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Psicoterapias de Orientación Humanistas

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Título del Test:
Psicoterapias de Orientación Humanistas

Descripción:
UC4 4º Psico VIU

Fecha de Creación: 2025/12/16

Categoría: Universidad

Número Preguntas: 84

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El punto de partida de la filosofía existencialista es: La existencia concreta del ser humano en el mundo. La estructura lógica del pensamiento. La conducta observable en situaciones controladas.

Cuando Heidegger define la existencia como “ser arrojado”, se refiere a: Una experiencia traumática puntual. El hecho de existir sin haberlo elegido, en un mundo ya dado. La tendencia biológica a la supervivencia.

El concepto de “ser arrojado”, para Heidegger, implica principalmente: Determinismo biológico. Pérdida de identidad personal. Confrontación inevitable con la muerte, la nada y el absurdo.

Según la filosofía existencial, el miedo: Es una condición constitutiva de la existencia humana. Es una emoción patológica a evitar. Surge solo ante amenazas externas reales.

Para Heidegger y Sartre, el miedo: Limita toda posibilidad de acción. Abre la posibilidad de libertad y elección. Debe superarse mediante control racional.

Jaspers afirma que la existencia humana: Se desarrolla en estabilidad. Se orienta al progreso continuo. Pierde su “base” y adquiere carácter absurdo.

Según Kierkegaard, la experiencia existencial está marcada por: Desgarro, desesperación y angustia. Adaptación progresiva de procesos cognitivos complejos. Equilibrio emocional.

El entorno, en la vida cotidiana, (existencialismo) se describe como: Neutro y facilitador. Limitante y amenazante. Irrelevante para la existencia.

Según la filosofía existencialista (Heidegger), el miedo es condición necesaria para la libertad porque: Paraliza la acción. Genera evitación. Sitúa al individuo ante la necesidad de elegir.

Según Martin Heidegger, elegir y decidir: No son solo posibilidades, sino necesidades existenciales. Son habilidades aprendidas socialmente. Dependen del contexto cultural.

Cuando Jean-Paul Sartre afirma que el ser humano está “condenado a la libertad”, quiere decir que: La libertad es una carga patológica. El individuo puede renunciar a decidir. No decidir también es una forma de elección.

En la filosofía existencial de Sartre, la libertad se expresa principalmente en: Grandes decisiones vitales. Reflexiones abstractas. Cada decisión concreta de la vida cotidiana.

En el marco de la filosofía existencial, preguntar quién es responsable de la existencia conduce a la idea de que: No existe una autoridad superior al propio ser humano. La responsabilidad es social. La responsabilidad es compartida con el entorno.

Para Søren Kierkegaard y Martin Heidegger, la responsabilidad es: Colectiva e individual. Delegable. Radicalmente individual.

En la filosofía del diálogo de Martin Buber, la responsabilidad fundamental se sitúa en: El trabajo. La introspección. El encuentro con el otro.

Según Karl Jaspers, la responsabilidad humana se ejerce especialmente en: La acción política. La elección moral. La comunicación auténtica.

Para Jean-Paul Sartre, la responsabilidad se expresa principalmente en: El trabajo productivo y el compromiso político. La adaptación social. La autorregulación emocional.

Desde la antropología existencial, la existencia humana integra: Presente y futuro. Pasado y presente. Pasado, presente y futuro.

Para Martin Heidegger, la muerte: Es un hecho biológico final. Otorga sentido a la existencia vivida. Carece de relevancia existencial.

El concepto heideggeriano de “existencia para la muerte” implica: Obsesión patológica. Negación del futuro inevitable hacia la nada. Vivir anticipando la finitud como fuente de sentido.

Según la filosofía existencial, el presente y el pasado son más concretos que el futuro porque: Son más directamente experimentables. Están determinados. Carecen de ambigüedad.

En la visión existencialista del tiempo, el sentido auténtico surge cuando el ser humano: Se centra en el pasado. Evita la angustia. Se adelanta existencialmente al futuro.

Según Martin Heidegger, el concepto de estar-en-el-mundo (In-der-Welt-sein) indica que: El ser humano existe siempre en relación inseparable con su mundo. El sujeto observa el mundo desde una posición externa. El mundo es un escenario neutro donde actúa el individuo.

En la ontología de Heidegger, el estar-en-el-mundo implica que: El mundo es una representación mental. No existe un sujeto separado de su contexto vital. La conciencia precede a la experiencia.

Desde la perspectiva heideggeriana, el mundo es: Un conjunto de estímulos objetivos. Una construcción cognitiva. Un entramado de significados vividos.

Según Husserl, la fenomenología se propone: Describir la experiencia tal como se da, suspendiendo juicios previos. Explicar causalmente los fenómenos. Interpretar simbólicamente la vivencia.

El concepto de epoché en Husserl consiste en: Negar la realidad externa. Analizar el inconsciente. Poner entre paréntesis las creencias sobre el mundo.

