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Nivelación lectura 9

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Título del Test:
Nivelación lectura 9

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Fecha de Creación: 2019/11/17

Categoría: Otros

Número Preguntas: 5

Valoración:(1)
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1. Tienes que redactar un texto para la clase de Ecología sobre los beneficios del consumo de agua. La información que tienes hasta el momento dice: Título: El agua y el costo de vida Desarrollo: (Idea 1) El agua es un elemento natural y fundamental para la vida del hombre y de los demás seres de la naturaleza. (Idea 2) En las tres últimas décadas este recurso se ha convertido en uno de los servicios públicos más escasos y costosos, su valor se ha incrementado en un 90%, lo cual ha afectado al bolsillo de los usuarios. Para enlazar coherentemente estas dos ideas utilizarías el siguiente conector: Por el contrario. Por lo tanto. Sin embargo. Tal vez.

2. En un foro de discusión sobre la desaparición de tu programa de televisión preferido, escribiste una opinión sobre esta situación: “Es realmente indignante que a los seguidores de este interesante programa, no se les haya avisado, con el suficiente tiempo, que se iba a cancelar el programa de televisión. Era muy bueno, tenía muy buena audiencia. Por qué nos hacen esto ?????” Otro participante del foro que lea tu mensaje, podría decir que. el tema del mensaje es ambiguo con respecto al foro de discusión. el foro es inadecuado, pues no permite que se expresen las opiniones personales. el mensaje que escribiste no expresa directamente el objetivo del foro de discusión. tu opinión es adecuada con la intención de denunciar la desaparición del programa.

¿SERÁ QUE GOOGLE NOS ESTÁ VOLVIENDO ESTOOPIDOS? Durante los últimos años he tenido la incómoda sensación de que alguien (o algo) ha estado cacharreando con mi cerebro, rehaciendo la cartografía de mis circuitos neuronales, reprogramando mi memoria. No es que ya no pueda pensar (por lo menos hasta donde me doy cuenta), pero algo está cambiando. Ya no pienso como antes. Lo siento de manera muy acentuada cuando leo. Sumirme en un libro o un artículo largo solía ser una cosa fácil. La mera narrativa o los giros de los acontecimientos cautivaban mi mente y pasaba horas paseando por largos pasajes de prosa. Sin embargo, eso ya no me ocurre. Resulta que ahora, por el contrario, mi concentración se pierde tras leer apenas dos o tres páginas. Me pongo inquieto, pierdo el hilo, comienzo a buscar otra cosa que hacer. Es como si tuviera que forzar mi mente divaga-dora a volver sobre el texto. En dos palabras, la lectura profunda, que solía ser fácil, se ha vuelto una lucha. Y creo saber qué es lo que está ocurriendo. A estas alturas, llevo ya más de una década pasando mucho tiempo en línea, haciendo búsquedas y navegando, incluso, algunas veces, agregando material a las enormes bases de datos de internet. Como escritor, la red me ha caído del cielo. El trabajo de investigación, que antes me tomaba días inmerso en las secciones de publicaciones periódicas de las bibliotecas, ahora se puede hacer en cuestión de minutos. Las ventajas de un acceso tan instantáneo a esa increíble y rica reserva de información son muchísimas, y ya han sido debidamente descritas y aplaudidas. Pero tal ayuda tiene su precio. Como subrayó en la década del 60 el teórico de los medios de comunicación Marshall McLuhan, los medios no son meros canales pasivos por donde fluye información. Cierto, se encargan de suministrar los insumos del pensamiento, pero también con-figuran el proceso de pensamiento. Y lo que la red parece estar haciendo, por lo menos en mi caso, es socavar poco a poco mi capacidad de concentración y contemplación. Mi mente ahora espera asimilar información de la misma manera como la red la distribuye: en un vertiginoso flujo de partículas. Alguna vez fui buzo y me sumergía en océanos de palabras. Hoy en día sobrevuelo a ras sus aguas como en una moto acuática. Gracias a la omnipresencia del texto en internet, por no hablar de la popularidad de los mensajes escritos en los teléfonos celulares, es probable que hoy estemos leyendo cuantitativamente más de lo que leíamos en las décadas del 70 y 80 del siglo pasado, cuando la televisión era nuestro medio predilecto. Pero, sea lo que sea, se trata de otra forma de leer, y detrás subyace otra forma de pensar… Quizás incluso, una nueva manera de ser. La idea de que nuestra mente debiera operar como una máquina procesadora de datos de alta velocidad no solo está incorporada al funcionamiento de internet, si-no que al mismo tiempo se trata del modelo empresarial imperante de la red. A mayor velocidad con la que navegamos en la red, a mayor número de enlaces sobre los que hacemos clic y el número de páginas que visitamos, mayores las oportunidades que Google y otras compañías tienen para recoger información sobre nosotros y nutrirnos con anuncios publicitarios. Para bien de sus intereses económicos, les conviene distraernos a como dé lugar. 3. En el último párrafo del texto se. legitiman las prácticas del manejo de información en internet que buscan distraernos a como dé lugar. desestima la efectividad de las estrategias publicitarias utilizadas en la web para obtener información. denuncian las motivaciones de varias compañías al respecto de cómo se maneja la información en internet. rescatan estrategias para procesar datos a alta velocidad, sin caer en las manos de las empresas imperantes.

