I+A Liderazgo

El liderazgo puede definirse como: La capacidad de coordinar solo tareas administrativas. La ejecución de una jerarquía basada en sanciones. El proceso de influencia que una persona ejerce sobre un grupo para lograr un objetivo común. El cumplimiento estricto de leyes sin motivación personal.

El líder en el ámbito militar se diferencia de un “jefe” en que: Sigue de forma estricta manuales y procedimientos sin tener en cuenta la motivación de los subordinados. Busca motivar, inspirar y desarrollar el potencial de su equipo. Se centra exclusivamente en la supervisión y sanciones. Solo premia a su equipo si obtiene resultados sobresalientes.

El poder legítimo dentro de las Fuerzas Armadas se basa en: La capacidad de influir por la admiración que se siente hacia el líder. La jerarquía y el rango, definidos claramente en la cadena de mando. El castigo inmediato a los subordinados que desobedecen. La experiencia y el conocimiento táctico del mando.

El poder experto se fundamenta en: El uso de la fuerza para imponer la voluntad del líder. La competencia técnica y el conocimiento especializado del líder. La popularidad que alcanza el mando en el equipo. Ofrecer recompensas continuas por los buenos resultados.

En la Teoría de los Rasgos, el liderazgo se explica por: El contexto y las situaciones cambiantes. Características innatas que predisponen a ciertos individuos a ser líderes. Las recompensas y sanciones aplicadas al grupo. La participación constante de los subordinados en la toma de decisiones.

La Teoría del Comportamiento de liderazgo se centra en: Las acciones y conductas que el líder adopta en su interacción con el equipo. Rasgos de personalidad heredados. Exclusivamente el rango y la autoridad formal. La injerencia de líderes externos a la organización.

La Teoría Situacional del liderazgo propone que: Siempre es mejor un estilo autocrático en la vida militar. La efectividad del líder depende de factores contextuales y de la madurez del equipo. El líder nace con habilidades que no pueden modificarse. El liderazgo transformacional es válido en cualquier circunstancia.

Según el modelo de Hersey y Blanchard, “delegar” es un estilo de liderazgo adecuado cuando: El equipo carece de formación y compromiso. El equipo es altamente competente y autónomo. El equipo está en fase inicial de aprendizaje y necesita supervisión constante. El equipo no tiene motivación y requiere reforzar la disciplina.

En la Teoría Transformacional, una de sus características principales es: Aplicar sanciones de manera inmediata para mantener la cohesión. Inspirar al equipo a alcanzar metas que trascienden los intereses personales. Implementar controles continuos para asegurar la disciplina. Ignorar la individualidad y enfocarse en el resultado colectivo únicamente.

La influencia idealizada en el liderazgo transformacional implica: Actuar como modelo a seguir, generando confianza y respeto. Delegar funciones para que el equipo se autogestione por completo. Aplicar castigos ejemplares para reforzar la obediencia. Promover la competitividad interna en lugar de la cooperación.

El liderazgo autocrático en el ámbito militar se caracteriza por: Centralizar la toma de decisiones y exigir cumplimiento inmediato de las órdenes. Permitir a los subordinados decidir libremente sin supervisión. Motivar al equipo a través de recompensas constantes. Delegar en todo momento la autoridad a los subordinados.

El liderazgo democrático o participativo: Funciona exclusivamente en operaciones especiales de combate. No tiene cabida en el entorno militar por la rigidez de la jerarquía. Promueve la participación del equipo en la toma de decisiones. Se basa en el uso de sanciones para elevar la motivación.

El liderazgo servicial se enfoca en: Priorizar las necesidades del equipo, asegurando recursos y motivación. Recompensar al líder en función de los resultados de los subordinados. Fortalecer la jerarquía por encima de la cohesión. Imponer la voluntad del líder sin tener en cuenta la opinión del grupo.

El liderazgo situacional en misiones humanitarias o de paz destaca por: Mantener siempre un estilo autocrático para evitar confusiones. La adaptación flexible del enfoque de liderazgo según la situación. Obligar a los subordinados a seguir un estilo único e invariable. Fomentar la competencia interna dentro de la unidad.

El liderazgo laissez-faire se caracteriza por: Delegar la mayor parte de la autoridad a los subordinados, confiando en su autogestión. La constante supervisión del líder en cada tarea. Centrarse exclusivamente en el bienestar personal del mando. Anular la iniciativa de los subordinados y sus capacidades de decisión.

