 (LD=dosis letal) de la cocaína en sangre fuera de 0,8 ng/ml (ng=nanogramo ). Estos valores nos indican que: es necesario llegar a niveles de 9,2 ng/ml en sangre para que un consumidor fallezca; son precisos niveles de 4 ng/ml para llegar a la dosis letal media; niveles en sangre por encima de 0,8 ng/ml pueden provocar la muerte en el 10% de la población; la eficacia de la dosis letal LD 10 es muy baja, dado que sólo afectaría a 10 de cada 100 consumidores.
Se dice que la drogodependencia es un desorden del comportamiento cualitativamente distinto de otros como el del uso o del abuso de drogas porque: aún no hay tratamientos eficaces para las drogodependencias;
no pueden establecerse programas preventivos adecuados para el uso y el abuso de drogas; se producen cambios neurales específicos relativamente duraderos en la drogodependencia y en los otros no; el uso y el abuso pueden prevenirse y la drogodependencia no.
El reinicio en el consumo de tabaco (después de haberlo dejado durante meses) simplemente por tomar una pequeña dosis de esa droga (por ejemplo, fumar un solo pitillo) puede ser debido, entre otros factores a: una bajada brusca de los niveles de nicotina en sangre; neuroadaptaciones en los receptores muscarinicos de la acetilcolina; los efectos de la nicotina como estímulo discriminativo interno; los estímulos condicionados externos asociados al consumo previo de la nicotina. .
Si la concentración de la droga que se ingiere es alta, su paso al torrente circulatorio será: más rápido; más lento, por bloqueo de las membranas biológicas que atraviesa; igual de rápido o lento que si la concentración fuera más baja porque el fenómeno de la absorción es independiente de la concentración; dependiente del tipo de transporte ( activo o pasivo) que haya en las membranas biológicas que tenga que atravesar.
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Una(s) de las patologías neurales asociadas frecuentemente al consumo de cocaína en jóvenes es(son): la pérdida de la memoria; una disminución de la capacidad cognitiva general; los accidentes vasculares hemorrágicos; las alteraciones de la psicomotricidad fina.
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