Para Husserl, el objeto de estudio de la fenomenología es: La conducta observable. El mundo físico. La experiencia consciente y su significado.

Según Merleau-Ponty, el cuerpo es: El medio a través del cual se da toda experiencia. Un objeto biológico entre otros. Un soporte pasivo de la mente.

El concepto de cuerpo vivido en Merleau-Ponty indica que: El cuerpo puede analizarse objetivamente. El cuerpo es sujeto de experiencia, no solo objeto. La experiencia corporal es secundaria.

Para Merleau-Ponty, la percepción: Es una copia de la realidad. Es un proceso cognitivo abstracto. Es una experiencia corporal y situada.

En la fenomenología existencial, el cuerpo: No se posee, se es. Se controla voluntariamente. Se separa del yo.

Según Kurt Lewin, el comportamiento humano: Depende de rasgos estables. Se explica por impulsos internos. Es función de la persona y su entorno.

La fórmula B = f (P, E) significa que: La conducta es heredada. El entorno determina la acción. La conducta surge de la interacción persona–entorno.

El campo existencial se refiere a: La totalidad de la situación tal como es vivida por la persona. El contexto físico objetivo. El sistema social observable.

En el campo existencial, lo relevante es: Lo objetivamente medible. La experiencia subjetiva de la situación. La norma social.

Según Martin Buber, la relación Yo–Tú se caracteriza por: Utilidad y función. Distancia emocional. Encuentro auténtico y presencia mutua.

La relación Yo–Ello de Buber, implica: Reconocimiento recíproco. Relación instrumental con el otro. Compromiso existencial.

Para Buber, la relación terapéutica auténtica es: Yo–Ello. Observador–observado. Yo–Tú.

En la filosofía de Buber, la persona se constituye principalmente: En la relación. En la introspección. En la adaptación social.

Desde la fenomenología, el conocimiento científico: Es completamente objetivo. Elimina la subjetividad. Parte de la experiencia vivida.

La crítica fenomenológica a la ciencia positivista señala que: Es demasiado abstracta. Ignora el significado de la experiencia humana. Carece de rigor metodológico.

En la perspectiva fenomenológica, comprender implica: Explicar causalmente. Medir variables. Acceder al significado de la vivencia.

Para la fenomenología existencial, el ser humano es: Un ser-en-el-mundo situado y significativo. Un sistema reactivo. Un objeto de estudio neutral.

Desde la psicoterapia existencial, el objetivo fundamental de la intervención es: Favorecer que la persona tome conciencia de su modo de existir. Reducir síntomas mediante reinterpretación cognitiva. Facilitar la adaptación funcional al entorno.

En la psicoterapia existencial, el sufrimiento psicológico se entiende principalmente como: Un fallo en los mecanismos de afrontamiento. Una dificultad para afrontar las condiciones básicas de la existencia. Una respuesta aprendida ante situaciones estresantes.

Según la perspectiva existencial, el síntoma psicológico: Es una disfunción a eliminar. Es una conducta desadaptada. Expresa una forma de estar-en-el-mundo.

Para la psicoterapia existencial, el cambio terapéutico ocurre cuando la persona: Asume activamente su libertad y responsabilidad. Aprende nuevas estrategias conductuales. Reestructura sus esquemas cognitivos.

En la psicoterapia existencial, la actitud del terapeuta se caracteriza por: Neutralidad técnica. Distancia profesional. Presencia auténtica y compromiso relacional.

Según el enfoque existencial, el terapeuta: Dirige el proceso terapéutico. Interpreta el significado oculto. Acompaña al paciente en la exploración de su existencia.

La relación terapéutica, desde la psicoterapia existencial, se concibe como: Un encuentro entre dos existencias. Un vínculo técnico-asimétrico. Un medio para aplicar técnicas.

En este enfoque, la comprensión del paciente implica: Diagnosticar su estructura de personalidad. Clasificar su sintomatología. Comprender su experiencia vivida desde su propio marco.

En psicoterapia existencial, trabajar la libertad supone: Enseñar habilidades de decisión. Reducir la ambigüedad vital. Confrontar la imposibilidad de no elegir.

Desde este enfoque, evitar la responsabilidad se manifiesta como: Alienación respecto a la propia vida. Conflicto intrapsíquico inconsciente. Déficit de autocontrol.

En la clínica existencial, la ansiedad se entiende como: Un síntoma patológico. Una respuesta desadaptativa. Una señal de confrontación con la libertad.

Según la psicoterapia existencial, la tarea del terapeuta ante la ansiedad es: Reducirla progresivamente. Eliminarla mediante técnicas. Ayudar a comprender su significado existencial.

Desde la perspectiva existencial, la conciencia de la muerte: Puede movilizar hacia una vida más auténtica. Genera necesariamente desesperación. Carece de valor terapéutico.