¿SERÁ QUE GOOGLE NOS ESTÁ VOLVIENDO ESTOOPIDOS? Durante los últimos años he tenido la incómoda sensación de que alguien (o algo) ha estado cacharrean-do con mi cerebro, rehaciendo la cartografía de mis circuitos neuronales, reprogramando mi memoria. No es que ya no pueda pensar (por lo menos hasta donde me doy cuenta), pero algo está cambiando. Ya no pienso como antes. Lo siento de manera muy acentuada cuando leo. Sumirme en un libro o un artículo largo solía ser una cosa fácil. La mera narrativa o los giros de los acontecimientos cautivaban mi mente y pasaba horas paseando por largos pasajes de prosa. Sin embargo, eso ya no me ocurre. Resulta que ahora, por el contrario, mi concentración se pierde tras leer apenas dos o tres páginas. Me pongo inquieto, pierdo el hilo, comienzo a buscar otra cosa que hacer. Es como si tuviera que forzar mi mente divaga-dora a volver sobre el texto. En dos palabras, la lectura profunda, que solía ser fácil, se ha vuelto una lucha. Y creo saber qué es lo que está ocurriendo. A estas alturas, llevo ya más de una década pasando mucho tiempo en línea, haciendo búsquedas y navegando, incluso, algunas veces, agregando material a las enormes bases de datos de internet. Como escritor, la red me ha caído del cielo. El trabajo de investigación, que antes me tomaba días inmerso en las secciones de publicaciones periódicas de las bibliotecas, ahora se puede hacer en cuestión de minutos. Las ventajas de un acceso tan instantáneo a esa increíble y rica reserva de información son muchísimas, y ya han sido debidamente descritas y aplaudidas. Pero tal ayuda tiene su precio. Como subrayó en la década del 60 el teórico de los medios de comunicación Marshall McLuhan, los medios no son meros canales pasivos por donde fluye información. Cierto, se encargan de suministrar los insumos del pensamiento, pero también con-figuran el proceso de pensamiento. Y lo que la red parece estar haciendo, por lo menos en mi caso, es socavar poco a poco mi capacidad de concentración y contemplación. Mi mente ahora espera asimilar información de la misma manera como la red la distribuye: en un vertiginoso flujo de partículas. Alguna vez fui buzo y me sumergía en océanos de palabras. Hoy en día sobrevuelo a ras sus aguas como en una moto acuática. Gracias a la omnipresencia del texto en internet, por no hablar de la popularidad de los mensajes escritos en los teléfonos celulares, es probable que hoy estemos leyendo cuantitativamente más de lo que leíamos en las décadas del 70 y 80 del siglo pasado, cuando la televisión era nuestro medio predilecto. Pero, sea lo que sea, se trata de otra forma de leer, y detrás subyace otra forma de pensar… Quizás incluso, una nueva manera de ser. La idea de que nuestra mente debiera operar como una máquina procesadora de datos de alta velocidad no solo está incorporada al funcionamiento de internet, sino que al mismo tiempo se trata del modelo empresarial imperante de la red. A mayor velocidad con la que navegamos en la red, a mayor número de enlaces sobre los que hacemos clic y el número de páginas que visitamos, mayores las oportunidades que Google y otras compañías tienen para recoger información sobre nosotros y nutrirnos con anuncios publicitarios. Para bien de sus intereses económicos, les conviene distraernos a como dé lugar. 4. Considere el siguiente enunciado: “Pero, sea lo que sea, se trata de otra forma de leer, y detrás subyace otra forma de pensar... Quizás incluso, una nueva manera de ser”. Esta frase, dentro de la globalidad del texto, es. una idea introductoria. una conclusión del texto. una idea de importancia secundaria. una evidencia que apoya la tesis principal.

5. Lorena debe elaborar un cartel para convencer a sus compañeros de que se inscriban en el campeonato de atletismo. El tema del cartel debería ser: La indumentaria necesaria en el atletismo. Las diferentes disciplinas del atletismo. Las ventajas de practicar el atletismo. La historia mundial del atletismo.

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