El liderazgo transaccional enfatiza: La creatividad y la innovación sin reglas. La disciplina basada en la recompensa y el castigo para mantener el orden. La participación de los subordinados en todas las decisiones estratégicas. La ausencia de sanciones en el entorno militar.

En el concepto de “liderazgo 360”, se destaca: Que solo los oficiales superiores pueden ejercer liderazgo. La posibilidad de influir desde cualquier posición en la organización. La eliminación de la cadena de mando. Que el liderazgo no es compatible con las misiones de combate.

Una de las ventajas del liderazgo 360 en el ámbito militar es: Fomentar el trabajo en equipo y la cohesión en todos los niveles de la jerarquía. Reducir la motivación de los subordinados por exceso de líderes. Generar conflictos sobre quién es responsable de las decisiones. Limitar la participación del personal con menor rango.

Para el Ejército del Aire, todo miembro puede y debe ser líder porque: Es un requisito exclusivo para acceder a puestos de mando. El firme compromiso de ejercer el liderazgo es necesario en cualquier escalón. La jerarquía impide que todos tengan responsabilidades. Solo así se evitan los riesgos inherentes a la actividad militar.

El liderazgo militar basado en valores, según el texto: Se enfoca en las sanciones disciplinarias como eje principal. Guía el “porqué” y el “cómo” de todo lo que se hace en la organización. Desprecia la base moral y ética de las actuaciones. Pone el énfasis únicamente en la obtención de resultados materiales.

El modelo de liderazgo 360º en el Ejército del Aire se construye: Excluyendo la capacidad de decisión de los subordinados. Sobre la base sólida de los valores institucionales y la colaboración. Únicamente para tiempos de paz y entrenamiento. Suprimiendo la importancia de la disciplina y la jerarquía.

Una de las capacidades clave del líder en el modelo 360º del EA consiste en: Crear conciencia de la situación e implicar al equipo en su comprensión. Basar toda la toma de decisiones en la intuición personal. Desconfiar del criterio de los subordinados. Sustituir el trabajo en equipo por la figura central del mando único.

Al “crear relaciones” en el modelo de liderazgo 360º se busca: Romper la cadena de mando tradicional. Fomentar la confianza y el optimismo dentro del equipo, ampliando la red de contactos. Limitar la comunicación a los rangos más altos. Aislar el equipo de otras unidades para evitar conflictos.

“Crear visiones compartidas” implica: Proponer una imagen de futuro que motive al equipo y dé sentido a la tarea. Reducir la creatividad y someterse a procedimientos rígidos. Exigir resultados a corto plazo sin justificación. Introducir constantes supervisiones para garantizar la obediencia.

Para “crear valor en beneficio del grupo”, un líder debe: Traducir las ideas en planes de acción concretos y anticipar reacciones emocionales. Desentenderse de la comunicación y confiar únicamente en la jerarquía. Evitar tomar riesgos y mantener las mismas prácticas sin cambios. Favorecer exclusivamente los intereses personales del mando.

Un buen líder militar, según el texto, se caracteriza por: Tomar decisiones equilibrando prudencia, valentía y sentido común. Eludir la responsabilidad en situaciones críticas. Delegar siempre la autoridad en otros para evitar errores. No consultar nunca con sus subordinados ni con otros expertos.

El líder que ejerce el mando de forma eficaz consigue que: Los subordinados obedezcan por miedo o sanción. El equipo asuma como propios los objetivos de la Unidad y del Ejército. Los integrantes discutan constantemente las decisiones. Se anule la iniciativa individual en pos de la disciplina ciega.

El “director de orquesta” al que se alude en el texto debe: Coordinar a especialistas, anticiparse a conflictos y mantener la motivación. Dejar que cada integrante actúe por su cuenta sin supervisión. Asignar tareas sin tener en cuenta las habilidades individuales. Mantener al equipo en estado de competitividad permanente.

En las situaciones operativas con poco tiempo, el líder: Debe decidir con rapidez y asumir la responsabilidad de forma autónoma. Puede posponer indefinidamente la decisión para evitar riesgos. Confía la decisión a personal civil ajeno a la operación. Alarga las reuniones hasta buscar unanimidad absoluta.

Eres un líder: decide. Esta frase final del texto significa: Que solo los líderes de mayor rango tienen la capacidad de mandar. La importancia de asumir la responsabilidad de la toma de decisiones oportunamente. Que el líder debe evitar tomar decisiones bajo presión. Que el líder debe delegar cualquier decisión trascendente en sus subordinados.