En psicoterapia existencial, trabajar la finitud implica: Preparar para el final. Dar valor y sentido a las elecciones presentes. Reducir pensamientos negativos.

El futuro, en la clínica existencial, se entiende como: Un conjunto de objetivos. Una proyección cognitiva. Un horizonte de posibilidades.

La vivencia del tiempo patológica se relaciona con: La fijación rígida en pasado o futuro. Déficits de memoria. Falta de planificación.

La autenticidad, desde la psicoterapia existencial, supone: Actuar según normas internas. Ajustarse a los valores sociales. Vivir de acuerdo con elecciones propias asumidas.

La inautenticidad se manifiesta cuando la persona: Sufre ansiedad. Reflexiona excesivamente. Vive según expectativas ajenas sin cuestionarlas.

En términos existenciales, la alienación implica: Pérdida de contacto con la propia experiencia. Aislamiento social. Conflicto emocional.

El trabajo terapéutico existencial frente a la alienación busca: Reforzar la adaptación. Aumentar el control personal. Recuperar la relación con la propia existencia.

Desde la fenomenología husserliana, el objetivo principal del análisis es: Describir la experiencia tal como se da a la conciencia. Comprender la existencia concreta del ser humano. Analizar las decisiones libres del individuo.

En contraste, la filosofía existencial se centra principalmente en: La estructura de la conciencia. El modo de existir del ser humano en el mundo. La suspensión de juicios teóricos.

La diferencia clave entre fenomenología y existencialismo es que: La fenomenología es terapéutica y el existencialismo no. El existencialismo elimina la experiencia subjetiva. La fenomenología describe la experiencia y el existencialismo la problematiza.

La epoché, propia de Husserl, implica: Suspender juicios para acceder a la experiencia pura. Asumir la responsabilidad individual. Anticipar la finitud.

El existencialismo critica implícitamente a la fenomenología cuando: Describe la conciencia. Analiza la percepción. Evita posicionarse ante la angustia y la decisión.

Desde la perspectiva existencial-fenomenológica, el modelo médico es limitado porque: Carece de rigor científico. Es excesivamente técnico. Reduce el sufrimiento humano a categorías diagnósticas.

Desde la psicoterapia existencial-fenomenológica, el concepto de síntoma es problemático porque: No puede medirse objetivamente. Reduce la experiencia vivida a un signo clínico aislado. Carece de utilidad terapéutica.

Desde el enfoque existencial y fenomenológico, el diagnóstico psicológico: Puede ocultar el sentido que la experiencia tiene para la persona. Es imprescindible para comprender la existencia humana. Define la identidad personal del paciente.

Desde la psicoterapia existencial, ¿qué aspecto se prioriza en la comprensión del malestar psicológico?. La clasificación psicopatológica del paciente. La aplicación de protocolos de intervención estandarizados. El significado existencial que el malestar tiene para la persona.

Desde el existencialismo (Kierkegaard, Heidegger, Sartre), el sufrimiento: Es una alteración patológica. Debe eliminarse terapéuticamente. Forma parte constitutiva de la existencia humana.

Según la psicoterapia existencial, el sufrimiento se vuelve problemático cuando: Es intenso para la persona que lo vive. Es persistente para la persona que lo vive. Carece de sentido para la persona que lo vive.

En la intervención existencial, trabajar el sentido implica: Explorar cómo la persona vive y significa su situación. Modificar interpretaciones disfuncionales. Sustituir creencias irracionales.

La pregunta central en la psicoterapia existencial suele formularse como: ¿Qué síntomas presentas?. ¿Qué te ocurre internamente?. ¿Cómo estás viviendo tu vida?.

Desde la psicoterapia existencial, la relación terapéutica se fundamenta en: Neutralidad técnica. Control del proceso clínico. Encuentro humano auténtico entre terapeuta y paciente.

En este enfoque, la implicación del terapeuta es: Distante pero objetiva. Personal y auténtica sin perder responsabilidad profesional. Emocionalmente fusionada.

Desde la visión existencial, el terapeuta se concibe como: Un experto que interpreta la existencia. Un técnico del cambio. Un compañero en la exploración de la existencia.

Una crítica frecuente a la psicoterapia existencial es que: Carece de técnicas estructuradas. Ignora la subjetividad. Refuerza el modelo médico.

Desde el enfoque existencial, esta crítica se responde señalando que: Las técnicas son innecesarias. La terapia es improvisada. La actitud terapéutica es el principal instrumento de cambio.

La principal aportación del existencialismo y la fenomenología a la psicoterapia es: Nuevos métodos de evaluación. Sistemas diagnósticos alternativos. Una comprensión profunda del ser humano como existente.

Desde esta perspectiva, el paciente es entendido como: Una persona situada que da sentido a su experiencia. Un sistema disfuncional. Un conjunto de síntomas.

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